sábado, 8 de febrero de 2020

Marieta Violante



Soneto de repente’. Así se titula el famoso soneto que escribió Lope de Vega y que comienza de la siguiente manera:

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tanto aprieto

Ni se llama Violante ni para mí es tal aprieto, pero fue lo primero que me vino a la memoria cuando mi amiga María (a veces crítica literaria de lo que escribo y cuya opinión tengo en gran consideración) me sugirió que escribiese algo para ella.
Tengo que confesar que no tenía pensado hacerlo (en estos momentos mis pensamientos están en otras cosas) y me pongo delante de la pantalla, con los dedos en el teclado… leo lo que voy escribiendo y miro el teclado y… ¡pues quizá pueda entender a Lope!
Bueno, voy a ser correcto y a decir lo que cualquier persona de su entorno. Marieta (es como yo la llamo) es una buena amiga, es la mejor, siempre está ahí cuando se la necesita, ella puedo con todo, con todo y con más, luchadora, nunca se rinde… Las anteriores descripciones serían hipérboles que ella al leer este escrito va a entender, un juego de palabras entre ambos a modo jocoso.
Bien. La anterior descripción sería la que yo podría definir la de ‘para quedar bien’, ser correcto. En este caso, y sin ser irreverente, daré la mía… aunque ya lo hice aquí, y, desde entonces, mi opinión no solamente no ha cambiado, si no que ha ido a mejor.
Nosotros nos vemos muy de tarde en tarde, vive en un pueblo de Sevilla y yo no suelo ir por allí; tiene que ser hacerlo ex profeso o cuando vaya a visitar a mi hermana, que vive a 50 km de ella. No obstante, a pesar de los largos espacios de tiempo sin vernos, son lo suficientemente agradables y aprovechados como para cuando tenga que hacer balance en el invierno de mi vida, pueda decir, sin miedo a equivocarme, que soy afortunado por tenerla a ella de amiga.
Tenemos pendiente, desde hace mucho tiempo, una botella crema catalana para una noche de confidencias… aunque a veces no ha hecho falta estar juntos para hacerla cómplice de mi estado… una botella de vino y un teléfono estando ella al otro lado son suficientes para confesar (algunas horas de sueño le debo).
Al final, no ha sido tan gran aprieto, Lope exageraba.

3 comentarios:

Marieta dijo...

Gracias,muchas gracias...

Alba dijo...

María como no aplaudir esta entrada, felicito a Marino por tener el honor de tenerte como amiga pues es afortunado por contar con tu presencia y compañía...
Eres una gran mujer, esas que se admiran por lo que eres y por lo que transmites, sigue adelante con tu perseverancia y no pierdas esa alegría que contagias con tu sonrisa. Gracias por ser y por estar...
Te mando un abrazo de desde la distancia.

Marieta dijo...

Dulcinea, gracias por tenerme en alta estima, no le devuelvo a Marino nada que no haya recibido de él con anterioridad.