martes, 7 de abril de 2020

Las Semanas Santas



Siempre me ha gustado la Semana Santa. Sí, lo digo yo que soy un ateo convencido, aunque ahora no es momento de explicar porqué lo soy.
Me gusta la Semana Santa desde el punto de vista artístico y no como lo que podría representar a cualquier creyente, yo solamente veo arte en las imágenes que salen en procesión y tengo que reconocer que, aunque no asista a procesiones, cuando he tenido la posibilidad de ver esos grupos escultóricos no he perdido la ocasión de hacerlo y es que una cosa no tiene que estar reñida con la otra. Recuerdo la primera vez que fui a Roma, una excusión al acabar la EGB y me negaba a entrar en iglesias por lo que representaban. Volví años más tarde con el instituto y decidí que ir a Roma y no entrar en una iglesia era un verdadero absurdo. Lamenté no haberlo hecho la primera vez por todo lo que me perdí; después he vuelto más veces por mi propia cuenta por el simple hecho de ver iglesias. Para mí una iglesia, cualquiera, más allá de la finalidad para la que se haya construido, tiene un valor artístico y arquitectónico que se debe tener en cuenta y no se debe despreciar. Lo mismo ocurre con la Semana Santa; sus imágenes merecen un respeto, si bien cualquiera puede decidir si desde el punto de vista religioso, indudablemente desde la visión artística.
Yo, independientemente de mis creencias, no puedo dejar de emocionarme ante el Cristo de Miñarro del que hablé en esta entrada.
Igualmente tiene otro carácter más profano. De pequeño, cuando iba al colegio o al instituto, la recuerdo como casi una semana de vacaciones.
Después, cuando estaba en la universidad tenía un sentido mucho más práctico; era cuando volvía a casa desde las fiestas de navidad y después de tres meses fuera de casa se agradecía volver. Al mismo tiempo significaba otra forma de enfocar lo que quedaba de curso. Al volver comenzaba lo más duro hasta los exámenes finales de julio, tres meses terribles en los que no había tiempo para nada que no fuera estudiar… madrugones, noches acostándome tarde o incluso sin dormir.
Todo eso han significado para mí estos días en los que estamos. Actualmente, como he dicho al principio, disfruto de sus imágenes.
Si hay unas letras que representan la Semana Santa, estoy seguro que son las del poema ‘La saeta’, de Antonio Machado, a las que Serrat puso música. Una delicia.



17 comentarios:

Benja dijo...

Si somos creyentes como si no, la Semana Santa es importante para todos, es más cultura y tradición que fe. Las imágenes de las Vírgenes y los Cristos que salen en las procesiones, son de incalculable valor. Y además atrae mucho turismo y económicamente también es muy importante.
En cuanto a tener fe, es algo particular de cada persona. Yo he pasado diferentes etapas, desde no creer en nada a intentar encontrar el sentido de la vida.
«El dia de Pasqua Pepico plorava perquè el catxirulo no li s'empinava» a que tu Mariano, recuerdas esta tradicional tarara. La mona de pascua, volar el catxirulo o cometa, esclafar el huevo duro en la cabeza de alguno y saltar a la comba. Estas también son tradiciones importantes de nuestra cultura y que este año se va echar de menos.

Leo dijo...

Yo, creo en las personas, y, en que todo de algún modo viene por el esfuerzo personal. Respeto cualquier tipo de fe, pero, no a un sometimiento brutal.

Recuerdo la Semana Santa. Estudiaba en un colegio católico, era un mes de escuchar los tambores que no nos dejaban escuchar las clases. Una música fría y triste. No me gustan en absoluto las procesiones, son para mí una verdadera pesadilla desde siempre. No soporto ver a una persona sangrando colgada en una cruz sangrando, lo único que siento son ganas de descolgar a ese hombre de allí. Tampoco soporto ver a las personas encapuchadas y tapando sus caras porque no me transmite transparencia.

Respecto a las iglesias; sé que son arte creado con humildad por grandes personas, pero, no me gusta que sus propietarios no lo utilicen para un bien que subsane la hambruna y la educación para sobrevivir miles de miserias.

Yo creo en ayudar al prójimo. No en llantos sin sentido ni mentiras sin eficacia para prosperar entre todos.

Yo creo en lo que veo. Nada más.

Leo dijo...

Ya sé que he repetido dos veces la palabra sangrar.No es correcto. Pero define lo que odio la maldad.

Benja dijo...

“Respeto cualquier tipo de fe, pero, no a un sometimiento brutal”. Espero que no te refieras a España. Porque aquí no se somete a nadie, cada uno es libre de pensar y de hacer lo que le dé la gana. Se representa la muerte de Jesús, la música va con acorde a lo que se celebra. Y a mí me llama mucho la atención, esta forma de pensar, quitarle las bienes a los demás. Menos cuando los bienes son vuestros, entonces no estáis dispuestos a repartir. Para que lo sepas la mayoría son copias, porque en la guerra civil ya se encargaron de quemar lo todo.

