martes, 24 de junio de 2014

Martes lluvioso por la tarde



¿Qué pueden tener los martes lluviosos por la tarde? Una playa vacía, una heladería sin gente, una mesa bajita de cristal, unos sillones de mimbre, cortados con hielo, dibujos absurdos en un papel, conversaciones varias, el sol escondiéndose en el horizonte, gotas de lluvia que caen, viento, siete euros, un euro, viento, gaviotas volando, una pregunta, un beso inesperado… eso pueden tener los martes lluviosos por la tarde.

sábado, 21 de junio de 2014

Cerrando círculos


Con un Felipe (el V) empezaron los Borbones.


Con otro Felipe (el VI) espero que se acaben.


sábado, 14 de junio de 2014

PSOE, al servicio de la Monarquía



Esta semana, además de pasar a la historia como bochornosa por permitir la continuidad de un régimen ilegítimo en España, como es la Monarquía, pasará a la historia como la reafirmación de la traición que el PSOE ha hecho a todo lo que significa ser republicano y ser de izquierdas.
Con esto no digo que el ser republicano sea exclusivo de esta ideología, no; también hay republicanos de derechas al igual que también hay católicos de izquierdas. Lo que quiero decir es que se ha visto que el PSOE es el partido más oportunista y rastrero de la historia de este país desde que existen los partidos políticos, para muestra lo que ha dicho su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba: “El PSOE es republicano, compatible con la monarquía parlamentaria”.
Ante esta frase lapidaria de semejante sujeto, los votantes y afiliados del PSOE que se sientan republicanos deberían dejar de votar y romper el carnet de ese partido, del mismo modo, los votantes y afiliados del PSOE que se sientan monárquicos deberían dejar de votar y romper el carnet de ese partido; dicho de otro modo, el PSOE debería quedar para gente sin principios. No se puede, no, no se puede ir a misa y repicar campanas o, por ejemplo, decir que eres heterosexual pero te gusta que te sodomicen (por decirlo finamente).
En alguna ocasión ya he dado mi opinión sobre este partido y cuál ha sido su trayectoria a lo largo de la historia, pero no está de más recordarlo. El PSOE nunca ha tomado una decisión de gran envergadura si no ha sido por oportunismo y beneficio propio. Durante la dictadura de Primo de Rivera fue el único partido legal, junto con su sindicato UGT. Durante la II República ponían todas las trabas habidas y por haber con tal de estar en el poder. En la dictadura franquista era un partido prácticamente inexistente y todo atisbo antifranquista era por parte del PCE. Eso sí, al morir Franco empezaron a proliferar los socialistas (que Marx me perdone por llamarlos así) como si fuesen champiñones. Y esto ni es invención propia ni es ofender a nadie, como he dicho antes es historia. Esto es el PSOE, un partido de oportunismo y traición.
Estos días, hablando del tema con votantes socialistas me decían que el PSOE necesita una regeneración y que las bases sí que son republicanas; entonces mi sorpresa fue mayúscula al pensar, ¿qué pensarían esas bases, supuestamente republicanas, que algún día, se supone, que llevarán las riendas del partido si su jefe se arrodilla ante la Monarquía?
Yo, por suerte, ya estoy vacunado contra la hipocresía del PSOE y la inocencia que tuve en otros tiempos cuando les voté se ha tornado en sentido común; la frase de Rubalcaba me confirma cada vez más lo acertado de mi decisión.
De todo esto lamento una cosa. Viendo lo oportunista y rastrero que ha sido el partido socialista (perdón por llamarlo socialista) a lo largo de su historia sacarán la bandera republicana cuando eso les supongo un rédito electoral y entonces harán uso de su demagogia para hacerse un hueco entre la clase política del momento… mientras tanto toca lamerle las botas al Borbón. Y digo que lo lamento porque, por desgracia, llegado el momento habrá que contar con ellos, ya que no tendremos la suerte de que ese partido pase a ser una mancha en la historia política española.
Al menos Rubalcaba se va, pero antes se ha encargado de humillar (más si cabe) a los que se denominan socialistas del PSOE. Como he dicho antes, cuestión de dignidad.

