martes, 26 de febrero de 2019

Antonio Machado y Manuel Azaña, eternos



Se ha celebrado el 80º aniversario del fallecimiento de Antonio Machado en Colliure, la localidad francesa a la que llegó, ya enfermo, en compañía de su madre, su hermano José y la esposa de este huyendo del ejército franquista. Allí continúan sus restos, en una humilde tumba acorde a su personalidad, mientras que los del dictador fascista que provocó con su golpe de Estado la Guerra Civil siguen en su mausoleo en el corazón del país que gobernó con mano de hierro durante cuatro décadas.
Ahora, ya, más de ochenta años, en que uno de los más grandes poetas de la literatura española continúe en el destierro francés es el claro ejemplo que este país no es normal, que sigue siendo una “España de charanga y pandereta”. Y no se trata de que muchos de los mejores españoles, desde Goya hasta Picasso (entre ellos la lista es larguísima) murieran en el exilio, sino de que muchos de sus compatriotas lo consideren algo normal e incluso merecido. Parece que en España es compatible amar a la Patria con olvidar a los mejores intelectuales.
Lo mismo que de escritores y artistas valdría para políticos, como es el caso del último Jefe de Estado elegido democráticamente, el Presidente de la II República D. Manuel Azaña, cuyos restos permanecen en la ciudad francesa de Montauban, donde murió en noviembre de 1940 perseguido por los nazis y la policía franquista. Mientras tanto, los verdugos continúan ocupando lugares de privilegio en los lugares donde fueron enterrados.
Extraño patriotismo es este, consistente en amar mucho a España, pero en despreciar y odiar a los españoles que no comparten tus ideas. Aunque sean como Machado, Lorca, Azaña, Picasso, Juan Ramón Jiménez, Juan Peset… los más reconocidos en el mundo y los que mejor representan nuestra forma de ser.
Es por ello que no debe de extrañar que Pedro Sánchez, vasallo de Felipe VI, haya querido burlarse (homenaje lo llaman algunos) de D. Antonio Machado y D. Manuel Azaña, visitando sus tumbas y poniendo sobre ellas una corona de flores con los colores de la misma bandera que los echó de España. Está claro que nuestro actual Presidente sería una de esas personas que jamás se exiliaría.

2 comentarios:

Leo dijo...

Yo pienso que 'los grandes de España' deberían de estar en una humilde tumba pero, en España, en un lugar acorde a la paz de cada uno de ellos en vida...

Marino Baler dijo...

Leo... Mientras no cambién algunas cosas, eso no podrá ser. Machcado y Azaña están bien donde están. Una vergüenza para nosotros, pero es así.