sábado, 25 de abril de 2020

Saliendo del castillo



Engañado he vivido hasta aquí, que en verdad que pensé que era castillo, y no malo […]

Esto dice don Quijote en el capítulo XVII de la primera parte, cuando salía de la venta en la que había estado alojado y el ventero le pide que pague el hospedaje. En cierta forma me siento identificado con esta frase, sí, engañado he vivido hasta aquí.
Siempre he sido un apasionado de la política, me había creído la frase de que si tú no haces política otros la harán por ti y a lo largo de mi vida esas inquietudes me han llevado a militar en un partido político -Izquierda Republicana-, a asistir a mítines, incluso a ir a Madrid desde Zaragoza por asistir a una reunión de media hora o estar un domingo en la Puerta del Sol con una mesa y una bandera republicana mi espalda pidiendo firmas contra la monarquía. No, no me arrepiento de ello, ya que ello forma parte de un sentimiento y una manera de vivir que yo tenía.
Miguel de Unamuno, el gran filósofo, apoyó al principio el alzamiento contra la República porque creía que era la posibilidad de encauzar la deriva del país. Luego, a la vista de la represión de las tropas alzadas, principalmente en Salamanca, su inicial entusiasmo se torna en decepción, entre “los hunos y los hotros” llegará a escribir ante los horrores de una guerra civil.
Ese halo de decepción y tragedia es el que me embarga en estos momentos y me encuentro en una tierra de nadie, ideológicamente hablando. No sabría si definirme como liberal o como anarquista, es por ello que confieso que tengo una crisis política de la que espero algún día poder encontrar la salida.
Siempre me he considerado de izquierdas (y lo sigo siendo). De la derecha no quiero decir nada, los que me conocen, ya sea personal o virtualmente, ya saben cuáles son mis opiniones hacia ellos; por eso las derechas nunca me defraudarán, porque no creo en ellas, por así decirlo, ya me espero sus sinvergonzonerías.
En este país no hay izquierdas. El PSOE no se puede considerar de izquierdas. Varias veces he hablado sobre ellos y he contado su historia… el partido más traidor y oportunista que ha existido y continúa existiendo (no entiendo cómo) en la historia de este país. Y esto no es porque yo lo diga, simplemente hay que tener ganas de leer un poco sobre su historia. Yo les he votado y confieso mi arrepentimiento.
Confiando en Podemos he vuelto a sentirme engañado, entre otros motivos que no me apetece contar, porque sería continuar con un cierto compromiso político del que quiero evadirme, ya conté aquí mi desencanto y asqueamiento por la política.
En este país la izquierda vive anclada en el siglo XIX o principios del XX. Actualmente la lucha de clases no existe, eso es un bulo que nos han seguido contando y que no les ha ido del todo mal. La izquierda española cree que para que al obrero le vaya bien deben atacar al patrón, para que el trabajador tenga una vida digna deben ir contra el empresario… y no es así; al que le debe ir bien es al empresario, para que al trabajador le vaya igualmente bien.
Este país lo sostienen principalmente autónomos y pymes. Fiscalmente yo soy un empresario; tengo mi número de REA, NIF y tengo 8 trabajadores contratados por los que cotizo a la SS y pago un salario según convenio todos los meses. La cosa está clara, si a mí me van bien las cosas yo podré seguir dando trabajo a mis empleados, cumpliendo con mis obligaciones fiscales y pagarles el sueldo; si me va mal no será así y tendré que despedir a gente. Porque la SS no me dirá algo parecido a: “mire usted, está pasando una mala racha y por ello, para que no tenga que despedir a nadie le vamos a rebajar la SS, de esa forma usted se recupera y puede mantener a sus trabajadores sin necesidad de enviarlos al paro”. No, eso no lo dice. Lo que hace es que, si te pasas un día, sólo un día de pagar (como me pasó una vez) te cargan un 10% y si no lo has pagado en ese mes, al mes siguiente te cargan un 20%. Ese es el Gobierno que tenemos y se pone la etiqueta de izquierdas. Pero claro, esto los funcionarios y asalariados no lo saben; ellos creen que todos los meses la nómina se ingresa por arte de magia y sólo buscan derechos y más derechos, sin saber que, a veces, esos derechos van en contra de ellos mismos.
La carga fiscal es enorme y con esta crisis sanitaria muchos autónomos y pymes se verán abocados al cierre por no protegerlos, por no proteger a aquellos que crean empleo.
Estoy convencido que esos mismos trabajadores que quieren derechos también tienen derecho a que se le hagan los test del coronavirus, pero muchos no han podido hacérselos porque no hay suficientes, sin embargo, no los veo decir nada porque a Irene Montero, la mujer de Pablo Iglesias, se los hayan hecho tres veces.
Dicho lo anterior, en un sistema como el que vivimos, lo que realmente interesa es que la economía funcione y si la economía funciona todo lo demás lo hará y todos podremos contribuir más. Por ejemplo, en lugar de pagar 600 € de SS por un trabajador, si tuviera que pagar 300, probablemente, podría dar trabajo a otra persona, lo que implica mayor movimiento y más creación de riqueza, no olvidemos que el que gana dinero puede consumir y el consumo crea riqueza.
Pero no… te salen con que tiene que ser así para los derechos de los trabajadores y que hay que pagar educación y ¡sanidad! Ya lo estamos viendo y viviendo, probablemente la mejor sanidad del mundo y algo está fallando. ¿Qué falla? Que estamos gobernados por sinvergüenzas ideológicos que no saben lo que cuestan las cosas, que no han creado un puesto de trabajo en su miserable vida, que no han pagado la seguridad social de un trabajador en su vida y que, por supuesto, no han pagado una nómina. En definitiva, que no saben nada. Para que las cosas funcionen deberíamos estar gobernados por gente que sepa lo que significa todo eso y no que esté ahí por una ideología; lo que Ortega y Gasset definió como los ‘aristoi’ (los mejores en su campo), es decir, lo que los griegos llamaban tecnocracia (gobierno de los más preparados).
¿Alguien se imagina el país en manos de gestores como Amancio Ortega (entiéndase el símil) que saben lo que cuesta sacar una empresa adelante y hacerla prosperar? Traslademos eso a dirigir un país.
El canciller Otto Von Bismarck dijo que “España es la nación más fuerte del mundo porque tras siglos tratando de autodestruirse sigue viva”. Es decir, a pesar de los políticos tan nefastos que hemos tenido y tenemos aquí seguimos… ¿cómo sería este país bien gestionado? Mi imaginación no llega para tanto.


