La última vez que lloré por la muerte de alguien fue hace dieciséis años, en el tórrido julio de 2004 falleció mi abuela materna, mi último eslabón con la infancia.
Desde entonces he conocido a gente que ha fallecido y he asistido a funerales, pero por ninguno he derramado una lágrima, porque el vínculo afectivo no era tan intenso como para ello. Pero el miércoles lloré por alguien que no conocía, el miércoles lloré por la muerte de Diego Armando Maradona.
Yo, que soy un enamorado de Johan Cruyff, ni siquiera lloré cuando falleció el genio holandés; pero Maradona tenía algo especial que no tienen muchos futbolistas, por no decir ninguno: un terrible carisma.
¿Cómo es posible que a alguien como él se le perdonase todo lo que hizo? Eso no tiene explicación.
Se dice que Messi puede ser el quinto as de ese póker de jugadores a los que nadie se atreve a discutir (Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona)… pero no sé… sin discutir la calidad de Messi creo que le falta algo para incluirlo en el mismo escalón que los anteriores; todos los adjetivos superlativos que se le dicen a Messi, tales como genio o D10S, ya se los han dicho antes a Maradona, por lo tanto, Messi no inventa nada… para mí tendría un pie en el segundo escalón y otro en el primero, algo, sin duda meritorio.
Las jugadas de Messi, que no dejan de ser fantásticas, da la sensación que ya se han visto antes; es más, si hicieran la misma jugada ambos, por lo que sea, por algo que no se puede explicar, la de Maradona sería superior. El debate de si Messi está a la altura de Maradona o si es mejor lo perdió el jugador del Barcelona el pasado miércoles. Messi jamás llegará a la gente como lo hizo el Pelusa y, al fin y al cabo, son las personas (en este caso los argentinos en particular y los aficionados al fútbol en general) los que eligen a sus ídolos y, claramente, se han posicionado.
Mucho se ha escrito y se escribirá sobre el Diego… difícilmente podrá volver a existir alguien como él.
Ha muerto un dios, ha muerto el fútbol.
Como dijo Víctor Hugo Morales: “Gracias Dios por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas…”
Barrilete cósmico, ¿a qué planeta te fuiste?