martes, 29 de septiembre de 2015

Micro VII


Tampoco mucho más, aunque también mucho menos.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Autopista hacia el cielo


Esta tarde he recordado una serie de los años 80 que, seguro, mucha gente habrá visto: ‘Autopista hacia el cielo’, protagonizada por el inolvidable Michael Landon, que interpretaba a un ángel que bajaba del cielo para ayudar a los humanos y una vez había cumplido su misión desaparecía y nunca más volvían a saber de él.
Quizá era lo mejor, ¿quién querría tener siempre un ángel en su vida? Pero visto desde el punto de vista del ángel seguro que no sería fácil para él decir adiós, aunque el argumento obligase a ello. Sin duda debe doler, los ángeles, a veces, son más terrenales de lo que creemos.



martes, 22 de septiembre de 2015

Syriza... ¡otra vez!



Supongo que a no pocas personas les habrá sorprendido el resultado de las elecciones en Grecia. ¿Cómo puede ser que vuelva a ganar Syriza? ¿Cómo es posible que los conservadores de Nueva Democracia o los socialdemócratas del Pasok no levanten cabeza? Ni las brutales condiciones del tercer rescate, ni la forzada capitulación de Tsipras, ni la crisis de los refugiados (que ha llegado con tremenda intensidad a las fronteras helenas) han alterado el resultado electoral... ¿Están locos los griegos, al igual que Astérix veía a los romanos?
Sin embargo, la respuesta a tales interrogantes es sencilla. Los griegos, en realidad, parecen estar lo suficientemente cuerdos como para mantener su apuesta, porque entienden o intuyen que Syriza no es la culpable de la situación del país (consecuencia de la nefasta gestión de gobiernos anteriores), que dicha formación no tuvo tiempo de nada antes de ser atacada con todas las armas financieras por el Eurogrupo, el Banco Central Europeo y las derechas de todo el continente (las cuales veían en la derrota de Tsipras y Varoufakis la mejor forma de contener a las izquierdas de sus respectivos países) y que la rendición fue la única salida táctica cuando ese ataque desbordó la capacidad de respuesta de Grecia, que es un estado pequeño, débil y muy dependiente en lo económico.
Además, existía una cuarta y definitiva razón para que Syriza ganara de nuevo las elecciones, a pesar de los pesares: era la única alternativa razonable. Volver a los viejos partidos que arruinaron el país, alinearse con los nazis de Amanecer Dorado o refugiarse en el comunismo ortodoxo habían dejado de tener sentido para muchos votantes. Unidad Popular, la desgajada ala radical de Syriza, no se ha comido una rosca; lo cual, por cierto, resulta significativo. No se trata de cabezonería, simplemente de sentido común e instinto de supervivencia.
Por cierto… no he escuchado a la derecha política y mediática de este país hablar nada sobre el tema. Supongo que será porque no tienen nada que decir y estarán escondidos temiendo lo que se les puede venir encima. Si hubiera ganado Amanecer Dorado estarían alabando la inteligencia griega y dirían una y mil veces que ‘el populismo ha fracasado’. Aunque habría que definir qué es eso de ‘populismo’, ¿se trata de prometer cosas que luego no se pueden cumplir? No creo, para eso está el PP. 

Si los griegos pueden nosotros también Podemos.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Pinochet, ejemplo para González



Felipe González, ese exfalangista creador del grupo terrorista GAL y uno de los hombres más corruptos de España, y no el que más porque en nuestro país hay muchos donde elegir, afirma que “Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que Maduro”.
Asegura, y no está borracho sino que con la vejez se ha vuelto cada día más sincero, rezumando por sus poros el fascista que lleva dentro, que después de haber visitado las cárceles en Chile durante el Gobierno del Presidente Pinochet y haber visitado también las prisiones en Venezuela, el golpista Pinochet respetó mucho más los Derechos Humanos que el actual gobernante de Venezuela Nicolás Maduro. 


