sábado, 12 de diciembre de 2020

El reino de Aragón



Los orígenes de Aragón se remontan a la época de Carlomagno, en el siglo IX, precisamente en el año 828, cuando un reducido territorio entre los valles de Canfranc y Hecho, que vivía a la sombra del Imperio Carolingio, pasó a denominarse Río Aragón, territorio independizado bajo el gobierno del conde Aznar I Galíndez, que sucedió al primer conde de Aragón llamado Aureolus, de origen franco. Este territorio estuvo tutelado en un principio por los mismos francos, pero poco a poco se fue acercando más al Reino de Pamplona, que se había creado 4 años antes, en el año 824, gracias a la combinación de fuerzas de Carlomagno y los Banu Qasi. 
Se puede afirmar que los orígenes de Aragón tienen que ver directamente con la resistencia cristiana (sobre todo franca) ante el expansionismo del islam en la península ibérica, que se había iniciado en el año 711. 
Podemos afirmar que los inicios de Aragón se remontan a la creación del Condado de Aragón, de creación franca, que luego pasó a manos del Reino de Pamplona, y sucesivamente al Reino de Navarra. El Reino de Navarra, no es más que la continuación del Reino de Pamplona. 
Pero lo que conocemos como Reino de Aragón no nace hasta el año 1035, gracias a la unión de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza en la figura de Ramiro I, hijo natural pero ilegítimo de Sancho el Mayor, Rey de Pamplona. Ramiro nunca se hubiera convertido en primer rey de Aragón si no se hubiera peleado con su hermano García de Nájera, para crear una nueva dinastía, que finalmente consiguió, empezando por regir las rentas reales de Sobrarbe y Ribagorza. 
Aunque él nunca se autodenominó Rey de Aragón, realmente sí gozó de semejante status, visto que ejerció todas las partes de la potestas regia y se ganó el favor de condes, barones y señores aragoneses. Fue sin duda el que sentó las bases del futuro Reino de Aragón, asegurando la línea sucesoria, casándose con Ermesinda, hija de Bernardo Roger conde de Foix-Bigorra, en el año1036, así teniendo 4 hijos, de los cuales el varón, Sancho Ramírez, siguió la línea dinástica como Sancho I de Aragón (aunque más tarde llegó a ser ‘Sancho I de Aragón y V de Pamplona’ desde el año 1076). Ramiro I acabó con la tutela navarra de Aragón. A partir de aquí comenzaba un camino libre e independiente y en poco tiempo el Reino de Aragón acabó siendo considero estado occidental. 
La incorporación del reino de Pamplona en el año 1076 hizo que Pedro I ocupara las ciudades de Huesca y Barbastro, y como Sancho se había hecho vasallo anteriormente del Papa para poder avanzar hacia el territorio del sur (musulmán) con su consentimiento, se trasladaron las sedes episcopales de Jaca y Roda. Posteriormente, con las conquistas de Zaragoza, Tudela, Tarazona, Calatayud y Daroca por parte de Alfonso I el Batallador, el Reino de Aragón cambió radicalmente a mejor, pues ya no se trataba de un pequeño reino de montañeses alzados contra el invasor. Aquello estaba cogiendo forma de imperio, pero al no poder contraer matrimonio ni tener hijos (fracasó su intento con la Reina Leonesa Doña Urraca), prácticamente obligó a que el Reino de Navarra acabara apartándose por completo del Reino de Aragón, por culpa de un futuro incierto. El Batallador puso en su testamento que sus reinos serían heredados por las órdenes militares, lo que provocó a la nobleza, quienes eligieron a su hermano Ramiro II el Monje para el Reino de Aragón y a García Ramírez el Restaurador para el de Navarra, dividiendo su reino y poniendo fin a la historia conjunta entre Navarra y Aragón. Ramiro II el Monje casó a su hija Petronila con el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. 
El primer monarca de la Corona de Aragón fue Alfonso II, hijo del Conde de Barcelona y de Petronila. Entre Alfonso II y el Rey Fernando II de León intentaron recuperar Navarra, pero Sancho VI de Navarra consiguió convencerles de lo contrario, estableciendo una tregua, por lo que los reyes de Aragón y León decidieron atacar a Castilla. Mediante la unión matrimonial del rey de Aragón con Sancha, tía de Alfonso VIII de Castilla, comenzó un período de paz entre reinos. En ese momento se buscaron otras alternativas expansionistas…
Primero con Jaime I El Conquistador, llamado así por haber ampliado la Corona de Aragón conquistando Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera e incluso Valencia. Posteriormente Pedro III el Grande conquistó Sicilia (satisfaciendo intereses mercantiles de los navegantes catalanes sobre las costas mediterráneas), dando paso a que Jaime II conquistara Córcega y Cerdeña. Aquí es cuando surge la figura del almogávar, infantería ligera aragonesa, algunos de los cuales intervinieron explícitamente en las disputas internas del imperio bizantino, llegando incluso a apoderarse de los ducados de Atenas y Neopatria, que fueron aragoneses hasta 1388. 
Muerto Martín el humano en 1410, los representantes parlamentarios de Aragón, Valencia y Cataluña se sentaron para crear lo que hoy conocemos como el principio de España o El Compromiso de Caspe, visto que eligieron como sucesor a Fernando I, miembro de la dinastía castellana de los Trastámara. La Casa de Trastámara fue la artífice de la convergencia de los reinos y de la unidad de España a finales del siglo XV. 
Tras esto, Alfonso V el Magnánimo conquistó Nápoles y comenzó a frenar el avance de los turcos hacia Europa, cuyo avance terminó en la batalla de Lepanto. Y es aquí cuando Juan II, que también fue Rey de Navarra y tuvo que repeler una insurreción en Cataluña, tras la que tomó la decisión más importante para la creación de España, casar a su hijo Fernando II de Aragón con la heredera del trono de Castilla, Isabel, matrimonio celebrado en 1469 en Valladolid. 
Con los Reyes Católicos se unifica la política exterior de ambas coronas y se comienza a formar uno de los imperios más grandes de la historia, en donde dicen, que ‘no se ponía el sol’…
La Corona de Aragón y sus instituciones fueron abolidas en 1716, sólo después de la Guerra de Sucesión española (1701-1714) por los decretos de Nueva Planta, emitidos por Felipe V de España. El antiguo régimen fue barrido, la administración se subsumió en la administración castellana, las tierras de la Corona se unieron formalmente con las de Castilla para formar legalmente un solo estado, el reino de España, en su camino hacia un gobierno centralizado bajo el nuevo Dinastía borbónica. 
Un imperio de casi seis siglos que nada tiene que envidiar a los existentes de la época: el imperio aragonés.


2 comentarios:

Benja dijo...

Una muy buena lección de historia. Pero cuando hablamos de la Conquista de Valencia hemos de recordar que la Valencia de hoy no es la de aquella época. Habían diferentes reinos de Taifas, las de Murcia, Denia, Xativa, Valencia y otros menos importantes como Alpont “Alpuente en el territorio de los Serranos”.

Marino Baler dijo...

Si de algo se sienten orgullosos es de su antiguo imperio.
Hoy Aragón es una zona sin peso político en España, pero un aragonés se enorgullece de su glorioso pasado.