La leyenda sobre la Santa Compaña es una tradición que ha permanecido en la cultura tradicional gallega con el paso de los siglos y de la que aún quedan rastros, como los cruceiros en los cruces de caminos (unas cruces de piedra decoradas, en ocasiones, con figuras tétricas, como calaveras). La Santa Compaña es, en la mitología popular gallega, una procesión de muertos o ánimas en pena que por la noche (a partir de las doce) recorren errantes los caminos, los bosques, las cercanías de una parroquia o un pueblo.
Lo tétrico de su procesión es que visitan todas aquellas casas en las que en breve habrá una defunción. Además de Santa Compaña también es conocida en gallego como ‘a procesión das animas’ o simplemente ‘Compaña’.
La versión más extendida del aspecto de la Santa Compaña es la formada por una comitiva de almas en pena, vestidas con túnicas negras o sudarios y capucha que vagan durante la noche con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y su paso deja un olor a cera o incienso en el aire. Además de estas visiones hay otras leyendas que dicen que se nota un frío intenso siempre que aparece, además del olor y el sonido de cadenas como que también se dice que los fantasmas son como una niebla.
La procesión va encabezada por una persona viva (mortal), el cual precede a la procesión y que bien puede ser hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa.
Se cree que quien realiza esa «función» no recuerda durante el día lo ocurrido en el transcurso de la noche, y únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extremada delgadez y palidez. Cada noche su luz será más intensa y cada día su palidez irá en aumento. No les permiten descansar ninguna noche, por lo que su salud se va debilitando hasta enfermar sin que nadie sepa las causas de tan misterioso mal. Son condenados a vagar noche tras noche hasta que mueran u otro incauto sea sorprendido (al cual el que encabeza la procesión le deberá pasar la cruz que porta).
Caminan emitiendo rezos (casi siempre un rosario) cánticos fúnebres y tocando una pequeña campanilla y a su paso, cesan previamente todos los ruidos de los animales en el bosque. Los perros anuncian la llegada de la Santa Compaña aullando de forma desmedida y los gatos huyen despavoridos.
Se dice que no todos los mortales tienen la facultad de ver con los ojos a ‘La Compaña’, únicamente los niños a los que el sacerdote, por error, los bautiza con los óleos de los difuntos.
Igualmente, se cuenta que la luctuosa procesión transporta un ataúd en el cual hay una persona dentro, la cual puede ser incluso la persona que sufre la aparición siendo su cuerpo astral el que está en el ataúd.
Cuando más suelen aparecer es en la Noche de Difuntos, así que esta noche se podrá comprobar si es sólo una leyenda.
3 comentarios:
Pues yo hablo de la tradición valenciana de "les animetes" (almas). Actualmente, la fiesta de Halloween ha monopolizado las celebraciones de la víspera del día de Todos Santos, una tradición que viene de fuera. Pero en nuestras tierras ha habido otras tradiciones que a lo largo del tiempo han recordado los difuntos de la familia durante estos días.
Yo creo que todas tienen el mismo fin, homenajear a los muertos. La forma de hacerlo es lo que cambia, aunque la moda de halloween nunca la entenderé, eso de disfrazarse es algo que no entiendo.
Lo más raro que yo he visto, es que sacan los huesos de sus familiares los limpian y los ponen en un lugar de honor en la casa, para pasar el día junto a la familia.
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