¿Y por qué ha dicho esto? Porque pretende defender a Leopoldo López, golpista confeso y peón principal de los intentos de organizar una revolución ‘made in USA’ en Venezuela para poder cambiar el resultado electoral.
Los miles de asesinados del régimen de Pinochet, los incontables torturados y los innumerables desaparecidos parece que para el que fue el líder de los sociatas españoles son poca cosa.
Este impostor, ideólogo de la organización terrorista GAL, primero en recortar derechos en España y primero en comenzar con la privatización de empresas públicas, entre otras muchas fechorías, debería estar en la cárcel en lugar de hacer apología del fascismo cada vez que tiene la ocasión.
Lo peor de todo, es que estas declaraciones no son más que una parte del pensamiento político actual. Un conglomerado de sátrapas al servicio del mejor postor y dispuestos a todo para satisfacer a su bienhechor a costa del empobrecimiento continuo de la clase trabajadora; pero todo ello con el infame descaro de llenarse la boca hablando de ‘democracia’, ‘libertad’ y ‘derechos humanos’.
No merece semejante personaje mayor comentario por mi parte, porque sus afirmaciones ya lo dicen todo. Pero seguro que los familiares de los cientos de miles de asesinados por torturas, pelotones de fusilamiento o lanzamientos desde aviones habrán dicho mucho al escucharle que pierde en la comparación una democracia imperfecta (pero en la que no hay pena de muerte ni cadena perpetua) con dos de las dictaduras más sanguinarias que se han conocido. Y todo por defender a un golpista de ultraderecha que sirve, presuntamente, a los mismos intereses que él mismo.
Ypensar que alguna vez algunos creímos que este tipo era de izquierdas…
Aprovecho esta entrada, en la que muestro mi mayor desprecio a un apologeta de una de las peores dictaduras fascistas, para recordar a todos los que sufrieron la dictadura de Pinochet y, ¿quién mejor que Víctor Jara, el ‘Lorca chileno’? Poeta, cantautor y militante de izquierdas al que torturaron rompiéndole la cabeza con la culata de una pistola y le rompieron todos los dedos de las manos para que no volviera a tocar las cuerdas de la guitarra para acompañar sus canciones de protesta y esperanza. Lo encontraron acribillado con 45 balas en su cuerpo.


martes, 15 de septiembre de 2015

Lo que se avecina...


Tengo la sensación que me esperan unos meses muy, muy duros…

martes, 8 de septiembre de 2015

Aquellas noches de septiembre



Aquellas noches de septiembre…
de ceniceros llenos de colillas… de mosquitos entrando por la ventana… de calor… de flexos ardiendo… de cafeteras… de “¡hasta los cojones!”… de baños ocupados… de “ni puta idea”… de “ya son las tres”… de ganas de que sea la una de la tarde… de ganas de que el tiempo no pase… de “donde me lo guardo”… de “qué nos pondrá”… de “esto ya lo puso”… … de “no tengo ni puta idea”… de “no puedo más”… de “ya no nos queda tabaco”… de “ya son las seis”… de “se me ha formateado el cerebro”… del último repaso… de colas en el baño… de “¿ya lo tenéis todo?”… de nudos en el estómago… de salir de casa a las ocho y diez… de… de estar a la una de la tarde en Chupitos tomando una cerveza recordando lo jodida que ha sido la noche…

Así podrían resumirse algunas de las primeras noches de septiembre de hace algunos años, noches como esta. A pesar de todo, hoy, las he echado de menos.

sábado, 5 de septiembre de 2015

El hilo rojo



Existen ancestrales leyendas orientales que dicen que las personas que están destinadas a conocerse tienen un hilo rojo invisible atado a sus dedos. Este cordón los une por toda la eternidad a pesar del tiempo y la distancia.
No importa lo que dos personas que están predestinadas tarden en conocerse, ni siquiera importa que hoy vivan cada uno en una punta del mundo o estén con otras personas, el hilo se estirará y se encogerá todo lo que sea necesario. Pero nunca, nunca, se romperá. No podemos escapar de la persona que nació para amarnos. Almas gemelas se llaman, corazones entrelazados con una o varias eternidades por vivir…
Un hilo rojo al que no podremos imponer nuestros caprichos ni nuestra ignorancia, un hilo rojo que no podremos romper ni deshilachar. Un hilo rojo directo al corazón que conecta a los amores eternos, a los profundos, esos que simbolizan el antes y por los que no hay después.
Esta creencia surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esta arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían meñiques con los corazones, es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de sentimientos; por eso, en algunas culturas, se hacen promesas cruzando estos dedos con la otra persona.
Una de estas leyendas hace referencia a un anciano que vive en la luna, el abuelo de la luna, que sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra y, cuando las encuentra, las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.
La otra leyenda, quizá la más popular, es la que se recita en casi todos los hogares japoneses a los niños.

Hace muchos siglos, un joven príncipe supo que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo. Intrigado por ello, la mandó llevar hasta su presencia.
Cuando la bruja llegó, el príncipe le ordenó que buscara el otro extremo de su hilo rojo, para que lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta el mercado de un pequeño y lejano pueblo en el que una pobre campesina, con un bebé en los brazos, ofrecía sus productos.
Al llegar hasta donde estaba esta campesina se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie e hizo que el príncipe se acercara y le dijo: “Aquí termina tu hilo”.
Este enfureció creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina, que aún llevaba al pequeño bebé en los brazos, y la hizo caer con tan mala suerte que el bebé se hizo una gran herida en la frente. Acto seguido ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Años después, llegó el momento en que el príncipe, ya convertido en emperador, debía casarse y sus consejeros le recomendaron que lo mejor era que desposara a la hija de un poderoso general. Él aceptó y el día de la boda era el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente. Al levantarle el velo se encontró con la mujer más hermosa que jamás había visto, pero se fijó en un detalle… tenía un cicatriz muy peculiar en la frente. Una cicatriz que él mismo había provocado años atrás al no ver el destino que había pasado frente a él.

Y tú, ¿crees que tienes tu hilo rojo?