sábado, 20 de febrero de 2016

El camino



Creo que fue en 1º de BUP cuando el profesor de literatura nos mandó leer ‘El camino’, de Miguel Delibes, para mí la mejor novela que he leído después de ‘El Quijote’.
La sinopsis es la siguiente: Daniel, el Mochuelo, un niño de once años, hijo de una familia muy humilde que vive en el campo, debe partir al día siguiente a la ciudad para continuar sus estudios, ya que su padre quiere que sea el día de mañana un hombre de provecho y que tenga un futuro; es por ese motivo que no ha dudado nunca en hacer un montón de sacrificios con el fin de poder ahorrar lo suficiente para poder costearle a su hijo el bachillerato.
Daniel, la noche anterior a su marcha, no puede conciliar el sueño y rememora lo que ha sido hasta ese día su vida en la aldea. Recuerda todos y cada uno de los lugares y habitantes de su pueblo y, especialmente, todas las correrías que ha protagonizado junto a dos de sus mejores amigos: Roque, el Moñigo, y Germán, el Tiñoso.
Al día siguiente se levanta y emprende, en contra de su voluntad y no sin cierto desasosiego y miedo ante lo desconocido, este nuevo camino que se abre ante él lleno de posibilidades. Nada volverá a ser igual.
No me costó verme identificado con el Mochuelo. Ese año era la primera vez que yo ‘salía de casa’, era mi primer año en el internado; los lunes a las 6 de la mañana cogía el autobús y me dejaba en el mismo sitio el viernes a las 4 de la tarde. Tenía 15 años y para mí era algo totalmente novedoso. Mientras mis amigos se quedaban en el pueblo yo me iba fuera, a tratar con gente que no conocía y de distintos lugares de origen; sin duda alguna, fue algo que, en cierto modo, me hizo madurar más rápido.
Mi idea era quedarme en el pueblo, estudiar FP o BUP, con calma, y luego meterme a trabajar en una oficina el resto de mi vida, conocer a una chica, casarme, tener hijos, criarlos… sin salir de mi pueblo… siendo uno más… sin mayores aspiraciones que esas.
Supongo que, igual que para el Mochuelo, el pueblo y todo lo que lo rodea era suficiente en la vida, ¿para qué más? Pero mis padres no pensaban lo mismo.
Después, cuando fui a la universidad, la noche antes de irme, volví a acordarme de Daniel, el Mochuelo; Roque, el Moñigo; Germán, el Tiñoso, y de mis tiempos en el internado.
Ahora, de nuevo, tengo que seguir El Camino.

¿Es verdad que te vas a ir a la ciudad?”, pregunta Uca-Uca.
Sí, dentro de unos meses, mi padre quiere que progrese”, responde Daniel.

Esta es la serie que emitieron en TVE allá por el año 78, a pesar de haberla comprado hace años en DVD solamente la había visto una vez. Mientras escribo estas líneas la vuelvo a ver… y a recordar…

martes, 16 de febrero de 2016

Las bodas de Isabel, la tragedia de ‘Los amantes de Teruel’


Aunque haya gente que lo desconoce, Teruel existe. Sí, Teruel, la pequeña capital con el mismo nombre de la provincia. Un territorio en el que siempre se descubre algo; de norte a sur y de este a oeste, desde San Martín del Río a San Agustín y desde La Iglesuela del Cid a Frías de Albarracín. Pero esta entrada no va de ninguno de sus pueblos o lugares, ni siquiera va directamente de la propia capital. Simplemente trata de un acontecimiento del que mucha gente ha escuchado hablar: los amantes de Teruel.
La historia se desarrolla en el Teruel del siglo XIII. Juan Diego Martínez de Marcilla e Isabel de Segura, son dos niños que su amistad desde tierna edad acaba transformándose en amor con el paso de los años. Cuando pretenden casarse, don Pedro, padre de la novia, se opone por motivos económicos; ella es una rica heredera y él es el hijo segundón de una familia y apenas cuenta con herencia. Marcilla pide un plazo de tiempo para conseguir fortuna y consigue que el padre de su amada le conceda cinco años durante los cuales le promete que su hija no se comprometerá con ningún hombre. El joven parte a la guerra con el rey de Aragón, único modo de hacer fortuna en aquella época, mientras Isabel se queda esperándolo en la ciudad.
Fue pasando el tiempo y a Teruel no llegaban noticias del joven caballero, que tras muchas batallas iba acumulando la fortuna necesaria para presentarse ante la familia de su amada y lograr el consentimiento para la boda. Ante la falta de nuevas, el padre de la novia pensó en buscar para su hija algún ricohombre con quien casarla y puso los ojos en don Pedro de Azagra, hombre poderoso y hermano del Señor de Albarracín.
Poco antes, Juan Diego de Marcilla, que ya había conseguido suficiente riqueza en la guerra, se puso en camino para llegar a Teruel en la fecha que el plazo terminaba. Ese mismo día, las familias de Azagra y de Segura habían celebrado, contra la voluntad de Isabel, las nupcias de sus hijos y cuando el joven entra en la ciudad tiene noticia de la boda. Desesperado, esa misma noche escaló la casa de los recién casados y entrando en los aposentos de la novia le pidió un beso que ella, como mujer casada, le negó. Ante el dolor que el hecho le produce, don Diego cae muerto.
Al día siguiente, mientras se celebrada el funeral en la iglesia de San Pedro, una mujer con el rostro enlutado se acerca al féretro de Diego; es Isabel de Segura quien, levantándose su velo y apartando el que cubría el rostro de Marcilla, va a darle en muerte el beso que le había negado en vida para, acto seguido, caer muerta junto al cuerpo de su amado. Ante tal hecho, las familias deciden enterrarlos juntos. Esto es lo que cuenta la tradición. Podremos creerlo o no… pero es así.
Hoy en día, pueden visitarse sus restos bajo unas magníficas esculturas de Juan de Ávalos, en un mausoleo adosado a la iglesia de San Pedro.


