martes, 19 de enero de 2010

No hay margaritas eternas


Estas navidades estuve tomándome un café con Plácido. Hacía ya tiempo que no nos veíamos, desde el verano más o menos, y lo llamé para salir un rato y contarnos nuestras cosas. Hay conversaciones que no por repetidas son aburridas, y nos gusta recordar tiempos pasados. Es en esos momentos cuando te das cuenta lo rápido que pasa el tiempo, al contar anécdotas del instituto o de la universidad, recordándolas como si fuera ayer, y la más cercana tendrá más de diez años.

Centrándonos en el presente, nos pusimos a hablar de cómo nos iban las cosas. Parece ser que Plácido estaba más animado que la última vez que nos vimos. Poco a poco estaba aprendiendo a olvidar lo que hubiera querido y no pudo ser. El tiempo todo lo cura, siempre es cuestión de aprender.

¿Sabes que vi a Lorena hace dos días? – Apunté dentro del ámbito de nuestra conversación.

Yo estuve con ella antes de Navidad, estuvimos hablando una noche que quedamos. – Me contestó.

Le pregunté por ti y me dijo que no sabía nada, que hacía tiempo que no os veíais. – Le dije yo.

Bueno, no sé. Tuvimos una conversación un tanto extraña, pero creo que era necesario. – Dijo él mientras daba un trago a su café.

Sí, no sé por qué pero intuí algo. Cuando le pregunté por ti parecía incómoda como si le molestase que lo hiciera. – Afirmé al hilo de su respuesta. – ¿Qué pasó?

No lo sé. No sé ni cómo hemos llegado a esto y la verdad que tampoco pretendo darle más vueltas al asunto. Yo estoy en paz conmigo mismo y con la conciencia tranquila. – Me dijo mirándome fijamente a los ojos. – El otro día, cuando me llamó para salir por la noche, estuvimos en el pub Estrella, sentados en una mesa. Estábamos hablando de cómo se presentaban las navidades y ese tipo de cosas. De repente, sin venir a cuento, me preguntó “¿Yo que soy para ti?”. La verdad que me quedé en blanco porque no entendía la pregunta, no sabía por dónde iba, así que, sin pensarlo, y de la forma más natural le dije que era una buena amiga. En ese momento su cara cambió y se tornó seria. Yo le pregunté que qué pasaba y ella me dijo que si solamente aspiraba a eso. Como comprenderás, la situación me resultaba incómoda. Creía intuir por donde iba pero no quería equivocarme, entonces le pregunté qué es lo que soy yo para ella. Ella me dijo que era alguien muy especial ¿Cómo de especial? Le pregunté. Con sentimientos por mi parte, me contestó. En ese momento me hubiera gustado desaparecer de allí, estar en otro sitio. Hay situaciones que no me gustan porque conozco las consecuencias que pueden traer. Yo miraba mi vaso, le daba vueltas entre las manos viendo como los cubitos se movían. Lorena, le dije por fin, creo que hay cosas que no pueden ser, yo no te veo así. Para mí eres una amiga con la que poder contar, hablar, salir, pero no va más allá, lo siento. Ella, parece ser, que se sentía ridícula. Estaba mostrándome sus sentimientos y, en cierto modo estaba siendo rechazada. No te preocupes, me dijo, la culpa es mía por no haber sabido diferenciar las cosas, por crearme ilusiones sin saber si serían correspondidas. Ahora sé lo que tengo que hacer. No, le dije yo, aquí no hay culpables ni inocentes, las cosas son como son y nadie puede mandar sobre ciertos aspectos. No me digas eso para consolarme, me contestó, es mía por creer que tú sentías lo mismo, por pensar que tú también sentías lo mismo. Por pensar que el hecho de hablar casi todos los días o vernos tan habitualmente significaba algo. Yo estaba callado escuchándola. Pero ahora ya sé lo que hacer, ahora ya sé a lo que atenerme ¿Qué quieres decir? Le pregunté. Que no lo haremos más. No nos llamaremos más ni nos veremos. No quiero que esto siga creciendo esperando algo que, posiblemente, no llegue nunca y ser doloroso para mí. No me gustaría seguir como hasta ahora y que un día me presentases a alguien como tu novia. Entiende mi postura, por favor. Sí, le dije yo, te entiendo. Es algo que me dolerá como a ti, pero no puedo obligarte a nada, tampoco quiero hacerlo, aunque me duela. Hay veces que vale la pena perder que más perder y lo último que quisiera es hacerte daño. Te lo agradezco, muchas gracias, me dijo ella.