Marino Baler dijo...

Benja, lo que dices de la canción, yo la cantaba con Vicentet, en lugar de Pepico. Y sí, la Semana Santa de mi infancia tiene todo eso que has dicho.

Por otra parte, a mí la Semana Santa solamente ese sentimiento por lo artístico e histórico. Lo histórico me retrotrae, también, a unos tiempos en los que la religión era el centro de la sociedad; una sociedad atávica, supersticiosa y analfabeta, la que muy bien definió Machado como "cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María"... Una España que, después del Vaticano era el país que más curas tenía. Desde un punto de vista histórico me recuerda a aquella España en la que había besarle la mano a un cura si te lo encontrabas por la calle (esto me lo han contado mis padres y abuelos), una España negra, oscura y con olor a incienso.
Cuestionar la fe de nadie es algo que no creo que sea sano, ahora bien, imagino que tantos argumentos podrá tener un ateo como un creyente para sus convicciones. Si nos metemos a discusiones de fe, esto se haría eterno.

Leo dijo...

Benja, no me refiero a España sino a lo que he vivido con la religión y sus normas. Lo que no te voy a permitir es que a mí me culpes de falta de generosidad cuando no me conoces ni puedes juzgarme. Respeto a las personas creyentes con todo mi corazón, pero, no el sistema impuesto por la iglesia. Lo he vivido en piel y no me han demostrado ninguna bondad. Lo cual no implica que existan religiosos, buenos y maravillosos, dentro de la iglesia. Y tengo muy claro quien soy. Yo no sé a quién te refieres cuando dices "los bienes son vuestros".

Leo dijo...

Y no me hagas hablar sobre la generosidad de la iglesia... pero tengo bastantes historias que escribir. Sin embargo, te contaré una maravillosa para que veas. Mis abuelos eran ateos y unas personas con un corazón que no les cabía en el pecho, tanto es así, que en la guerra, cuando escuchar a la Pasionaria estaba prohibido, el cura de mi pueblo salió en defensa de mi familia diciendo que eran personas honradas. Mi familia es maravillosa pero no creyente y todos nos respetamos.

Leo dijo...

Y a mí no me gusta ver a un señor crucificado sufriendo, ni, a las personas con la cara tapada. Y eso es lo que siento. Luego cada uno que vea lo que quiera.

Leo dijo...

Ya se me ha pasado el enfado. Sí a tí te gusta y te viene bien, pues, fenomenal.

Benja dijo...

Mis disculpas Leo, nunca ha sido mi intención ofenderte o faltarte el respeto. Es un error muy común en mí usar el pronombre vosotros. Y no debo de hacerlo, porque no me refiero a alguien en particular del blog, sino a una parte de la sociedad que piensa lo mismo que tu. Pero eso no quiere decir que una persona que piense así no sea generosa con los demás. Podría haberlo hecho de otra manera, pero los errores se cometen cuando se hacen las cosas con prisas y escribir hay que hacerlo con tranquilidad y repasando.

Leo dijo...

A mí me pasa lo mismo Benja. Voy y planto lo que siento, aunque, luego me disgusto toda una noche. Pero, a mí me gusta más escribir aunque nos equivoquemos, es una forma de crecer.
No quiero verte triste. Lo demás no importa. Y yo, también hago un lío para "arriba y para abajo con la religión". Muchas veces, hablo con no sé quién... y siempre digo..."Voy a ser mucho mejor".
Bueno, tenemos que escribir estos días... ¡¡A mí me encanta!!

Benja dijo...

Yo creo en la democracia de verdad y en una sociedad en donde todo ser humano pueda expresar libremente sus opiniones e ideas.

Alba dijo...

Buen día
Que buena entrada y muy oportuna según la fecha Marino, yo soy creyente, católica de nacimiento y desde ahí he seguido con la fé intacta. Como dice Marino, Benja y Leo, cada uno cree en lo que quiere creer y no por ello deja de ser mejor o peor persona; de la misma manera que respeto a cada uno de ustedes por ser ateos o de la religión que cada uno escogiese para llenar su alma de paz interior.
He visto a lo largo de mi vida tantas cosas negativas por parte de la iglesia y de quienes rigen su mandato que no me hacen orgullosa de ellos. Pero mi amor hacia Dios va más allá de honrar o criticar, es saber que somos hermanos unos a otros y lo más importante es ir por la vida tratando de hacer el bien y no dañar u ofender, dar lo mucho o poco que se pueda pero siempre por convicción de que todos los seres humanos debemos y podemos ser mejores personas cada día... Por que más que creyentes o ateos somos exclavos de nuestras acciones.
Les deseo lindos días y mucha paz y tranquilidad.

Marino Baler dijo...