La leyenda que he acabado de contar es lo que se representa en Teruel el siguiente fin de semana a San Valentín, concretamente es la boda de Isabel, la llegada de Diego y la muerte de ambos (la partida se celebra meses antes, durante el primer fin de semana de octubre). Se trata de cuatro días, de jueves a domingo, en los que la ciudad retrocede al Medievo, incluso la gente, habitantes y forasteros, va vestida igual que en el siglo XIII. Este jueves comienzan los actos y finalizarán el domingo.
Hace muchos años que conozco estas fiestas (‘los medievales’, las llaman los turolenses), creo que desde el segundo o tercer año que se celebran y éste se cumple el vigésimo aniversario. Pero únicamente he estado un par de veces, la primera en 2012 y la segunda en 2015, el año pasado. En esos días eres un turolense más; las visitantes triplican en número a los habitantes de la ciudad y para poder ver las representaciones es importante estar con antelación en el lugar… pero merece la pena. Es un espectáculo inolvidable.
Después, el domingo por la noche, cuando ya ha acabado todo, pasear por Teruel… con su característico frío seco envolviéndote. Parece mentira que donde pocas horas antes había miles de personas no haya nadie… y la ciudad vuelve a la normalidad y mi corazón, como el de Juan Diego, se va rompiendo pensando en mi próxima partida.
Este año no estaré físicamente, pero sí, estaré de otra forma. Quién sabe si el próximo año, o al otro, o al otro… no lo sé, este año tampoco estoy donde pensaba que iba a estar así que… pero al igual que Diego, volveré a Teruel.



Si alguien quiere información, esta es la página oficial de la Fundación Bodas de Isabel. Este es un vídeo promocional de este año. Las representaciones corresponden a 2015. Sin duda, uno de los momentos más emocionantes fue cuando el cantante de Lurte, un grupo aragonés que recuerda la música de los almogávares, canta frente al cadáver de Diego la canción ‘La luz del alba’.


sábado, 13 de febrero de 2016

Ojos de gata


Enrique Urquijo pertenece a una generación de genios irrepetibles. Arte, sentimiento, poesía, talento, dones ilimitados destinados a unos pocos… y no supieron o no quisieron vivir con todo eso; hasta su muerte tiene un halo de rabia al pensar todo lo que hubieran podido seguir creando. Y pluralizo porque en el mismo escenario que Urquijo coloco a Antonio Flores y a Antonio Vega. Me quito el sombrero y hago una merecida reverencia.
No es la forma, ni el contorno, ni el tamaño, no me refiero a medidas ni escalas, tampoco es el color, ni el brillo, aunque posean esa exactitud verde que es capaz de parar el tiempo… es una sinergia.
¿Qué dicen? ¿Qué expresan?… ¿Inteligencia, sabiduría, cultura, lujuria, deseo, placer, ironía, sarcasmo, perdición, locura…?

Sólo canto si tú me demuestras
que es verde la luz de tus ojos de gata


Ojos de gata que penetran.
No hables… no digas nada… silencio...

