martes, 30 de julio de 2019

sábado, 27 de julio de 2019

Pobre España


Pobre España. Esto mismo dijo Larra hace casi 200 años... y en esas estamos.


Dice el refrán: Señor, líbrame de las aguas mansas, que de las bravas ya me libro yo. Lo mismo se podría aplicar en política. La derecha ya se sabe cómo es y no me preocupa, porque no me van a engañar. El problema viene con el PSOE. Este partido si no te la juega a la entrada te la jugará a la salida. 
Lo ocurrido esta semana en la fallida sesión de investidura ha sido un ejemplo de lo que son. Escuché al Presidente en funciones Pedro Sánchez hablando de lo orgulloso que está de los 140 años de la historia de su partido. De un tío que plagia su tesis doctoral, ¿qué se puede esperar? Pues, ni más ni menos, que sea un ignorante. Ya he escrito en ocasiones anteriores sobre la historia del PSOE y no me apetece volver a hacerlo, ahí está para el que le interese aprender, pero me pregunto, ¿también está orgulloso de que el PSOE fuese el único partido que apoyase la dictadura de Primo de Rivera y, por ello (junto con su sindicato la UGT), el único partido político legal? ¿También está orgulloso de que por ansias de poder pusiesen palos en la rueda de la II República creando (junto con los incipientes partidos fascistas) un clima de inestabilidad? ¿De las continuas intrigas durante la Guerra Civil? ¿Del Congreso de Suresnnes?... ¿De qué parte de la historia de su partido está orgulloso este ignorante? 
Y, para rematarlo, tomó la palabra la número 2 del partido, Adriana Lastra. Yo creo que le pega más Adriana Lastre, porque, realmente, esta tía es un lastre para las arcas públicas. Estamos ante la nini del PSOE, cuyo mérito es llevarse bien y haber apoyado a Sánchez cuando lo echaron los de su propio partido. Lastra no trabajado en su vida, se afilió a los 17 ó 18 años al partido y ahí ha ido medrando hasta llegar donde está, siempre cobrando del dinero público. Pasó de la teta de su madre a la teta del Estado. Por su puesto, como nini ejemplar, tampoco ha sido capaz de terminar una carrera universitaria. Vamos a ver, ¿qué lecciones de economía, sanidad o lo que sea puede dar una persona cuyo currículum académico y laboral cabe en la mitad de una cara de un papel de fumar? Cada vez que habla es para coger un tebeo y ponerse a leer, en cualquier historieta de Mortadelo y Filemón hay más sentido común que en las palabras de esta nini. Que una persona, que no ha sido capaz de terminar una carrera universitaria, tenga un cargo de responsabilidad en un partido que puede dirigir España es para echar a correr y no parar hasta llegar a Vladivostok. 
Pero centrándonos en lo de la investidura… era algo que se veía venir. El PSOE nunca, jamás, tuvo voluntad de pactar. Comenzando por excluir a Pablo Iglesias diciendo Sánchez que: “Necesito un vicepresidente del Gobierno que defienda la democracia española”. Es decir, necesita los votos de un partido acusando a su líder de ser antidemocrático. Mal empezamos. ¿Alguien se imagina que Podemos hubiera dicho que, para apoyar al PSOE, el candidato tendría que ser otra persona? Supongo que esperaba que el ego de Iglesias rompiese todas las negociaciones, pero no esperaba que el líder de Podemos renunciara a un puesto gubernamental y hubo que montar a toda prisa una estrategia para iniciar una negociación no deseada. A partir de ahí todo han sido ninguneos y despropósitos. 
Incluso el plagiador de tesis, entre las excusas que esgrimió fue que “Podemos no ha tenido experiencia de Gobierno”… ¿y qué experiencia tiene él (o tenía) el primer día que fue Presidente gracias, precisamente, a los votos de Podemos? ¿Significa eso que alguien sin experiencia no puede desarrollar el cargo que ocupa? Entonces, ¿un recién licenciado no puede ejercer, verdad? ¡Porque tampoco tiene experiencia! Pero así está el mundo. Sin embargo, sí tiene experiencia y puede ser portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados una persona que no ha sido capaz de terminar una carrera universitaria, ¡qué vergüenza! Pepiña 2.0.
Finalmente, Carmen Calvo, vicepresidenta en funciones, anuncia (con casi dos meses para que se inicie otro debate en septiembre) que se cierran las puertas a un Gobierno de coalición con Podemos… ¿esa era la voluntad que tenían de negociar? 
Si en este país hubiera menos ignorancia y, probablemente, más vergüenza, el PSOE no serviría ni para barrer el gallinero del Congreso. Pobre España. 

martes, 23 de julio de 2019

Verano



Mi abuelo solía decir: El verano es para los ricos, para el que no tiene que trabajar y puede estar tranquilo, sin preocupaciones, a la sombra. Yo, por aquel entonces, no lo entendía... hace ya algunos veranos que hago mía esa sentencia... y es que los mayores nunca se equivocan.

martes, 16 de julio de 2019

Metas y finales (de ejercicio)



Para los que dicen que no es importante la meta si no el camino… les invitaría a que hagan el viajecito que hice ayer con la moto.
Y, encima, el sablazo de Hacienda.


