martes, 5 de mayo de 2020

Oportunidades



Quien me conoce sabe que soy una persona que no toma decisiones a la ligera, que analizo todas las posibilidades que pueden existir y que no doy un paso hasta no haber visualizado las consecuencias del mismo.
Tanto a nivel laboral como sentimental nunca me he dejado llevar por impulsos. No me he dejado llevar por la codicia cuando se ha presentado una oportunidad de sacar un buen beneficio, pero que el riesgo fuera importante. Igualmente me ha ocurrió a nivel sentimental, no me he encandilado por cantos de sirena que sólo eran eso, cantos que endulzaban el oído, pero que una vez acabase la música quedarían en nada. Esto enlaza con la entrada en la que finalizaba que hay que ver las cosas en positivo. No, no significa que estemos bailando y sonriendo como que aquí no ha pasado nada, porque no es así, pasa.
Voy a contar un poco mi experiencia.
Hace un par de años hice un trabajo que no me pagaron, 8.300 euros. Gané el juicio, recurrieron y con esta situación se ha parado un poco el siguiente juicio que ya será definitivo.
El año pasado, la compañera de trabajo de un amigo dejó de pagarme 7.500 euros. Aquí no pude hacer nada, ya que al ser compañera de uno de mis mejores amigos me fie (mal hecho por mi parte) y no le hice firmar nada (mi amigo no se habla con ella). Es decir, estamos hablando que ‘me deberían’ 15.800 €.
En el mes de agosto comencé unas obras que acabé en marzo, pero como me debían el dinero que he dicho anteriormente necesitaba liquidez y eso hizo que tuviera que meterme en créditos, con lo que ello supone, aunque afortunadamente tenía un dinero del que he tenido que hacer uso.
Con esta crisis he perdido, mejor dicho, no he podido hacer ciertos trabajos que tenía contratados y he tenido que aplazar hasta no sé cuándo.
¿Qué significa lo anterior? Pues que de una u otra forma hay que seguir adelante. Si la primera vez que no me pagaron me hubiera derrumbado es posible que no hubiera hecho más cosas. Que las cosas cuestan, que hay que estar muy seguro de lo que se hace y que las circunstancias han hecho que cuando se trata de trabajo, es decir, de dinero, mi corazón se haya vuelto una piedra. Tengo amigos que se han arruinado, algunos han perdido hasta la casa, y cuando hablo de ruina no hablo de cantidades pequeñas, me refiero cifras que pasan de los 80.000 euros y no, yo no me quiero ver así.
Esta situación en la que estamos, extrapolándolo a lo que he contado anteriormente, no es nueva para mí, porque me he visto en situaciones complicadas y de todas he salido y esta no será distinto. El trabajo no me falta y aunque siempre podrían ir mejor las cosas en una situación normal no puedo quejarme para lo que se oye y se ve en televisión todos los días. Cuando esto se normalice, en el momento en que el Gobierno diga que todo vuelve a la normalidad, yo volveré a continuar con mi ritmo habitual, que si ahora es constante luego lo será más.
Sí, mi caso es distinto al de muchos trabajadores que están en una fábrica o trabajan para otros y que, posiblemente, han que quedado en paro o verán peligrar su puesto. Pero una cosa hay que tener en cuenta y es que, como contrapartida, mi riesgo (y hablo a nivel económico) también es mucho mayor.
Es por ello que en la entrada que decía acababa con un mensaje de optimismo al que hay que aferrarse, simplemente hay que esperar la oportunidad a que pase y entonces que no se escape.
Y, como he dicho al principio, no solamente a nivel laboral, también en el sentimental. La vida son oportunidades que pasan… simplemente hay que esperar a que llegue la de uno. La séptima ola.


PD. El dibujo que he puesto me parece muy ilustrativo de lo que estoy diciendo. Hay varias opciones para elegir. Simplemente hay que analizarlas detenidamente, los pros y los contra, y tomar la correcta.

5 comentarios:

Benja dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que no hay que hundirse o derrumbarse cuando la vida te trata mal o tengas un contratiempo económico. Pero tenemos que aprender de nuestros errores para no volver a caer. En cuento a mí, he confiado en personas que consideraba amigos y me ha costado disgustos, su amistad y mucho dinero. Y no solo dinero, si no películas, juegos de ordenador y libros, nunca me los han devuelto. Por eso llegó un momento que fue tal mí decepción que cambio totalmente mi carácter y sobre el concepto de yo tenia de la amistad.

