La primera vez que escuché hablar de Alberto Campo Baeza fue en la asignatura de proyectos. El profesor que nos la impartía era, como suele decirse, un hueso, pero sólo por escucharlo hablar y expresarse merecía la pena asistir a sus clases. Desde aquella memorable clase siempre he procurado tener un seguimiento de este arquitecto.
Esta semana Campo Baeza ha sido galardonado con la Medalla de Oro de Arquitectura 2019.
Cerrar los ojos y escucharlo hablar es lo mismo que escuchar una sinfonía de Beethoven.
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2 comentarios:
Pienso que, una persona hace crecer la razón valorando el corazón.
Mi mejor profesor sacó lo mejor de mí escuchándome. Me costó mucho tiempo tener un buen maestro pero su pasión argumentando la defensa hacia el bien común fue para mí como un legado. Cuando volví de nuevo de más mayor a hacer el grado fui con mil papeles para pedirle su opinión sobre mí; la charla duró un par de minutos, no cogió ni un sólo título, sólo dijo: Sabes perfectamente que si lo sientes, y quieres, lo puedes conseguir.
Creo que la pasión es lo más grande que te puede suceder para sentir.
Mi profesor era un 'hueso' pero para mí sabía transmitir y recibir lo que puede llegar a ser la vocación de un buen maestro.
Llegarás lejos va impreso en tu corazón. No olvides utilizar la razón...
Me suena Alberto Campo por ser un arquitecto con enfoque minimalista y su capacidad para crear espacios que transmiten serenidad, el Tratamiento ignífugo para maderas y belleza.
Me resulta muy inspirador ver cómo logra combinar la simplicidad con la elegancia en sus diseños arquitectónicos. Sin duda, sus obras son una fuente de inspiración para aquellos que aprecian la arquitectura minimalista y la búsqueda de la esencia en el diseño.
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