Para que después digan que ‘Hacienda somos todos’, ¡y una mierda! Unos lo somos más que otros.

sábado, 13 de julio de 2019

Angélica


Es una sensación extraña encontrarte con alguien después de casi nueve años. En situaciones así, uno puede suponer lo que decir, lo curioso es que queda todo en suposición.
El pasado jueves me reencontré con Angélica, después de muchos años. Por las vueltas que da la vida ella está trabajando en Albacete y aprovechando la estancia en mi pueblo me acerqué a visitarla.
Creo que pocas veces he dicho esto, pero ella está mejor con los años. Parece como si hubiera estado metida en una cápsula en la que el tiempo corre de otra manera diferente para el resto de los mortales.
Sí que la noté distinta en la forma de expresarse, como si estuviese a la defensiva (imagino que podrá tener motivos para ello), pero a lo largo de la tarde, casi al final, volvió a ser la mujer que yo recordaba.
Una tarde no es nada, temporalmente hablando, y más si es con alguien que es de un lugar de La Mancha… aunque se negó a hablar del Quijote… imagino que sería para que no me quedase a cenar.
Tengo la sensación que quedaron muchas cosas por hablar, quizá porque no se dio la ocasión o porque después de tantos años no era momento de ello. No obstante, me quedo con una cosa que me dijo, que muchas cosas que le han sucedido en estos años, de forma directa o indirecta, han sido como consecuencia de la relación que tuvimos. De una u otra forma parece que yo he sido una especie de Michael Landon en Autopista hacia el cielo… Un tipo de ángel que aparece, hace lo que tiene que hacer y se va.
Me enorgulleció, aunque creo que no se notó, pero por dentro estaba pletórico, que me dijera que, esté donde esté, va mirando hacia arriba cuando va por las calles.
Podría decir, sin temor a equivocarme, que es la única persona que conozco con la que podría estar horas y horas conversando de lo que ella dice que para mí es una religión: el Quijote. A pesar de haberse negado en esta ocasión tengo la excusa perfecta para convencerla; en Albacete hay un restaurante en un edificio modernista, con una decoración muy particular, lo descubrimos cuando ya me iba... sería un escenario perfecto.


martes, 9 de julio de 2019

El calor del amor en un bar



Me apetece…
Coger la moto…
Sin rumbo…
Llegar (no importa el lugar)…
Sentarme en una terraza…
Que aparezcas…
Y comenzar con una...
Dos…
Tres cervezas…
O lo que sea…
Hasta…

Y quiero compartir…
Yo no puedo pensar en todo…
Por eso espero que te hayas preocupado…
De reservar una habitación…
Para seguir bebiendo…
Dormir…


Mañana será otro día…



sábado, 6 de julio de 2019

Sin miedo a nada


Habíamos quedado que nos veríamos sobre las 8 de la tarde, allí, en el Ronin. Teníamos que hablar. Creo que era martes y yo el jueves defendía el proyecto.

Había quedado con Plácido después de mucho tiempo. Por las fechas que son nos pusimos a recordar estos meses hace años, agobiados por los exámenes cuando el calor invitaba a otra cosa. Las noches eran calurosas y al tener la ventana abierta parecíamos un bufet libre para los mosquitos. Después de un largo rato comenzó a hablar de Victoria. Contó algo que yo desconocía, al menos los detalles.

Ella apareció, como siempre, no muy puntual -continuó Plácido- yo estaba sentado en una mesa del fondo. Cuando llegó me saludó y se sentó. Se la notaba con cierto nerviosismo, como si no quisiera estar allí, sospecho que ella intuía el verdadero motivo por el que habíamos quedado. Estuvimos hablando de cosas banales cuando, cambiando de tema le dije: el jueves defiendo el proyecto.
- ¿Cómo lo llevas? -me preguntó.
-Bien, lo tengo bastante controlado, tengo que practicar para hacer una exposición mucho más rápida.
- Bueno, seguro que tendrás suerte… A ver cuando lo presento yo y me voy de aquí.

En ese momento se hizo un silencio entre los dos. Sabíamos lo que eso podía suponer… el adiós… la separación. Nuestro paso por la universidad había estado marcado por ambos. Lo nuestro era un secreto a voces que, a veces, se hacía difícil.
Fue en ese momento cuando le dije lo que le quería haber dicho al principio y no hice por miedo a perderla, a que aquello que era nuestro se convirtiese en polvo. Siempre pensaba, tenía la esperanza que ella querría seguir adelante y que, finalmente, algún día daría el paso y me diría lo que yo quería escuchar… pero nunca llegaba. Pasaban los años y seguíamos igual. Imagino que en aquellos tiempos yo veía el final muy lejano y por ello no forzaba nada esperando que las cosas siguiesen su curso. Pero ya era el final y había que decidir. Con la edad ves las cosas de diferente forma y el Plácido de hoy hubiera tenido una charla con el Plácido de ayer. Entonces, sin rodeos, le dije:
- El jueves presento el proyecto. Se cerrará una etapa muy importante en mi vida y comenzará otra. Victoria… déjalo y vente conmigo. Comencemos los dos juntos un nuevo camino.

Ella me miró… calló durante unos segundos, que parecieron una eternidad, y contestó:
- Diego tiene que ser el padre de mis hijos.

Se levantó, me deseó suerte para el tribunal y se marchó. Esa fue la última vez que la vi *.  En ese momento, como si el destino quisiera poner la guinda a aquello, sonó en televisión el sonido de un piano, una canción que entonces era número 1. Yo quedé allí... pensando... recordando... desde el primer al último minuto pasaron por mi mente, ¿había merecido la pena? Esa era la pregunta que me rondaba mientras sonaba la canción.



Lo que acababa de escuchar era algo que desconocía. Él jamás nos lo contó y nosotros nunca le preguntamos. En ese momento tampoco quise preguntar que pensó en aquel momento. Probablemente me hubiera sorprendido... o no.
Plácido aprobó el proyecto y se fue. Todos nos fuimos.
Victoria acabó al año siguiente. Según me contaron, Diego la dejó al año y medio.

* La última vez que Plácido vio a Victoria fue en noviembre de 2017, como ya conté en su día.