Todo esto que te he contado no fue tan rápido. A grosso modo te lo he resumido para que tengas una idea, pero estuvimos la mayor parte del tiempo hablando de ello. La verdad que no era una situación cómoda, y cuando terminamos de hablar, estuvimos un ratito y ya nos fuimos. La acompañé a su casa y nos despedimos como si no hubiera ocurrido nada, aunque en el ambiente flotaba la incomodidad. Y desde entonces hasta ahora.

Yo estaba tratando de imaginarme la situación. No le interrumpí hasta que no terminó.

Vaya, no sé qué decirte. Realmente es una situación comprometida. Entiendo como os sentiríais ambos ¿No habéis vuelto a hablar desde entonces? – Le dije yo.

No. De lo ocurrido hace dos semanas y no hemos vuelto a hablar. Yo no he hecho nada por ponerme en contacto con ella. No quiero hacerlo porque sé lo que supone. Creo que es mejor así. Si estuviera en su lugar me gustaría que me respetasen. – Me contestó Plácido con convicción.

Yo quería averiguar más. No es que pretendiese hacer de celestina, ni mucho menos, pero puesto que ambos eran amigos, quería saber a qué atenerme en caso de coincidir, por casualidad, en alguna ocasión.

¿Tú no sientes nada por ella? – Pregunté intuyendo su respuesta.

Marino, – me dijo – lo que te he contado es lo que pasó. Nada ha cambiado. Para mí solo es una amiga, especial si quieres, pero amiga. No pretendo nada más. Hay cosas que están o no están y si no están es inútil forzarlas. Me conoces, y sabes todo lo que hemos hablado, por eso no quiero meterme en algo que sé que no puede salir bien. Es posible que lo que te vaya a decir te suene a prepotencia, pero yo no me conformo con cualquier cosa, y cuando digo esto no significa que ella lo sea, no, no es eso. Lo que quiero decir es que si estoy con alguien es porque realmente lo sienta, porque sienta por esa persona algo especial, no simplemente una amistad. Que esa persona me motive, me transmita, me haga vibrar. No me sirve estar por estar, o por miedo a la soledad. Eso quiero que sea algo que yo elija, regido por el corazón y si no, no me comprometo. Aunque pase el tiempo, prefiero la soledad elegida a la compañía forzada, porque hay cosas que no son como un yogurt que si no te lo comes en una fecha caduca y no sirve. No, esto no es así. Tampoco me sirve el compromiso por acostarme con alguien y que eso me ate. Prefiero no hacerlo. Deshojar una margarita está bien, pero cuando se tienen catorce años, y a nuestra edad, debemos tener las cosas más claras, si sabemos lo que queremos. Si no, pues cualquier mujer puede servir, si lo que se busca es alguien a tu lado, sin más, y una cama caliente, entonces me daría lo mismo. Pero eso es algo que no quiero, el precio a pagar es excesivo, un precio que no estoy dispuesto a pagar y una oportunidad que no estoy dispuesto a ofrecer por ver si algún día salta la chispa. No quiero que nadie se pase la vida deshojando una margarita por mí y que al final no sea lo esperado.

Lo entendía bien. Creo que Plácido era justo, con Lorena y con él mismo. Posiblemente podría haberle seguido el rollo por no dañarla, pero los resultados hubieran sido catastróficos. Se arriesgaba a perder una amistad para siempre.

Nada que decir. – Le contesté. – Me alegro que pienses así. Estoy seguro que ella no puede reprocharte nada que no sean unos sentimientos no correspondidos, pero como dices, tú no tienes la culpa de ello.

Sí, así es. – Me dijo. – O es blanco o negro, pero no existen los tonos grises. Si algo no está, no está por mucho que se quiera forzar. –

De acuerdo. Si la veo no le diré que hemos tenido esta conversación. Conociéndola, no creo que sea agradable para ella. – Le aseguré.