Escucha...



martes, 9 de febrero de 2016

PP = Partido Podrido



En este país, si quieres vivir bien y sin problemas tienes que ser del PP. Como seas una persona decente y honrada lo tienes jodido, evidentemente, entre otras cosas, porque con esas cualidades uno jamás puede ser del PP.
Todos hemos visto la cara de lerdos que ponen estos tíos cuando pillan a gente de su partido con las manos en la masa. Ya sabemos los argumentos que dan: “La justicia es igual para todos… el que la haga que la pague… no nos temblará el pulso…” y muchas majaderías del mismo estilo que entran dentro de la lógica, pero que solamente los imbéciles son capaces de creerse.
Pero lo más vergonzoso y vergonzante que he escuchado respecto a la corrupción de este partido ha sido a una diputada pepera diciendo que “30, 40 ó 50 personas no pueden manchar la trayectoria de un partido con cientos de miles de afiliados honrados”. Creo que es un consuelo, es un consuelo que haya solamente “30, 40 ó 50”… ¿alguien se imagina lo que sería este país con 300, 400 ó 500 personajes así? No nos dejaban ni los calcetines. Si con la cantidad que ha dicho esta mujer ya ha habido suficiente para arruinar el sistema financiero de la Comunidad Valenciana, convirtiendo esa rica región en el símbolo de la corrupción política, saqueando las arcas públicas y no dejando ni las telarañas ¡qué pasaría con más sinvergüenzas como estos desparramados por todo el país!
Pero donde quiero llegar es a la falsedad de que unos pocos no son representativos, ¿cómo que no? ¡Por supuesto que lo son! Hagamos un paralelismo temporal e ideológico. La Alemania del 33 al 45 siempre será recordada como la Alemania nazi, ¿Qué habría alemanes que no fueran nazis? Por supuesto, pero lo que queda es lo que queda; igual que en España no todos eran franquistas pero cierto periodo siempre será la España franquista. Con esto de la corrupción pasa lo mismo. Los que predominan y destacan son los corruptos, ¿y por qué? Porque hay gente que los apoya. Porque hay siete millones y medio de españoles que han dicho ‘señores, nosotros queremos corrupción’ Porque es gente que desconoce el sentido de las palabras honradez, decencia y dignidad y añadiría que son gilipollas por permitir que otros, gracias a su voto, saqueen las arcas públicas y se llenen los bolsillos.
Que no venga esta señora o señorita diciendo que son “30, 40, ó 50”. Los jerarcas nazis tampoco eran muchos más, pero estaban ahí porque tenían el respaldo de la gran mayoría de la gente; por lo tanto son todos iguales: unos por hacerlo, otros por no enterarse de nada y otros por permitir, gracias a su voto, que lo sigan haciendo. Un pueblo que elige a sus corruptos no es víctima, es cómplice. Si yo escondo en mi casa a un ladrón de bancos... ¿qué sería? ¿Tendría alguna responsabilidad? Pues eso.
Queda una opción. Renegar de ese partido llamado PP, que es un antro de corrupción, y no querer saber nada de él. Pero para eso, como he dicho al principio, hay que ser una persona decente, honrada y querer ganarte la vida de una forma digna.

Pero pongámosle un poco de humor a tanta porquería. Ayer, en ‘El Cascabel’, en 13TV, el presentador Antonio Jiménez estaba indignado porque Manuela Carmena había dicho que “ETA era un movimiento político”. ¡Hay que ver que tremendos se ponen estos fachas! Todo el facherío del plató alborotado, parecían gallinas; no reproduciré lo que dijeron porque nadie que no lo haya escuchado podría creer tales sandeces... y doy fe que cuando el facherío está inspirado cualquier cosa es posible.
Da la casualidad que en el programa había una invitada que, por lo visto, es más moderada y preguntó: “¿Qué diferencia hay entre lo que ha dicho Carmena y lo que dijo Aznar cuando se refirió a ETA como ‘Movimiento Vasco de Liberación’?” Los fachas no sabían qué decir, salvo que “no es lo mismo, no es lo mismo, no es lo mismo…”. La solución la puso el presentador: “No se vayan, vamos a unos anuncios publicitarios y enseguida estamos con todos ustedes. Hasta ahora”. Por supuesto que a la vuelta de publicidad ya no tocaron el tema. ¡Ay! Las noches de 13 y los fachas…

sábado, 6 de febrero de 2016

Quasimodo, el Titán



Es triste como una persona es capaz de arrastrarse, dejando a las babosas como ejemplo de dignidad, por no entender un ‘no’, ‘paso’, ‘déjame en paz’ y otras expresiones que se nos podrían ocurrir.
Una vez han suplicado, se han humillado y revolcado en la más absoluta indiferencia y desprecio, entra un pequeño soplo de restos de decencia y arremeten pretendiendo levantarse como titanes cuando no son más que copias de Quasimodo, el jorobado de Notre Dame. Y es que en el mundo tiene que haber de todo.
Como dice Calamaro: “Brindo contigo… ¡Salud!”
Al fin y al cabo es lo que se dice al brindar… aunque no sea cierto.