Desde siempre he oído que en este país de fútbol y política todo el mundo sabe. Cualquiera, medianamente puesto en el tema, es capaz de dar unas lecciones aderezadas con una oratoria digna del mismísimo Cicerón. Es lo que tiene poder hablar sin que ello tenga grandes repercusiones sobre quién dice las cosas.
En cualquier charla entre amigos es normal que surja el tema deportivo o político. Cualquiera tiene sus ideas, opiniones, puntos de vista o como se le quiera llamar. Hay veces que, estas conversaciones, suelen llegar a acaloramientos tales que es posible que, quién antes de enzarzarse en estas lides dialécticas, fuera uña y carne con su adversario y a partir de ese momento lleguen, incluso, a no dirigirse la palabra.
Aunque parezca mentira, las personas evolucionan y lo hacen también nuestros gustos. Y si antes todos sabíamos de política y de fútbol, ahora hemos añadido algo más: Historia.
Parece mentira lo que internet puede llegar a lograr, y es conseguir que el más porro del mundo, como don Quijote diría de Sancho Panza, sea capaz no ya solamente de analizar, argumentar, examinar, razonar, debatir, tratar o deliberar, sino que se atreva a discutir, rebatir, impugnar, refutar, disputar, contradecir, litigar o polemizar, por el simple hecho de haberlo leído en internet.
Sí, últimamente, internet ha hecho que aquellos que, cuando veían el cartel de biblioteca les pasase lo mismo que a Drácula cuando veía una cruz, sean capaces de ponerse delante de una pantalla, empaparse de lo que allí leen y encima creerse un autoridad en ello.
Me he encontrado con casos de estos en algunos blogs que he visitado, o foros en los que participo, en los que algunos, en lugar de dialogar mostrando los conocimientos e ideas que puedan tener, se limitan a discutir copiando y pegando textos infumables, para seguidamente acabar diciendo: La historia es como es y no se puede cambiar. Tócate las narices.
Pues bien, cuando me he atrevido a decirles que eso no es historia, que la historia se habla, se discute, se razona y no sirve decir lo que otro haya dicho, suelen contestar que un historiador no solamente es aquel que tiene un diploma colgado en la pared. En esos momentos pienso ¿para qué seguir?, ¿para qué discutir con un zote que se atreve a igualarse con aquellos que la estudiamos de forma académica?
Evidentemente no estoy diciendo que cualquiera no pueda saber y hablar. No, no es eso. Simplemente quiero decir que una persona, es posible que no tenga un reconocimiento académico, por lo que sea, y habla y razona con sensatez, no copiando textos infumables que lo único que demuestran es que domina muy bien el google, pero que de lo demás ni puñetera idea. En ese caso, esa persona sí que puede presumir de tener conocimientos.
Lo que ya roza el ridículo es que con esto de la memoria histórica, muchos dicen que se ha cambiado la historia, que se quiere cambiar, que los buenos son los malos, que los malos son buenos y demás pajas mentales que se hacen a cual más ridícula.
Vamos a ver. Las cosas son como son. Evidentemente, esto del párrafo anterior, lo dicen adoctrinados del antiguo régimen cuya única legitimidad para empezar una guerra era que España iba a convertirse en una provincia soviética, que la masonería lo invadía todo y, por supuesto que no falte, la quema de iglesias, violaciones de miles de monjas y asesinatos de otros tantos curas. Si fuera un bravucón de taberna propondría el reto a que presentasen pruebas de lo anteriormente dicho (reconozco que en ocasiones las he pedido), pero como ya sé el resultado omitiré mi desafío. Esa es toda la verdad histórica que impuso un gobierno ilegítimo que venció por la fuerza de las armas. Claro, cuando se descubre que no es así, cuando se puede contar la realidad de las cosas, enseguida, se ponen como toros arremetiendo contra todos por, supuestamente, querer cambiar la historia.
Tampoco me extenderé en contar las razones de la G.C.E., puesto que no es el objetivo de este artículo, y hay cosas que al no ser como se creen ya parece ser que se han inventado. Evidentemente lo que no es falso y es demostrable es que la Iglesia Católica, a lo largo de su historia, es responsable de más asesinatos que el nazismo y el comunismo juntos, por ejemplo. Habrá quien diga que tiene más siglos. Es cierto. Pero no es menos cierto que los dos últimos son doctrinas políticas (con lo que eso conlleva) y lo otro es una religión basada, supuestamente, en el amor entre las personas.
Tampoco me he creído nunca a las personas que dicen que les gusta la historia pero que no les gusta la política. Una cosa es incompatible con la otra. No puede ser. Si hablamos de historia del arte, por ejemplo, es posible que así sea y con matices. Ahora bien, si hablamos de historia en general es imposible. La historia del hombre es la historia de la política. Cuando se estudia un determinado acontecimiento, por ejemplo, la época de los descubrimientos, la batalla de las Navas de Tolosa, el descalabro de Rocroi o la Revolución Industrial, se está estudiando política, todo ello son acontecimientos ligados a la política, y si esta no gusta, difícilmente se podrán entender los otros. Y así cualquier acontecimiento que vaya desde la aparición del hombre en la Tierra hasta la fecha de hoy.
