martes, 25 de agosto de 2020

Organizando mi pasado estudiantil




Estoy apurando mis últimos días de vacaciones en casa de mis padres, de hecho mañana ya vuelvo a Zaragoza para volver a la rutina diaria.
Desde el día 14 que llegué me propuse firmemente descansar y no trabajar, aunque, inevitablemente, he tenido que estar pendiente de algunas cosas.
Tengo una habitación, una especie de buhardilla, que servía para estudiar. Allí es donde tengo el ordenador y estanterías con libros, una biblioteca particular en la que tendré unos 200 libros y además, tengo un par de estanterías más con archivadores y carpetas de libros y apuntes de cuando estudiaba.
Como las tardes las solía pasar en casa me he dedicado a ordenarlo todo. Los libros de lectura, más o menos, acabé rápido; pero lo que más me ha costado han sido los apuntes. Tenía libros de todos los cursos y en cajas de cartón folios y libretas con resúmenes que hacía. He encontrado dibujos que ni recordaba haber hecho; exámenes que después de hechos el profesor los ponía en reprografía para que los comprásemos; los primero cálculos de estructuras; apuntes de matemáticas y las odiosas ecuaciones diferenciales, que tanto me costaron aprobar; cálculos de instalaciones; el libro de hormigón, que tantos dolores de cabeza daba… en fin, todos (o la mayoría) de los apuntes que se hacen cuando uno está estudiando.
Lo he vuelto a ordenar y a guardarlo de nuevo en sus cajas. Es probable que no lo utilice jamás, creo que al principio, cuando acabé de estudiar, sí que eché mano de ellos unas tres o cuatro veces, pero nada más. La normativa que se utilizaba cuando estaba en la universidad para realizar cálculos y el CTE (Código Técnico de la Edificación) han cambiado; tampoco se dibuja a mano, como hacíamos nosotros y, ni mucho menos, con rotring (la de veces que me he manchado rellenando el cartucho). En definitiva, en 20 años los tiempos han cambiado una barbaridad. Viendo lo que yo estudiaba y como se trabaja hoy en día, siento curiosidad por saber cómo serán las clases en una escuela de arquitectura, qué asignaturas tendrán y cómo se las enseñarán. Por ejemplo, no se hacen los planos a tinta ni con plantillas, ni cálculos de estructuras o instalaciones con tablas y calculadora (como me enseñaron a mí), tampoco las mediciones y presupuestos se hacen a mano, ya que hay programas para ello. No sé, me surgen muchas dudas al respecto.
Después haber terminado de arreglarlo todo me sentí un poco aliviado. Confieso que jamás he sido un excelente estudiante, de esos que luchaban por sacar matrícula de honor, pero jamás he sido perezoso para hacerlo, es decir, yo me tomaba el estudio como un trabajo y cuando había que hacerlo tenía muy claro que no podía perder el tiempo en otra cosa, si tenía que estudiar estudiaba y para mí no había otra cosa. Ya he contado en otras ocasiones como eran aquellos tiempos.
Pero ahora, pasado el tiempo, no creo que volviese a estudiar otra carrera. Siempre he querido hacer historia y no lo descarto, pero eso de someterme a la presión de un examen y dedicarle unas horas es algo que, de momento, no me planteo. Si vuelvo a estudiar algo que sea como yo quiera y sin presiones; me daría lo mismo sacarme una, dos o tres asignaturas. Al fin y al cabo, para mí, a estas alturas de mi vida y sin ninguna necesidad de hacerlo cara a un futuro, estudiar debe ser un placer y nunca una obligación.

5 comentarios:

Benja dijo...

El anterior mensaje lo he borrado por algunos errores ortográficos por las prisas.
A mi particularmente no me gusta sacar lo que me queda de la época de la escuela y recordar tiempos pasados. Pero con el tiempo sí que me he arrepentido de no estudiar la carrera de Historia o cualquier otra carrera que tuviera que ver con el cosmos, la de astrónomo, astrofísico, cosmólogo etc. Me hubiera gustado mucho ser un Carl Sagan o Stephen Hawking "salvando las diferencias". Pero bueno, lo que si he sido es un gran apasionado, tanto a la historia, como al cosmos, nunca lo he dejado y he participado en la Universidad de California en Berkeley como voluntario y alguna otra.

Alba dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Leo dijo...

Yo al principio guardaba todos los apuntes pero no tardé mucho en darme cuenta de que sólo me ocupaban espacio, así que, cada vez que aprobaba una asignatura me encantaba eso de llevar a reciclar al contenedor ese monton de papeles. Cuando tengo que reaprender me gusta hacerlo rodeada de papel en blanco dejando sólo la información de la retina. Cada aprendizaje para mí es como una nueva aventura por descubrir.
Benja, ¡¡me encantaaaaa la magia de de la astronomía, física cuántica, el cosmos etc...!!
A mí me gusta cualquier tema relacionado con las personas, la mente y los derechos humanos... Para mí el estudiar ya se ha convertido en un hobby autodidacta.

Marino Baler dijo...

Benja, un gran contraste de estudiar carreras de ciencias a estudiar humanidades.
Yo también quería estudiar historia, pero siendo realista es una carrera con poca salida, por la dificultad que tiene el poder desarrollarla de manera liberal. Yo la veo más bien como un complemento si te gusta la historia, pero ya tienes otra previa o un trabajo estable, porque vivir de la historia... lo veo complicado.

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Dulcinea, yo los apuntes los tengo porque los iba guardando cuando pasaba de curso y no sabía si me podrían servir en el futuro.. Después ahí quedaron y me daba pena tirarlos por todo lo que habían significado y me había costado.
En mi caso son más recuerdos de unos tiempos pasados que por consulta, ya que, por ejemplo las normativas se van actualizando cada cierto tiempo.

Saludos.

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Leo. Yo en el instituto también era de los que tiraban los apuntes para reciclar o para hacer alguna hoguera; luego, en la universidad, los conservo casi todos.
Coincido en tu última frase. El estudiar tiene que ser como un hobby por querer aprender, pero no con la obligación ni la presión de los años estudiantiles.

Benja dijo...

Tienes toda la razón Marino, por eso se quedo como una gran afición que aporta mucho a mi vida.