La fecha del cumpleaños es un poco controvertida. Hay gente con la que se habla todos (o casi todos) los días y, por lo que sea, ese día no se habla. Otra gente con la que se habla dos o tres veces al año, pero el día del cumpleaños llaman.
Quizá no haya obligación de recordar una fecha de cumpleaños… probablemente no la haya de gente a la que no se le dé importancia. Las personas tenemos muchas cosas de las que acordarnos como para recordar una fecha exacta de cumpleaños. En mi caso no recuerdo todas las fechas de cumpleaños (sólo algunas) y, por eso, tengo una agenda en el móvil que me lo recuerda. La excusa del olvido tiene remedio.
En mi caso me da lo mismo que se acuerden o no. Una felicitación te recuerda que eres más viejo y, quizá, ya no haga tanta ilusión como antes cumplir años. Pero sí que puedo percibir las felicitaciones de cumpleaños como un plus más en las relaciones con la gente. Tengo una compañera de la universidad que hace más de diez años que no nos vemos, pero siempre, siempre, me envía un mensaje por mi cumpleaños y viceversa; es la única vez en la que estamos en contacto (salvo, a lo mejor, alguna llamada durante el año). La vida, al fin y al cabo, está compuesta de pequeños detalles.
En mi caso me da lo mismo que se acuerden o no. Una felicitación te recuerda que eres más viejo y, quizá, ya no haga tanta ilusión como antes cumplir años. Pero sí que puedo percibir las felicitaciones de cumpleaños como un plus más en las relaciones con la gente. Tengo una compañera de la universidad que hace más de diez años que no nos vemos, pero siempre, siempre, me envía un mensaje por mi cumpleaños y viceversa; es la única vez en la que estamos en contacto (salvo, a lo mejor, alguna llamada durante el año). La vida, al fin y al cabo, está compuesta de pequeños detalles.
Acordarse de la fecha de cumpleaños y hacer un regalo sería algo de otra galaxia. Comencemos por lo primero que es más terrenal... con calma... tampoco vayamos ahora a preguntar todos los días cuándo es el día del cumpleaños.