Evidentemente, la historia es algo que se despierta con el paso del tiempo. Nadie nace con una necesidad imperiosa de aprenderla porque no es cierto. A mí, por ejemplo, no me gustaba hasta que no llegué a 7º de EGB y una profesora me habló del Renacimiento, el Imperio Español, Carlos I y, sobretodo, Felipe II. Sí, tengo que reconocer que este rey era mi ídolo, lo admiraba e idolatraba. Claro, uno va creciendo, va leyendo, va profundizando y va estudiando (mucho antes de la aparición de internet), sobre este personaje y el mito se le cae. Cualquier idea es mutable según la miremos.
En fin, que parece ser que cualquiera es un ilustrado por pasarse horas en internet y no se trata de eso simplemente. La historia es una ciencia, y como tal, a los que nos gusta no podemos quedarnos con una sola visión. La historia es investigación, es contrastar datos y una vez analizados decidir cuál es el verdadero. Os sorprenderíais de las cosas que os han contado y no son ciertas. Hay veces que una palabra puede cambiar todo un concepto. De eso trata la historia.
Pero bueno, esto son cosas que pasan. Seguro que ha cualquiera le ha pasado. Y es que lo que ni la naturaleza ha dado, ni Salamanca ha regalado, lo ha concedido internet.
8 comentarios:
Totalmente de acuerdo con tu texto. Saludos.
Pues eso que has dicho que se entiende de politica y de futbol... pues yo ni la más minima idea de ninguna de las dos.
En quanto la historia, me gusta, pero desde la perspectiva de la incertidumbre. El no saber que paso realmente, hacer conjeturas de hechos que ocurrieron hace mucho tiempo, no me interesan tanto los recientes de una sociedad actual con la cual puedes compartir mentalidad i quedarte comodamente en un punto de vista.
Respecto a internet como fuente de conocimientos? Yo prefiero las revistas historicas... las tienes para siempre en una estanteria y son más bonitas (y seguro que más fiables).
Gracias, Luis. Un saludo.
*** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** ***
Coraline, me refería a algo que suele decir al ser temas muy habituales.
Si que es posible que de lo actual se pueda hablar con conocimiento de causa, pero también debemos conocer lo anterior.
Por otra parte, las revistas pueden ser fiables, pero no tomarlas como una única fuente de referencia.
Un saludo.
Creo que en todos los países la gente sabe de fútbol y política...al menos acá lo prueba el hecho de que somos diecisiete millones de entrenadores (todos armamos el equipo a nuestra pinta) y, aunque la política como actividad parezca desprestigiada, igual tiene interés en la población (sobre todo en tiempo de elecciones).
La Historia es viva pero no es oficial...quiero decir que, ahora, con las nuevas tecnologías y otros enfoques sociales, se pueden tener diversas lecturas sobre los mismos hechos; algo que, por cierto, era sabido en los análisis de historia bélica.
Si tomar fuentes de Internet, independiente de su fiabilidad, aumenta el debate serio sobre la Historia, adelante...pero hay que prepararse y tener bases para rebatir. Porque la Historia no es absorber conocimientos...sino que el por qué se absorben y cómo tomarlos.
Yo soy una persona anónima para muchos...ni siquiera tengo un título universitario y, para más de alguien, mis opiniones pueden ser inválidas. ¿Pero sabes qué? Hay algo que no me dan en ningún lado y es el ánimo de saber y de opinar...y para ello, tengo que estar bien fundamentado.
Durante años, en Chile se nos hizo creer desde las autoridades de la Dictadura con la complicidad de medios de prensa de que estábamos en una guerra, que seríamos una segunda Cuba y que los marxistas estaban muriendo como ratas por rencillas entre ellos. Al final, por declaraciones así han salido pillados ya sea por no respetar convenciones de guerra o descubrirse los burdos montajes. Lo que enerva es que hayan viejas fascistas, jubiladas y ociosas alcahuetes, que insistan en programas de radio en glorificar a las Fuerzas Armadas.
Saludos afectuosos, de corazón...y disculpa la extensión, pero el tema me ha enganchado sobremanera.
Luis Alejandro, nada que disculpar, faltaría más.
Estamos de acuerdo en lo esencial. En ocasiones cuando he discutido con alguien sobre un tema, medianamente serio, me han dicho: "Lo he leído en internet". Internet puede resultar beneficioso si ya sabes algo y quieres complementar. Pero si se es profano en algo, pongamos por ejemplo filosofía, y nos empapamos de eso por internet, no creo que podamos estar en posición de dictar sentencias como si tuviéramos la verdad absoluta.
Ese es mi caso. Yo no sé nada de filosofía, pero el hecho de empaparme de datos y datos, sin razonar no me convertiría en filósofo.
Creo que internet es un falso espejo de sabiduría.
Un saludo.
Las opiniones personales para que sean realmente válidas deben formularse basándose en hechos demostrados con datos verdaderos. Lo demás es pura especulación y charlatanería.
Besos, Marino.
Parsimonia, nada más que añadir.
Un besset.
totalmente de acuerdo.
Marino Baler, te sigo!
Publicar un comentario