Te lo agradezco. Supongo que el tiempo acaba curándolo todo, aunque queden cicatrices ¿qué te voy a contar que tú no sepas? – Dijo sonriendo irónicamente.

Sí, todo pasa al final. Cambiemos de tema. – Le contesté dando por finalizada la conversación sobre ello.

Continuamos hablando de todo, poniendo verdes a los políticos, a la iglesia y a todo el que nos parecía. Estábamos con ganas de soltar adrenalina. Después de un par de horas más nos despedimos, hasta un par de días después, que quedaríamos de nuevo.

Durante el camino a mi casa yo iba pensando en todo lo que me había contado Placido. Estas cosas siempre acaban igual ¿Qué hacer? Tú lo sabes bien, conservar la distancia, renunciar a lo natural, y dejar que el agua corra. Me preguntaba, ¿es posible ser amigo de alguien, sabiendo que esa persona tiene ciertos sentimientos hacia la otra, y que no pueden ser correspondidos? ¿Cuál es el límite entre una amistad especial y el amor? Ya tenía más cosas en las que pensar.


19 comentarios:

Felipe Medina dijo...

Es una buena historia dónde Plácido actúa con caballerosidad y en conciencia y,sobre todo,no quiere engañar a nadie.


Saludos

tag dijo...

Deberian haber más "Placidos" en el mundo, y más sinceridad a la hora de afrontar las relaciones.

Yo soy partidaria de ir con la verdad por delante, siempre, y es preferible hacer llorar una vez que hacer llorar todos los dias de tu vida.

Si un amor no es correspondido, hay que ser lo sufiente consecuentes como para asumirlo y no provocar engaños.
Desde luego, es muy dificil mantener una amistad con alguien que te ha manifestado sus sentimientos y no se corresponden con los tuyos.
Y digo dificil por no decir imposible, pero....

Me ha sorprendido muchisimo esta entrada tuya, Marino.
Aunque no seas tu el protagonista de esa conversación, no es habitual en ti hablar de estos temas tan personales.
Y lo haces muy bien.

Un besito

Casteee dijo...

La actitud de Plácido ha sido la correcta, porque yo pienso igual. Prefiero estar sola que alguien esté conmigo por pena o por estar, sino no hay amor... ya es complicado una relación de pareja habiendo amor que sino lo hay por alguna de las parte puede perjudicar esa "amistad".

Yo estuve una vez en el papel de Lorena y preferí callar porque preferia tenerlo como amigo que perderlo, aunque mi amigo sabía de mis sentimientos porque aunque yo personalmente no le dije nada era una cosa que se sabía. El en todo momento para nada cambió su actitud hacia a mi. Cosa que se lo agradecí.
No veo bien que se distancie, igualmente ahora está todo muy resiente pero el tiene que seguir comportandose igual con ella, al principio ella le dolerá pero con el tiempo ese dolor va desapareciendo para volver a la amistad limpia y transparente.

Y que piensas tu de todo esto?, porque no has dado tu opinión...

Besos

Marino Baler dijo...

Felipe; Sí, Plácido ante todo no quiere dañarla, no es esa su intención.

Un saludo.

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Tag; No es la primera vez que he hablado de Plácido. Es un amigo al que conozco desde siempre y lo hago con su permiso. Le tengo la suficiente confianza como para no saber que le puede molestar, de hecho le pregunté si le importaba y me dijo que no y tengo un apartado dedicado para él. Supongo que son cosas que nos pueden pasar a todos y lo tomé como ejemplo.

Un besset.


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Casteee; Creo que el alejarse o no depende de cada uno. En este caso es algo pactado porque parece ser lo mejor. Hace años me ocurrió algo parecido... pero eso es otra historia.
Mi opinión es que si no se siente el amor, por muchas razones, puede ser algo difícil de llevar. Posiblemente Plácido no está en el mejor momento para ello, quién sabe. Su última relación está reciente, relativamente, y no querrá dañar a otra persona. Yo no creo que un clavo saque a otro clavo. Si fuera yo no tendría inconveniente de mantener el contacto con la otra persona, pero si eso le va a dañar es mejor la decisión tomada.

