sábado, 8 de agosto de 2020

La fuga permitida del 'Demérito'


 
Cuando estaba estudiando, junto con otros compañeros, hablábamos de la fiesta que nos íbamos a pegar cuando acabásemos la carrera; cuando saliésemos del tribunal después de defender el PFC (proyecto final de carrera) y nos dijeran que ya estábamos aprobados. Creo que eso se decía más por la ilusión de acabar y el desfase que iba a suponer no tener que estar sometido a la presión de estudiar que por otra cosa. 
Los que me conocen saben de mis ideas republicanas, he escrito varias veces sobre ello. Yo siempre he creído que Juan Carlos no moriría como Rey y que Felipe sí que lo sería, pero no acabaría su reinado, es decir, Leonor no será Reina. De momento estoy acertando.
La fuga del ‘Demérito’ hace unos años hubiera sido para mí una subida de adrenalina que no me hubiera podido contener. Hoy en día he preferido mantenerme cauto. 
No le daré más vueltas: la monarquía en este país es insostenible y si lo hace es solamente por un motivo que más adelante explicaré. 
Cuando los niños tienen miedo se suelen tapar los ojos para hacerse invisibles y que el peligro pase por delante. No viendo lo que tienen frente a ellos tienen la falsa sensación de estar protegidos. Otra variable de este comportamiento y esa sensación ilusoria de salvaguarda suele darse cuando después de limpiar se mete la suciedad debajo de la alfombra y así se gana tiempo para que la estancia aparente pulcritud. La Casa Real actúa de esa manera pero proyectando, considera a la sociedad infantilizada y por lo tanto cree que ocultando al emérito en la República Dominicana, Estoril, una dictadura árabe o algún paraíso tropical la institución estará a salvo. Tiene razones fundadas para reírse del vasallaje, la sociedad española ha dado motivos para ello y para pensar que colará. 
El vodevil de la fuga borbónica parece escrito para un público poco exigente. Una obra mala de humor zafio y simplón que, consciente de que el espectador se traga cualquier chascarrillo con carcajada cortesana, le ofrece un entremés absurdo para que lo engulla con nula conciencia crítica. Les ha funcionado durante cuarenta años, hay que seguir intentándolo. 
A ese lucro constante acumulado en Suiza lo llama el ‘Demérito’ en su comunicado “acontecimientos pasados de su vida privada”. Hay que ejercer mucho la campechanía y tener muy poca vergüenza para decir que es algo del pasado mantener una fortuna ingente en el extranjero sin declarar al fisco a día de hoy. Una muestra más de comicidad es considerar que la vida privada de quien ostenta un cargo por razón filial no está ligada de forma troncal a la institución. El rey no lo es sin su familia, su familia es la corona y sin familia no hay monarquía. La monarquía subrogada creada por Juan Carlos I en la que la reina Sofía es solo una paridora que perpetúa su legado y la pervivencia de la corona es solo una muestra más de lo anacrónico de esta forma de Estado. 
El espectáculo dado, sin embargo, no supera al de sus palmeros. Llevan años ejerciendo el noble arte de la genuflexión exagerada y no saben parar ni cuando el monarca se va de su país después de haberse dedicado a utilizar España como una empresa con la que lucrarse de manera indecorosa. Los bufones de Juan Carlos I consideran que pertenece al ámbito privado el hecho de que el monarca utilizara los viajes de Estado y su condición de rey para recibir millones de euros de dictaduras árabes a cambio de blanquear sus crímenes y atentados contra los derechos humanos. Sí es cierto que hay que poner en valor la visión empresarial del que fuera durante cuarenta años rey de España. Montó un negocio de abrazos y fotografías con sátrapas en apuros de imagen que le reportaba cifras de 100 millones de euros. 
El campechano se va con sus chistes y chanzas a otro país. La monarquía está herida. Queda sustentada por unos pilares temblorosos que mantendrán la choza zarzuelina bunkerizada en una reforma constitucional imposible. Conseguirán sostenerla mientras se va degradando poco a poco hasta que caiga por su propia decadencia. La monarquía ha pervivido durante años por un falsario relato de ejemplaridad histórica y comportamiento intachable. La imagen del hombre que quisieron construir engañando a todos los españoles se ha desmoronado, el retrato de monarca heroico que trajo la supuesta democracia a España y que se enfrentó a los golpistas en el 23F (otro acto teatral), padre de familia ejemplar y el primer embajador de nuestro país ya no lo pueden sostener ni sus propios constructores. El rey ideal era sólo un hombre corrupto que usaba la patria y sus instituciones como instrumento para enriquecerse y entregarse a la vida contemplativa y canalla lejos de su familia. El ciudadano Borbón ha destruido la obra que otros construyeron y huye de España, como es tradición en su familia, cuando su comportamiento indigno ya no se puede esconder a la corte. Como en una partida de ajedrez, la monarquía está en jaque, el mate es cuestión de tiempo, de poco tiempo. 
Y ahora con el principal productor de esta detestable actuación: el PSOE. 
Cuando a este partido le asoman los complejos de izquierda moderada siempre suele acudir a Pablo Iglesias, el de ellos, no el vice. Es una máxima en los más a la izquierda del PSOE, suelen ser los más jóvenes, la de acudir al legado de su fundador para defender que están en un partido de izquierdas y no tienen nada que envidiar a la izquierda más revolucionaria y que se hace notar más; como si el actual PSOE tuviera algo que ver con el de su fundador desde que ese sátrapa que se hacía llamar Isidoro en la clandestinidad y vestía con chaqueta de pana traicionó los principios de su fundación en el congreso de Suresnes. 
Pero ahí siguen, con su izquierdismo romántico, ¡si Pablo Iglesias levantase la cabeza los echaba a todos del partido! Esa diferencia entre fundador y partido adquiere tintes grotescos cuando se trata de posicionarse a favor de la monarquía intentando transmitir que no lo hacen, que siguen siendo republicanos. ¡Atajo de acomplejados! Invito a cualquiera a hacer la prueba: el que tenga a un sociata del PSOE cerca que le pregunte por la monarquía, ya advierto que no serán honestos en su respuesta. Hoy en día el PSOE es una agencia de colocación, cualquiera sin oficio ni beneficio puede enchufarse de concejal o en el aparato del partido y a vivir. Eso es el PSOE. No hay nada más allá de ese fin.
No somos monárquicos porque no lo podemos ser, quien aspira a suprimir el rey del taller, no puede admitir otro rey”, decía Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados el 10 de enero de 1912. Ese legado ya no existe en el PSOE. Simplemente es otro partido súbdito. La corrupción del Rey nace de la pleitesía y el vasallaje de todos los actores políticos que durante años lo han sostenido de manera cortesana y ocultando todos sus desmanes y corruptelas. Y en eso el PSOE ha sido el primer campeón. 
Una monarquía que nació corrupta de origen y que el PSOE reconoció corrupta. No es una interpretación libre, es literal. El voto particular republicano del PSOE en la Comisión Constitucional de asuntos constitucionales y libertades públicas explicaba el nacimiento pervertido de la monarquía por voluntad de Francisco Franco en boca del diputado Luis Gómez Llorente: 

