Muchos recordarán que en diciembre de 2012, el Gobierno del PP de Mariano Rajoy decidió que los empleados públicos no cobrasen la paga extraordinaria de Navidad.
Pues bien, debido a aquella decisión gubernamental, los concejales de mi pueblo, tanto del equipo de gobierno como de la oposición, en solidaridad con los empleados, decidieron renunciar ellos también a la parte proporcional de paga extraordinaria que les tocaba y destinar esa cantidad a políticas sociales y de creación de empleo. Añadiré que los concejales de mi pueblo se dividen en 13 del PP (incluyendo a la alcaldesa), 4 del PSOE, 3 de Compromís per Alzira y 1 de Izquierda Unida; es decir mayoría absoluta de la derecha.
En el Pleno del mes de enero o febrero (no lo recuerdo) de este año, como en el presupuesto municipal había superávit, decidieron pagar a los empleados públicos lo que en 2012 no habían cobrado. Un acto de agradecimiento por “haberse sacrificado” (no entraré en el tema por no extenderme).
Pero lo más detestable de todo es que en el último Pleno (en el del mes de marzo de este año), el equipo de gobierno, es decir, el PP, propuso que ya que los empleados públicos habían cobrado y ellos (los políticos) por solidaridad habían renunciado a ello corriendo la misma suerte en su día, ahora reclamaban cobrar ellos lo que en su día renunciaron. Los partidos de la oposición se negaron acusando al Partido Popular de romper lo pactado, es decir, dedicar el dinero a medidas sociales y a la creación de empleo.
¿Y cómo quedó la cosa? Pues que como el PP tiene la mayoría absoluta se aprobó, con los votos contrarios de la oposición, que los políticos cobrasen.
Sí señor, todo un gesto solidario; renuncian a dinero y luego exigirlo (entiéndase la ironía).
Claro, que uno podría pensar… si reclaman el dinero es porque no lo emplearon en lo que habían acordado, ¿no? O bien lo emplearon y ahora piden cobrarse el favor.
Moraleja: la derecha nunca da nada y si te hace un favor, tarde o temprano, se lo querrá cobrar. Despreciable.