Bessets.

Anónimo dijo...

La teoría siempre es muy bonita, la práctica es la realmente complicada.

Ojalá muchos fueran como tu amigo. Ojalá todos fueran así.

Buena entrada.
Un saludo!
Aileon

Mnemósine dijo...

Ser honesto con uno mismo, no mucha gente lo consigue. Mas que nada xq hay mucha gente que no tiene claro que quiere o quien es. Ha demostrado que quiere a su amiga, xq ha sido honesto con ella. Ella con el tiempo se lo agradecerá

ALIAS dijo...

Es honorable la actuación de Placido y es de agradecer, porque siempre pudo haberse aprovechado la situación, pero en ningún momento nos has contado la versión de Lorena para ella tomar esa decisión. ¿No?.
No se debe formar un juicio sin escuchar las dos partes. Aquí solo nos has mostrado una de ellas, te invito a que nos expongas la versión de ella y así sabremos si fue así o hay afluyentes que desembocaran a ese torrente de sinceridad.

Estimado Marino todo tiene su porque y no pasa por casualidad.

Un saludo.
Alias

Marino Baler dijo...

Aileon; Me alegra saber que no te has ido del todo, siempre es un placer leer tus comentarios.

Bessets.

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Mnemósine; Hay muchas formas de querer, eso es lo importante y lo que deduzco de tu comentario.

Un besset.


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Alias; Bienvenido/a. La conversación la tuve con Plácido. A Lorena ya no la vi el resto de las navidades. No sé como están las cosas ni si han vuelto a hablar. De todas formas espero que nunca pierdan la amistad.

Un saludo.

Ciberculturalia dijo...

Sí, es un historia estupenda y sobretodo muy común, muy frecuente. Me gusta la reacción de Plácido. Es firme y defensor de su vida, de su libertad. No engaña.
Un beso

Marta dijo...

Me alegra tanto volver a saber de Plácido ... Por un lado, las cosas que le pasan y por otro la buena manera que tu tienes de expresarlas, hace que en muchos momentos me sienta identificada con él.

No lo dejes de la mano eh!!!
Un beso para ti y otro para él.

PEGASA dijo...

Uyyyy!!!!. Marino, Marino. Nosotros que conocemos y que presentamos a esta parejita desde luego ha quedado constatado que para casamenteros no servimos. jajaja.Con que ésta y no más.

Lo primero que deberías haber echo, como anteriormente han comentado es hablar con ella y escuchar su versión y constatarla.

Evidentemente solo estás contando la versión que nuestro amigo Placido te contó. Porque Placido que aquí se pone como un perfecto santo, no lo es tanto y sí que le dió motivos suficientes para que pensara que podrían tener un futuro juntos.

Yo, al contrario que tú, no diré nada de lo que Placido le decía a Lorena. No soy quién, eso es asunto de dos y si tienen que contarlo, ya son ellos quién deben tomar esa decisión. Porque me jugaría mi mano derecha que si ella hablara me parece que Placido no iba a quedar tan bien parado.

Claro eso tú no lo sabes porque solo él te contó lo que consideró.
Yo sé que Lorena, (a la que no le has pedido permiso para publicar este post y que sabes que te hubiera pedido que no lo hicieras.)

Cosa que me ha sorprendido de ti y que ciertamente no esperaba. Pero eres un buen amigo y por supuesto no le diré nada a Lorena. Y no iré yo añadiendo más leña al fuego porque sabiendo los dos el genio que gasta la niña y lo que le gusta hablar claro y alto jaja. Bufff!!! Iba a subir el pan y todos ibamos a pillar una parte. Y ni que decir tiene que ella sigue considerando a Plácido un buen amigo y agradece que aprovechando lo inocentona que es, él tratara de sacar tajada y luego dejarla tirada y eso ella no lo olvida como que si en algo puede ayudarlo, lo hará. Como ella dice, siempre pudo haber sido peor.

A parte de todo ésto, lo has narrado muy bien y tú solo has contando lo que te han dicho, que no tiene porque ser totalmente cierto y tampoco tienes culpa.

Un beso campeón jaja. Aunque mi menda lerenda ya no se meterá más a casamentera. