¿Qué os puedo decir? Escritor de vez en cuando, políglota frustrado y lector compulsivo. Difícilmente asombrable, con enorme afición por la ironía y el sarcasmo (si me obligan a ello). De ánimo variable y sonrisa escasa. Odio el ruido sin sentido, la burocracia, la mala educación y la impuntualidad. Soy de izquierdas hasta para escribir. Republicano convencido, ateo, quijoteinómano y machadiano. No soporto a las personas fatuas y a los prepotentes sin motivos. Me irrita con enormidad la gente que no habla con corrección y, especialmente, aquellos que creyéndose que lo hacen no pronuncian los participios olvidándose de la "D". Omito mis sentimientos... es una lección que he aprendido; temo que resulte comprometedor o demoledor. Quizás puedo llegar a ser un ángel o alguien insignificante que simplemente pase por tu lado.
3 comentarios:
De chica tuve un pez semejante.De alguna manera me ayudó muchísimo a navegar.
Y sin saber el motivo a esos animalitos se les coge un cariño especial.
Como cualquier complicidad. Hay que sentirla.
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