martes, 10 de junio de 2014

Cumbres Borrascosas



Cumbres Borrascosas es la única novela de Emily Brontë y está considerada como un clásico de la literatura inglesa, llevado al cine en varias ocasiones.
Esta novela la conocía en versión cinematográfica y es una de esas obras que siempre había querido leer. No me ha defraudado.
Cumbres borrascosas tiene todos los elementos que una novela tiene que tener para ser amada u odiada. Es una novela de desamor, desgarradora y triste.
Los personajes que forman parte de la novela parecen ser escritos para ésta en concreto, no cabrían en ninguna otra obra, sólo en esta. No te dejan indiferente y eres capaz de enamorarte de su sufrimiento, de su forma de estropear sus propias vidas y la de los demás y de que su propia existencia se convierta en un infierno.
Sobre todo, por encima del resto, destacaría a un personaje: Heatcliff, cuyo amor por Catherine hace que la novela sea lo que es.
Quien la lea, o la haya leído, es posible que coincida conmigo al pensar que la maldad de Cathy (Catherine) es mucho mayor que la de Heatcliff. Éste tiene un motivo para hacer lo que hace y actuar como actúa, sin embargo, los motivos de la protagonista femenina no puedo justificarlos si no es que actúa movida por ambición y maldad.
Quizá, por eso, Heatcliff es el personaje que me ha cautivado, es un personaje sencillamente extraordinario; difícilmente se puede encontrar a uno similar a él en la literatura universal, aun estando ésta poblada de tantos antihéroes. Heathcliff no muestra ninguna de las características de sus sucesores, como ligeros rasgos de gratitud, bondad o arrepentimiento.
Durante toda la novela, Heathcliff jamás demuestra apreciar ligeramente a alguien aparte de a su amada Cathy. Al patriarca de la familia Earnshaw jamás le agradece en su niñez por haberlo adoptado, ni tampoco le corresponde con afecto, y a su hijo, Linton, lo odia por muchos motivos y jamás tiene para con él alguna palabra de afecto.
Heathcliff es un hombre que se mueve por amor, por amor hacia Cathy, sólo eso y por ella es capaz de cualquier cosa. Pero ella parece no darse cuenta de que también lo ama hasta la noche en la que él huye después de escuchar como su amada le dice lo siguiente a su criada:

Todos mis dolores en este mundo han consistido en dolores que ha sufrido Heathcliff y los he seguido paso a paso desde que empezaron. El pensar en él llena toda mi vida. Si el mundo desapareciera y él se salvara, yo seguiría viviendo; pero si desapareciera él y lo demás continuara igual, yo no podría vivir. Mi amor a Linton es como las hojas de los árboles y bien sé que cambiará con el tiempo; pero mi cariño a Heathcliff es como son las rocas de debajo de la tierra, que permanecen eternamente iguales sin cambiar jamás. Es un afecto del que no puedo prescindir. ¡
Elena, yo soy Heathcliff! Le tengo constantemente en mi pensamiento, aunque no siempre como una cosa agradable.
Tampoco yo me agrado siempre a mí misma. No hables más de separarnos, porque es imposible...

Uno de los mejores fragmentos del libro. Sin embargo, yo me quedo con otro mucho más desgarrador: la muerte de Cathy. En esa escena se ve a un Heathcliff vulnerable, quizá el único momento en que se muestra humano, porque el resto de la novela se muestra como algo insaciable sin saber cuándo podrá llenar su vacío de algo.

Ahora me demuestras lo cruel y falsa que has sido conmigo. ¿Por qué me desdeñaste? ¿Por qué hiciste traición a tu propia alma? No sé decirte ni una palabra de consuelo, no te la mereces... Bésame y llora todo lo que quieras, arráncame besos y lágrimas, que ellas te abrasarán y serán tu condenación. Tú misma te has matado. Si me querías, ¿con qué derecho me abandonaste? ¡Y por un mezquino capricho que sentiste hacia Linton! Ni la miseria, ni la bajeza, ni aun la muerte nos hubiera separado y tú, sin embargo, nos separaste por tu propia voluntad. No soy yo quien ha desgarrado tu corazón. Has sido tú y al desgarrártelo has destrozado el mío. Y si yo soy más fuerte, ¡peor para mí! ¿Para qué quiero vivir cuando tú...? ¡Oh Dios, quisiera estar contigo en la tumba!

