sábado, 26 de junio de 2021

35 años del gol del siglo


Un 22 de junio de 1986, un 22 de junio de hace 35 años, en el estadio Azteca de México… ¿dónde estaba yo? No lo recuerdo, seguramente no estaba donde debía... viendo a D10s hacer un milagro.


martes, 22 de junio de 2021

Cuando España quiso conquistar China



Me ha sorprendido la noticia. Un hecho que desconocía y que seguramente poquísima gente conocerá... aunque en aquellos tiempos todo era posible.

***

Así eran los planes del imperio español para conquistar China con 15.000 soldados

En varios momentos del reinado de Felipe II la maquinaria imperial se planteó seriamente la invasión de China para hacerse con la supremacía comercial en la zona. A pesar de las grandes dimensiones del Imperio Celeste, los consejeros militares del Rey estimaban que el número de soldados necesario para acometer la campaña sería de unos 15.000 hombres reclutados por todos los rincones de la Monarquía hispánica, más unos 6.000 soldados japoneses. Por supuesto, los tercios castellanos tenían reservado un papel protagonista en las operaciones, donde la tecnología europea y sus tácticas militares debían suplir la desventaja numérica.
Desde la conquista de Filipinas por los españoles surgieron distintas expediciones para bordear los límites de China y analizar si era posible acometer una invasión a gran escala. En 1572, la Corte madrileña ordenó al virrey de Nueva España, quien se encargaba de coordinar el tráfico comercial llegado de Filipinas (el célebre «Galeón de Manila»), que enviase una expedición para recabar el máximo de información posible sobre China. El capitán Juan de la Isla fue el encargado de dirigir una expedición de tres galeones que, además de trazar una cartografía precaria de las costas de China, dio permiso a una decena de barcos chinos para comerciar con Filipinas a modo de gesto de buena voluntad.
La muerte de Juan de la Isla y la falta de recursos del gobernador de Filipinas, Guido de Lavezares, hizo que el interés de Felipe II por China quedara aparcado durante una temporada, junto a la larga lista de planes rocambolescos del imperio. Y en realidad poco se sabía sobre China como plantearse una operación militar. Como ejemplo del desconocimiento sobre las auténticas dimensiones del país, Juan Pablo Carrión, uno de los conquistadores de Filipinas, planteó que con cuatro barcos bien armados se podría realizar un ataque de envergadura, pidiendo a cambio ser nombrado «Almirante del mar del sur». Evidentemente se necesitaba mucho más para someter al gigante asiático que un puñado de barcos.
El Imperio portugués, que más tarde sería anexionado por Felipe II, mantenía abiertos puertos comerciales desde principios de siglo XVI en puntos lejanos como Goa, Malaca, las islas Molucas, Macao, y Nagasaki y había enviado embajadas a varios países de la zona; al contrario que la Monarquía hispánica que no inició conversaciones diplomáticas con China hasta 1574. En esas fechas, las autoridades de la provincia de Fujian establecieron contactos con el gobernador de Filipinas reclamando la entrega del pirata Ling Feng, que no dejaba de hostigar las costas chinas, a cambio de abrir el comercio entre ambas regiones. La fuga del pirata cuando iba a ser entregado y la muerte del gobernador Guido de Lavezares enterraron bruscamente las conversaciones. El nuevo gobernador, Francisco de Sande, era más partidario de la vía armada para extender el cristianismo por el país y propuso un plan de invasión directa. En una carta dirigida al Consejo de Indias en 1576, Sande pedía un contingente de 5.000 hombres reclutados entre los miles de aventureros que deambulaban por Perú y Nueva España en busca de los tesoros que se suponían escondidos por el Nuevo Mundo. El gobernador consideraba que la población china era incapaz de organizar una defensa firme para proteger las amplias reservas de metales que supuestamente guardaba el interior del país. No obstante, el Rey pospuso este proyecto a la espera de recabar mayor información de China, para lo cual recomendaba, por el momento, el estrechamiento de lazos comerciales.

La anexión de Portugal impulsa el proyecto
El acceso de Felipe II al trono de Portugal en el año 1580 volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de invadir China usando la plaza portuguesa de Macao, a solo tres días de navegación de Manila. Si bien la presencia lusa en Asia había abierto la puerta a los misioneros españoles para evangelizar China, también permitió que las autoridades chinas se hicieran con armas europeas vendidas por los portugueses. La anexión de Portugal dio un fuerte impulso a los planes imperiales y terminó con el intercambio de material militar.

El primer obispo de Manila justificaba la invasión por los agravios de China
Gonzalo Ronquillo –sucesor del gobernador Sande– presentó un plan mucho más realista para llevar a cabo la conquista que se alimentaba de la información recabada por una embajada encabezada por el jesuita Alonso Sánchez que fue retenida por las autoridades cantonesas cansadas de las intromisiones españolas en su país. El jesuita elevaba el número de soldados necesarios hasta los 15.000 e insistía en los muchos recursos que se podían sacar de la campaña Por su parte, el primer obispo de Manila, Domingo de Salazar, justificaba el uso de las armas contra China por los numerosos agravios provocados por el Imperio Celeste.
Mientras los castellanos debían acometer un ataque a través de Fujian, los soldados portugueses lo harían por la provincia de Guangdong. Además de la fuerza hispanolusa, se contaba con el apoyo de unos 6.000 nativos filipinos y el reclutamiento de 6.000 japoneses, un país históricamente enemistado con China que había ofrecido tropas para la ocasión.
Pero este plan para invadir China nunca abandonó el escritorio de Felipe II, puesto que el respeto a los intereses portugueses se impuso y la orden nunca fue aprobada. El desastre de la llamada «Armada Invencible» acabó definitivamente con el proyecto, salvo por alguna vaga propuesta en tiempos de Felipe III, y obligó al Imperio español a conformarse con mantener relaciones comerciales con el gigante asiático. Lo cual no era poco.
El comercio entre Macao y Manila se intensificó, aunque oficialmente estaba prohibido, y productos como la seda, tejidos, ámbar, alfombras, etc. comenzaron a llegar al Parián de Manila. A su vez, la influencia china en la sociedad de Manila creció y sus puertos se llenaron de habitantes procedentes de este país. Coincidiendo con la llegada de los portugueses y los españoles, la escasez de plata en China empujó a sus habitantes a incrementar en esos años los contactos comerciales con los europeos e incluso con Japón.