PD. Prometo, en lo sucesivo, no hablar ni escribir de política. No quiero que me salga una úlcera, me suba la tensión o tener que ir al confesor.

4 comentarios:

Benja dijo...

"PD. Prometo, en lo sucesivo, no hablar ni escribir de política. No quiero que me salga una úlcera, me suba la tensión o tener que ir al confesor". Lo mismo digo. El día del libro hicieron muchas tertulias y el quijote estaba en todas. Y uno dijo que lo había leído tres veces e iba por la cuarta y que cada vez era como si fuera la primera.


Marino Baler dijo...

Yo lo he leído 5 veces y, evidentemente, no será la última; efectivamente, cada vez es como la primera.
Es mi libro de cabecera y, de vez en cuando, cuando me apetece, lo cojo y leo algún capítulo suelto.

Alba dijo...

Hola Marino, al igual que Benja, recalco lo que dices de no hablar tanto de política, ya ves que no quiero que te entre una úlcera, ni que tengas malos ratos con ello. En cuanto al Quijote si que he leído algunas frases célebres y que llevamos a la vida moderna se podrían plasmar en cosas que a veces vivimos. ¡Claro que leeré el libro!, es mas, tengo a una persona que encantada, sentados viendo el atardecer me lo leera. Ya te escribire cuando lo haga.
Saludos y un gran abrazo.

Marino Baler dijo...

Dulcinea... espero que pronto puedas disfrutar del placer de escucharlo o leer algunos capítulos.

Saludos.