Creo que todo se sintetiza en lo que dice Dulcinea, es decir, lo que importan son buenas acciones.
Voy a decir algo que todos conoceréis, pero he visto a verdaderos sinvergüenzas e hipócritas que iban a misa todos los domingos, llevaban estampitas de santos en el bolsillo y que no se perdían una procesión para rezar; igualmente he visto ateos que eran verdaderos sinvergüenzas e hipócritas y mejor tenerlos en la otra parte del planeta... ¿qué quiero decir con esto? Que el ser creyente o no a uno lo hace mejor ni peor persona; eso va con la forma de ser de uno mismo, con su propia esencia.
Para mí, el ser creyente tiene que ver con una forma de ver la vida y que para nada perjudica o beneficia a los demás si los actos no van en consonancia con buenas acciones.
Llamémosle fe o como queramos hacerlo; en algún momento todos necesitamos esos momentos de retrospección que nos hacen sentirnos bien. En mi caso, a veces, voy a la basílica del Pilar y allí me siento en un banco a pensar, en silencio... y me gusta hacerlo, me siento bien y no pienso que eso sea algo que no deba hacer por ser ateo o que esté reservado sólo a los creyentes. Me llena de paz... quizá, mis acciones sean menos dañinas de las que. muchos que siempre tienen a Dios en los labios.
A mí me interesa cómo son las personas y el fondo que tienen, no en lo que creen o dejan de creer.

Benja dijo...

Muy de acuerdo en lo que habéis dicho en vuestras entradas Por mi parte, debo una explicación sobre todo a Leo, de porque reaccione de esa manera.
La familia de mi padre en general eran muy católicos e incluso lucharon antepasados nuestros en las guerras carlistas, según contaban. Por parte materna todo lo contrario, republicanos hasta la médula. Y creo que una vez ya se lo comenté a Marino, que mi madre y un par de hermanos estaban en el Sindicato CNT en la dictadura y había que echarle narices.
Mis padres, dos persona de dos familias con ideas totalmente contrapuestas y nunca he visto a nadie, que se quisieran y respetaran tanto como ellos.
Ya que mi padre era ferroviario, podíamos viajar gratis en los trenes. Y siempre en Semana Santa elegían un pueblo y nos íbamos pasar el día y a disfrutar de la fiesta. Aunque Semana Santa es sobre todo una fiesta religiosa, para mí...es mucho más. Porque parte de lo religioso es también tradición y cultura. Y en la última Semana Santa de mi padre, eligieron Liria. En donde la Semana Santa se festeja con gran emoción y la gente participa vivamente de los actos y es muy conocida.
Se acabo la fiesta y volvimos a la rutina de todos los días. Y mi padre se fue a trabajar y no lo volvimos a ver vivo, en el trabajo tubo un derrame cerebral.
Y la verdad, que a un no sé porque reaccioné así, tenía que haberle explicado porque la Semana Santa es especial para mí. Pero esto no es excusa, cualquiera de los que participamos en “Pensamientos y más cosas” tenemos el derecho de opinar de cualquier tema con educación y respeto. Y la verdad que me sentí bastante mal, pero de los errores también se aprende.

Leo dijo...

Dulcinea,acertada reflexión en mi opinión. Yo veo bien creer en lo que cada cual quiera. Lo que no veo bien es predicar sin dar ejemplo. Como bien dices hay personas que no son esclavas de nada porque no tienen escrúpulos ni conciencia. No se puede, por ejemplo, pedir porque no se muera la gente de hambre si eres tú el millonario que puede erradicar la pobreza. Aún no he visto yo que 'baje nadie' a poner orden en el mundo, así que, no nos queda otra que ser nosotros buenas personas con los demás.

Benja, yo no puedo sentir la religión pero sí puedo sentir que sientas estas fiestas con mucha emoción porque a mí me pasa con la Navidad, con mi padre eran mágicas. Siento con todo mi corazón lo de tu padre. Sé lo que se siente. Aún te escribo llorando. A veces, hablo con él y sé que me contestaría que tengo que ser feliz y luchar por mis sueños.
Curiosamente, la familia de mi madre era republicana y la de mi padre católica y, aunque, mi padre no creía en el sistema de la iglesia íbamos algunas veces a rezar a la Virgen del Pilar...
Lo importante, es tener unos sentimientos buenos.

Por supuesto, disfruta de estas fiestas como a tus padres les gustaría verte. Valiente y feliz.

Igualmente para Dulcinea y Marino.



Benja dijo...

Tus padres y los míos son un ejemplo a seguir. Cuando el amor y el respeto hacia una persona que amas son mas importantes que cualquier otra cosa.
Con respeto a la región. Yo no soy tan religioso aunque si creo en un Dios. Porque al final que significa la palabra Dios”creador” y todas la civilizaciones han tenido sus dioses, y ¿quienes eran” todo aquello que les daba la vida, el sol, la tierra, el agua, el fuego etc.
A mi no me atan dogmas o leyes de la iglesia que me dicten cómo debo vivir, yo vivo según mi conciencia y procuro no hacer daño a nadie. Solo busco encontrar un sentido a mi vida y la religión es parte de nuestra vida. Pero soy muy crítico con algunas de sus leyes y normas, que están obsoletas y no están pensadas para los tiempos que vivimos.