Ni creemos en el origen divino del poder, ni compartimos la aceptación de carisma alguno que privilegia a este o aquel ciudadano simplemente por razones de linaje. El principio dinástico por sí solo no hace acreedor para nosotros de poder a nadie sobre los demás ciudadanos. Menos aún podemos dar asentimiento y validez a los actos del dictador extinto que, secuestrando por la fuerza la voluntad del pueblo, y suplantando ilegítimamente su soberanía, pretendieron perpetuar sus decisiones más allá de su poderío personal despótico, frente al cual los socialistas hemos luchado constantemente”. 

Ese espíritu idealista republicano por la palabra y fiero defensor monárquico por los hechos que se fraguó en las negociaciones de la Constitución es el que se ha mantenido durante muchos años como forja del argumentario de Ferraz. Utilizando un término muy en moda actualmente, podríamos decir que el PSOE es republicano asintomático. Pero ya ni eso. El republicanismo en el PSOE no es más que folclore. Un adorno con el que mandar tuits el 14 de abril para parecer más rojillo. Pero a la hora de la verdad son el verdadero sostén de la monarquía. La Casa Real no sobreviviría sin el PSOE. Subsiste por ellos y el ‘Demérito’ les debe hasta el último euro de sus comisiones. Es el partido monárquico por excelencia, el que protege y cuida a su señor. El más efectivo de sus alabarderos. 
Pedro Sánchez ha comandado la labor del Gobierno para facilitar la huída del monarca y para defenderle ante la opinión pública. Aunque esta vez no hay posibilidad de desligar de manera efectiva al PSOE de esta maniobra de pervivencia de la monarquía ni ante sus bases, ni ante sus electores. Unirse de manera indecorosa a una institución cada vez más tóxica solo puede traerle infección por simpatía. 
El PSOE es monárquico, pero les falta valor y honestidad para reconocerlo. Hay tanto de republicanismo en el PSOE como de socialismo. 
Pero no perdamos la esperanza. Una mentira no se puede sostener mucho tiempo. La monarquía caerá, para conocer las circunstancias que han hecho que los Borbones hayan tenido que huir quedan grabadas en la historia, simplemente hay que leerla. Espero que llegado el momento el PSOE se largue con ellos. 

¡SALUD Y REPÚBLICA!

6 comentarios:

Leo dijo...

