sábado, 25 de abril de 2015

Desde mi ventana



Desde mi ventana contemplo el horizonte y veo el camino que me queda por recorrer.
Miro atrás, los pasos marcados y, paralelamente, veo también el sendero que me hubiera gustado andar, como dos realidades: una imaginada y otra vivida. ¿Me equivoqué? No lo sé, tampoco quiero saberlo ya; probablemente la verdad no me haría sentir mejor y resolver la incertidumbre no ayuda a cambiar nada. Ha sido lo que ha sido. Lo apunto para la próxima vez que vuelva a nacer.
Los caminos siguen, los reales y los imaginados.

martes, 14 de abril de 2015

También era martes



Tal día como hoy de 1931 se proclamó la II República, también era martes hace 84 años. Una proclamación que tuvo lugar en medio de una gran agitación social y política en nuestro país.
Todos los años se hace necesario reivindicar la importancia de este día, en medio de una grave situación social provocada por unas élites corruptas, representadas fundamentalmente en los dos partidos que se han ido turnando en el gobierno del Estado Español desde la Transición, pero también en una banca cuyas leyes ‘regulatorias’ se hacen a su medida y en un gran capital abocado a una carrera sin fin donde las únicas opciones que parecen contemplarse son, o seguir arrasando el medio ambiente y sometiendo a los pueblos hasta extremos que no se habían visto en décadas, o su autodestrucción como sistema social.
Avanzamos a paso acelerado hacia situaciones de miseria generalizada, ante las cuales la Monarquía, como ha hecho casi siempre, se posiciona del lado de quienes nos han conducido a este escenario, negando el drama de esta crisis-estafa. Usando, en cambio, el mismo discurso de la élite política corrupta y de la clase empresarial dominante. Todo ello lleva a que el descrédito entre la población hacia la institución monárquica y hacia la figura del Rey sea creciente, a pesar incluso del ‘recambio’ de Juan Carlos I por su heredero al trono Felipe VI, uniéndose además los casos de corrupción que salpican a la Familia Real y a su entorno.
El 14 de abril se sigue conmemorando porque este mismo día, en 1931, se puso la primera piedra de un sistema político donde el pueblo español eligió democráticamente por última vez su Jefatura de Estado y porque la II República supuso una experiencia de desarrollo progresivo de empoderamiento popular, cuando se pusieron en práctica medidas avanzadas socialmente que nunca se habían visto hasta la fecha y que aún hoy muchas de ellas no han sido superadas, e incluso se ha retrocedido en varias. La experiencia fue interrumpida bruscamente por el golpe militar del general Franco, con el apoyo logístico y militar del nazismo alemán y el fascismo italiano (Hitler y Mussolini), cercenando por décadas los sueños y aspiraciones de varias generaciones de españoles y españolas.
Pero no sólo hay que entender la celebración del Día de la República como un recordatorio emocionado de lo que fue, y más aún pudo ser, una etapa fundamental de la historia de España, sino como la puesta en marcha de un proceso que pueda ser compartido por la mayoría social hacia la consecución de la III República. No es esta el mero hecho de acabar con la monarquía hereditaria, sino un proyecto de democratización radical de todas las estructuras políticas, económicas y sociales que incluyen una serie de valores, principios y fines, como el avance hacia una democracia participativa donde la ciudadanía sea responsable directa de las decisiones fundamentales; la vigilancia democrática y pública de los mercados y de la economía en general; la universalización e incondicionalidad del derecho a Vivienda, Trabajo, Sanidad, Servicios Sociales, Educación y Cultura; el respeto a las libertades fundamentales de cada persona; un nuevo modelo productivo no basado en la especulación ni en la degradación del medio ambiente; una banca pública; el rechazo de la guerra como paradigma de resolución de conflictos (que además no los resuelven) entre las naciones y entre los pueblos; la absoluta laicidad del Estado; etc.
En resumen, hoy se conmemora lo que fue una maravillosa utopía y la esperanza de que llegue una III, esta vez sí, definitiva.

Salud y III República

sábado, 11 de abril de 2015

El papel de la mujer en El Quijote


Entrevista a Alicia Mariño, escritora y profesora de la UNED, en La Tribuna de Albacete.es analizando el papel de la mujer en el Quijote.

¿Cómo se aproxima Cervantes al universo femenino en su obra cumbre?
El tratamiento de la mujer en El Quijote es absolutamente innovador, en el sentido de que Cervantes las trata con un especial afecto, dentro de las costumbres de la época insertas en la obra, pero siempre defendiendo la libertad de la mujer de forma sutil. No podemos hablar en sentido estricto de feminismo, pero sí es un trato especial y de una gran modernidad para la época.