sábado, 19 de junio de 2021

Subir los impuestos es lo más sencillo




¿Dónde está aquel partido que decía que negociaría con las empresas eléctricas de tú a tú para que redujesen sus beneficios y nos bajasen el precio de la electricidad?
En Aragón se dice ‘donde no hay mata no hay patata’. Sacas a nuestra clase política del ‘y tú más’ y están como un pato en un garaje. Con la necesidad que tenemos de personas inteligentes y nos han tocado los últimos de la clase.
¿Alguien me podría decir si, pensando en la gran subida de la luz, en horas punta apagarán el aire acondicionado en el Parlamento de España, como seguramente sí que harán millones de hogares en todo el país? Y no me voy tan lejos y reformulo la pregunta… ¿alguien me podría decir si, pensando en la gran subida de la luz, en horas punta apagarán el aire acondicionado en el despacho de nuestro alcalde, de concejales o del resto de partidos de la oposición como seguramente sí que harán la gran mayoría de nuestros convecinos?
La famosa pólvora del rey se ha terminado y nuestros dirigentes siguen como el entrañable Paco Martínez Soria, erre que erre; con la diferencia que el tozudo turiasonense tenía gracia y nuestros políticos ni puta gracia. Siguen empeñados en engañarnos y que aquí no pasa nada… y sí que pasa.
No quiero pensar cómo serán las cuentas que la UE nos va exigir a los españoles para ir pagando la estratosférica deuda en la que nos han metido. Antes de votar a un partido deberíamos saber qué personas van a formar la administración de nuestro dinero, porque si no pasa lo que pasa. Necesitamos gestoría, no ideología; necesitamos gestores, no ideólogos. Sería un buen eslogan para gritarles en una manifestación: Menos ideología y más gestoría
Que cualquier concejal iletrado que no sepa lo que es un tanto por ciento o que no tenga unos estudios mínimos cobre más de dos mil euros mensuales es un doble insulto: primero a aquellos que se han dejado las pestañas estudiando una carrera y no la pueden ejercer y segundo a toda la sociedad en general. Y ya no voy por la parte académica, también por la parte profesional. No puede ser que alguien que no ha trabajado en su vida, viva como un marqués bajo el paraguas del partido. Esas sanguijuelas, esas garrapatas que sin tener veinte años o con veintipocos se afilian a un partido político y viven de lo público por obra y gracia de un carnet, que no es más que una visa pública disfrazada.
El gallinero se llena de amigos y simpatizantes cuya única misión es decir ‘sí señor’ a su líder; y los ciudadanos pasamos a un último lugar en sus decisiones. Lo mismo que para una empresa lo más fácil para hacer caja es despedir trabajadores, para un gobierno es subir impuestos. La diferencia es que en la empresa alguien se juega su propio dinero y futuro y en la política los que se juegan el pan son los sumisos ciudadanos.

sábado, 12 de junio de 2021

El Monasterio de Piedra


Hay lugares que no se pueden describir, hay que visitarlos, porque las descripciones quedan vacías de contenido. El Monasterio de Piedra es uno de esos pocos lugares.
He tenido la suerte de ir varias veces, de pequeño con mis padres y mi hermana, y de mayor en varias ocasiones. Se encuentra en Nuévalos, a unos 90 km de Zaragoza.
Un lugar del que no querrías salir y un lugar al que querrás volver.
Para describirlo sólo puedo decir lo que dijo don Quijote cuando Sancho y el primo lo sacaron de la cueva de Montesinos.

Dios os lo perdone, amigos, que me habéis quitado de la más sabrosa y agradable vida y vista que ningún humano ha visto ni pasado”.


martes, 8 de junio de 2021

Me queda la palabra



[...]
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
[...]
Blas de Otero

sábado, 5 de junio de 2021

Siglo de Oro, nostalgia




Hubo un tiempo en que en España la influencia sobre la sociedad no la tenían Belén Esteban, Jorge Javier Vázquez, Pedro Sánchez o Santiago Abascal.
Hubo un tiempo en que coincidieron en el mismo espacio de tiempo los más grandes escritores de la historia. Hoy encendemos la televisión, ¿y qué vemos? ¿Alguno de nosotros podría decir cinco escritores españoles de renombre mundial?
Hubo un tiempo en el que España no solamente estaba en su apogeo imperial, donde no se ponía el sol, sino también su apogeo cultural, lo conocido como el Siglo de Oro.
Este dibujo, probablemente utópico, pero coincidente en el mismo espacio de tiempo, me llena de nostalgia. Dicen que hemos avanzado como sociedad, sobre todo gracias a internet, pero hace cuatro siglos tenían el papel y la pluma, el pincel y el lienzo.
¿Qué es el progreso? Lo desconozco.

Aquí tenemos a algunos de nuestros ilustres hombres del Siglo de Oro.
A la izquierda y con su carpeta de dibujos tenemos a Velázquez, después Lope de Vega y Quevedo, en el centro dos lectores y Calderón con sombrero de ala ancha observa a Góngora, un poco enfadado, que se aleja del corrillo.

martes, 1 de junio de 2021

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