Me ha encantado la entrada sencilla y sentida. Juan Carlos I jamás ha condenado el régimen franquista por lo que no sabemos si está del lado de la democracia o dictadura. Existen huecos vacíos en lo sucedido en la noche del 23F y muchos entresijos que hacen que la política se haya convertido en subvitos que han vendido su honor en favor de una complicidad corrupta. Siento nos tratan a los españoles como idiotas.
Deseo que el que la hace la paga. El primero Juan Carlos I y después todos los que hayan defendido un trabajo sucio y desleal. Ojalá podamos ver un futuro republicano con una cámara territorial justa y una construcción honorable y federalista.

Benja dijo...

Mi opinión y la de Felipe González, Carrillo y otros es que Juan Carlos algo bueno hizo por este país. Ahora también he de decir, que no ha sido un rey muy ejemplar que digamos, con sus líos de faldas y sus amantes. Lo de las comisiones y todo lo que se ha montado alrededor de su persona a mí me avergüenza como español. Pero al final no es más que un reflejo de un país de corruptos y de sinvergüenzas a todos los niveles.
Dicho esto, a mi el Rey Felipe me ha defraudado, se ha doblegado a las exigencias del gobierno que querían ver al emérito salir de España como lo hizo su abuelo, cuando escapó por la puerta trasera a escondidas y a toda marcha hacia Cartagena.

Por otro lado, hago mías las palabras de José Sacristán en "laSexta" que me encantaron y viviendo de un comunista.
Se mostró muy crítico con el rey Juan Carlos I después de la publicación de su primera fotografía fuera del país: "Siento una ira profunda por este final tan estúpido y pena por lo que está pasando. Me duele porque el desenlace de aquella película que empezamos a rodar en la Transición no puede ser más vulgar y lamentable".
"Me da igual si es huida no. El acontecimiento en sí es lo que me parece lamentable. El resultado final de esta película", afirmó el actor, volviendo a hacer hincapié en el relato de los acontecimiento ocurridos: "El final de la película no puede ser más triste, mas penoso y más cutre con esta cosa cutre de comisiones y con personajes tan siniestros como Corinna o Villarejo".
Además, el intérprete también tuvo palabras criticas con Pablo Iglesias, al que también considera que padece de "la impaciencia del mal aprendiz": "Siempre hay por parte de él un cierto afán de protagonismo que, lejos de apoyar, pone palos en las ruedas".
"No creo que la figura del rey Felipe esté amenazada y no veo próxima la república en absoluto. No es porque yo lo deseara o no, pero no lo veo próximo dada la relación de fuerzas y en la circunstancia actual en la que estamos. No creo que esa sea la urgencia", explicó Sacristán, añadiendo que es "mejor que el Gobierno se mantenga y más teniendo en cuenta la posición y el perfil del contrincante o contrincantes políticos".
Fuente: https://www.elperiodico.com/es/

Leo dijo...

Juan Carlos tenía verdadero interés por la corona. los poderes de muchas personas incluido el deseo del pueblo por un cambio de régimen le obligaron a aceptar la democracia. La transición fue fruto de un cúmulo de imprevistos protagonizados por el trabajo de muchos actores. Juan Carlos ha sido un traidor de sus palabras que daban una vida silenciosa al despilfarro, deshumano y corrupto.

Benja dijo...

El delito de encubrimiento castiga a aquellas personas que, teniendo conocimiento de que se ha cometido un delito, y aún sin haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviene con posterioridad a su ejecución realizando algunas acciones que ayudan a los responsables del mismo. Este delito de encubrimiento viene recogido en nuestro Código Penal, y establece penas que pueden llegar a ser de prisión para las personas que incurran en los preceptos que establece la norma.
Pues todos los gobiernos de izquierda y de derecha de este país desde la transición, sabían lo que el rey estaba haciendo y no hicieron nada…se callaron. Y lo taparon todo lo que pudieron y más, incluso presionando a los medios para que no sacaran fotografías comprometedoras del monarca con sus amigas muy especiales. Y si sabían lo de las comisiones también se lo callaron.

Marino Baler dijo...

A Juan Carlos lo único que le ha preocupado ha sido su propio interés. Nadie recuerda cuando juró los principios del movimiento en 1969, ¡ah! Que estaba engañando a Franco, ¿no? Dirán algunos... Es un Borbón, ¿qué más se puede decir?
¿Y su hijo no sabía nada? Empiezo a pensar que en esa familia son todos gilipollas. Su hermana no sabía a lo que se dedicaba su marido y el hijo tampoco a lo que hacía el padre.
Lo que no tienen es vergüenza y el pueblo español es un corderito.
Si hablo del tema es que me enciendo.

Benja dijo...

Veo normal en un republicano que está en contra de la monarquía expresarse como tú lo haces. Pero “que los arboles no te impidan ver el bosque” porque el emérito no podría haber hecho nada sin la complicidad de los diferentes gobiernos de este país, la mayoría de ellos de izquierda y no veo que nadie les pida cuentas.