¿Esas características se harían más evidentes en determinados personajes, caso de la duquesa o la pastora Marcela?
Sí, la duquesa o la propia Dorotea son personajes adelantados a su tiempo, pero el arquetipo más claro en ese sentido es la pastora Marcela, a través del canto que hace a la libertad: “Yo nací libre y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos...”, donde argumenta no estar obligada a amar a quien le ama, es decir reivindica la libertad de elección por parte de la mujer, toda una bomba para la época.

¿Y el de Dulcinea?
Dulcinea era un personaje necesario para conformar la novela de caballerías que deseaba escribir Cervantes desde un punto de vista muy irónico, a modo de crítica, pero en realidad Dulcinea es todo un arquetipo de la mujer, un personaje que casi no tiene físico, vendría a representar a todas las mujeres.

¿Con qué personaje femenino se queda por su riqueza de matices o complejidad?
Los hay entrañables, como son Maritornes, Sancha o Dorotea, pero desde el punto de vista actual Marcela me parece fascinante. También es cierto que ésta conforma el género pastoril, dentro de un ambiente mucho más lírico y fuera del mundo, porque El Quijote es la novela de las novelas y va a ir conformando distintos géneros: morisca, psicológica, caballerías...

Esa importancia o peso de los roles femeninos son reivindicados por la mayoría de los estudiosos de la obra.
Así es, me parece muy importante, porque la mujer desempeña un papel muy relevante. Últimamente se han hecho nuevos estudios con motivo del IV Centenario de la publicación del Quijote donde se habla del feminismo de Cervantes, algo que personalmente me parece exagerado, porque no creo que podamos hablar de feminismo hace 400 años.

¿Cree que el hecho de presentar esa cantidad de personajes de mujer tan dispares podría ser algo premeditado?
Me pongo en el punto de vista del propio autor y creo que al comienzo del proceso de creación no se tiene todo en la cabeza y muchas veces el creador no es consciente de lo que va transmitir. Sí es verdad que Cervantes, como hombre que pisaba la tierra inserto en la realidad de su tiempo y que vivió con muchas dificultades, trasladó al Quijote situaciones, personajes, ambientes o paisajes reales. Además, la mujer es muy importante en la vida personal de Cervantes, que tuvo unos avatares amorosos complicados y una intensa relación con sus hermanas o con sus hijas... algo que conforman vivencias de una mayor libertad respecto a la mujer que las costumbres sociales de esa época.



martes, 7 de abril de 2015

¿Pasó la pasión y la devoción?



Una vez pasada la Semana Santa me pregunto si todas esas representaciones de dolor y fervor vuelven al cajón hasta el año que viene o, por el contrario, continúan latentes todo el año.
Esto me lo pregunto porque el otro día alguien me dijo que iba a hacer una penitencia (creo que era esa la palabra) que consistía en ir toda la noche detrás de un paso (creo que un Cristo) con la típica túnica de nazareno y capucha arrastrando una cruz al hombro.
Sinceramente, hay ciertas manifestaciones y comportamientos en el ser humano que no puedo entender. Es posible que sea debido a que no soy creyente, nunca lo he sido y, por lo tanto, ese concepto de ‘fe’ no lo tengo interiorizado. No me interesa la religión más allá de que pueda ser algo histórico, pero para nada que sean unas creencias que condicionen la vida de alguien. Cada cual es muy libre de creer o no y no seré yo quien juzgue si esa persona está acertada o equivocada. Visto desde el otro lado, es posible que sea yo el equivocado, no lo sé; pero soy un ser demasiado racional como para creer en cosas intangibles.
Pero bien, para no desviarme del tema… esta persona me comentó que iba a pasarse toda la noche detrás del Cristo y me preguntó si yo quería que le pidiese algo por mí. Me sorprendió la pregunta, ya que ella sabe que no soy creyente, lo cual me hizo pensar por un momento… ¿cómo podría un ateo convencido como yo pedir algo a alguien en quien no creo? Por otra parte, en caso de haberlo hecho,… ¿ese alguien me hubiera escuchado y accedido a mis peticiones? Si a los creyentes, muchas veces, no les hace caso, ¿se lo iba a hacer a un apóstata como yo? Y si vamos más allá… ¿por qué alguien tenía que pedir como pago que una persona dé vueltas cargado con una cruz? O ¿por qué a alguien se le tendría que conceder algo por dar vueltas con una cruz a cuestas?
Siempre he pensado que el Cristianismo ha sido un instrumento más para someter a los hombres, de hecho el emperador Teodosio lo convirtió en religión oficial del imperio romano como elemento de cohesión entre todos los territorios. Mucho se ha hablado sobre la religión y la existencia de Dios y no creo que lo que yo pueda decir aporte algo en uno u otro sentido.
Para mí es muy fácil vivir sin un dios y demostrar que puedo hacerlo; para un creyente creo que es más difícil demostrar que se necesita de un dios para vivir... y que todavía continuemos con ciertos atavismos... y pensar que hemos tenido los mejores literatos de la historia. Como dijo Unamuno, “que país, paisaje y paisanaje”.