“Tengo amigos que se han arruinado, algunos han perdido hasta la casa…” Mi opinión, es que cuando quiebra una empresa...perdemos todos, tanto empresarios como trabajadores. El trabajador puede cobrar del fondo salarial si la empresa le debe algo. También tiene derecho al subsidio de paro y ayudas extras si no encuentra trabajo, o sea...ayudas sociales. El problema del trabajador es si tiene hipotecas o esta pagando un coche u otras cosas, lo pierde todo y aún deberá dinero, prácticamente de por vida.
El empresario lo pierde todo, la empresa, su vivienda principal, el apartamento en la playa, coche etc. e incluso la familia en muchos casos. Un pequeño empresario como tu trabajas “lo comido por lo servido”. Pero otros, tienen la preocupación de separar legalmente los vienes, todo esta puesto a nombre de la mujer, hijos y otros familiares. Y cuando vienen mal dadas, cierra la empresa, se declara insolvente y vuelve a montar otra empresa a nombre de familiares muy mayores, para escaparse de las deudas de la anterior empresa. Pero ay muchas maneras que esconder bienes personales y dinero.

Leo dijo...

Marino, es tu decisión y adelante con ella. Tener la cabeza en su sitio siempre es lo más importante.Derrumbarse nunca.
Soy una persona muy nerviosa y necesito tener todo en orden. Con tranquilidad todo sale estupendamente. No se trata de ser empresario ni trabajador. Se trata de sentido común.
El amor no es ningún problema. Mueve montañas.

Marino Baler dijo...

Benja: en mi caso yo era autónomo y hacía mis cosas. Por medio de un amigo conocí a un albañil (el que cuento), que le pegaron, lo que se conoce en el argot, una enganchada de 80.000 euros, por unas obras que no cobró y a eso unió que debía pagar a los trabajadores, a la hija de su madre de la Seguridad Social, al banco... en fin, no te digo nada, imagínate que tú ahora mismo debas 80.000 euros. Pues bien, este albañil tenía trabajo, pero por la deuda no podía facturar ni contratar, así que lo contraté yo y entre los dos hacíamos trabajos; para que te hagas una idea, la nómina la ingreso en la cuenta de su mujer, porque él no puede tener nada a su nombre. Con el tiempo cogimos a otro trabajador y ahora estoy yo, que llevo la gestión y la parte técnica y estos dos trabajadores. Cuando hacemos obras en las que hace falta más gente los contrato. He llegado a tener 11 trabajadores hasta hace un mes y medio. Imagina en sueldos y SS.
En el momento en el que tienes un bache, como el que yo tuve, que no me pagaron dos obras te hace bastante daño y como puedes vas saliendo de la situación.
Hace unos tres meses, hablando con la persona a la que le tengo contratada la oficina, le conté lo que me había pasado y me propuso una especie de fusión, ya que, entre otras cosas, tenía muchísimo trabajo que no podía atender (te digo que ha perdido trabajos de más de 30.000 euros por no poder atenderlos) necesitaba un técnico para hacer proyectos y yo encajaba con el perfil. Él tiene dos empresas, una que se dedica a viviendas y otra a comunidades y a exterior. Me dijo que yo llevase la de exteriores, como administrador subsidiario, es decir, pasar mis trabajadores a la suya y también llevar los suyos(actualmente son 5, en total 7). ¿Ventajas? Todas las del mundo: Es una SL, con lo cual yo, como persona física no me veo en nada; no tengo que pagar gestoría ni un posible abogado; ni seguro de responsabilidad civil... es decir, todo lo genera la empresa y de ahí se paga todo. ¿Mi beneficio? Yo sigo siendo autónomo, con lo cual puedo hacer otros trabajos si me interesa; de todo lo que se genera (menos el 5% que iría para gastos generales y el pago de nóminas y SS) es para mí, aunque, evidentemente, no se ingesase en mi cuenta, porque me he puesto una nómina X, pero con la tranquilidad que para una necesidad puedo disponer de efectivo (salvando las distancias, Bill Gates tendrá una nómina que ingresarán en su cuenta todos los meses, es decir, no le ingresan los beneficios mensualmente).
Sí, quizá yo he tenido un golpe de suerte, pero no es fácil. También habrá que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Y en mi caso porque no tenía cargas familiares, pero, aun así, cuando me pegaron las enganchadas, si no hubiera podido pagar ni SS ni a los trabajadores, que se me van de la obra y dejan los trabajos a medias, a ver qué hubiera hecho. No sé porqué, pero siempre he pensado que en algún momento tendría suerte.

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Leo: se trata de tener también suerte. Creo que todos, en algún momento, tenemos que tener esa pequeña rendija de luz a la que agarrarse.
En lo que mueve montañas también ;)

Benja dijo...

Te has reinventado para seguir trabajando y esto es muy importante. Seguro que salís para adelante, pero la crisis que se nos viene va ser muy dura. Y si entras una lista de morosos o tienes deudas, estas…muerto.

Leo dijo...

Ahora lo veo todo mucho más razonable. Sigues siendo autónomo pero sin riesgo de irte a la ruina. Además tienes la posibilidad de crecer como autónomo con nuevos proyectos si surge una buena oportunidad. Cómo dice Benja, ya te he dicho más de una vez que con los amigos 'no hagas cuentas' y las cuentas claras con todo el mundo (nada de fiarte por muy buenas palabras que te den). Por lo demás veo más luz al final del túnel con esa explicación.