No es difícil adivinar que Heathcliff reventó de amor por Catherine. Que la ama con su cuerpo, con su alma, con su mente y con su espíritu… pero quizá a la mujer equivocada y que no lo merecía; esa es su destrucción.

Argumento: 8
Ambientación: 8
Personajes: 8
Capacidad para seducir al lector: 8



martes, 3 de junio de 2014

Campechano a la fuga



Parece que fue ayer cuando cree el blog… y ya han pasado más de seis años. Casualmente era un 5 de enero y coincidía con el 70 aniversario del Rey. No sé por qué decidí dedicarle mi primera entrada; probablemente hoy no lo haría, pero lo bueno del pasado es que nos permite ponernos en situación si algo nos lo marca y a mí me apetecía escribir sobre Campechano I.
En aquella primera entrada, que se puede leer aquí, decía lo siguiente: “Podría comparársele con Moisés, que llevó a su pueblo a la tierra prometida, y don Juan Carlos, cual personaje bíblico, nos lleva a la democracia prometida. Cuarenta años duró el peregrinaje de los judíos desde tierras egipcias, nosotros ya llevamos 32 y en 8 años su Majestad ya habrá cumplido su misión, la de que España sea una verdadera democracia; lo que realmente le corresponde por historia y por legitimidad: una república, la III República Española. Entonces ya podremos andar solitos sin necesidad que nadie guíe nuestros pasos ni nos diga por donde tenemos que ir, puesto que ya habremos aprendido a pensar, pero hasta entonces, Majestad, le necesitamos. ¡Qué usted cumpla, al menos, 8 años más!”
Por poco me equivoqué. Juancar llevaba poco más de 32 años de apacible reinado y ha durado algo más de 6, en total no llega a 39.
Hacía el símil de los cuarenta años del pueblo judío por el desierto, con los cuarenta años de dictadura del hispanicida y los posibles cuarenta años del que decían que salvó al país de no sé qué.
Quien me conozca o me haya seguido en este humilde site ya sabrá que soy republicano, pero no, ahora no voy a tratar (por enésima vez) de justificarlo, demasiado lo he hecho ya en artículos a lo largo de estos años; tampoco voy a defender a la República versus Monarquía, sería demasiado fácil y tampoco es el objetivo de esta entrada.
Sin duda alguna, la abdicación del Rey puede que sea la noticia del año en España. Si eso hubiera ocurrido años atrás, no me cabe la más mínima duda que una ilusión desbordante, parecida a la seguridad de un quinceañero de perder la virginidad en una noche loca, hubiera recorrido todo mi cuerpo. Pero no, ahora no. No sé por qué extraña razón no lo he celebrado o lo he hecho con cautela, quizá sabiendo que a día de hoy es prácticamente imposible que la legítima III República se proclame. No cabe duda que hay más conciencia que otros años, sí, pero las mismas dificultades. Quizá esa sea la diferencia, que antes yo no lo sabía y ahora sí.
Actualmente, con el PP y el PSOE teniendo mayoría es IMPOSIBLE que ésta llegue, solamente hay que escuchar a sus dirigentes hablar durante estos días. La verdad es que no me extraña; del PP ni fu ni fa y del PSOE… simplemente unos traidores a todo lo que simboliza la izquierda y sus valores. Así pues… no queda otra que esperar.
Yo, sinceramente, deseo que ahora con el nuevo sátrapa, el futuro Felipe VI (no os podéis imaginar lo que me duele y cuesta escribir esto) no pongamos el marcador a cero y comencemos, por tercera vez, otro periodo de cuarenta años. Siempre he dicho que Juan Carlos acabaría su reinado y que Felipe sería entronizado, pero que no acabaría sus días con su testa coronada porque el pueblo echaría, una vez más, a los Borbones… y que yo lo vería, aunque fuese un anciano que lo último que escuchase es: “¡El Rey se ha marchado. Viva la III República!”.
Como dijo don Manuel Azaña: “La libertad no hace felices a los hombres, los hace sencillamente hombres”.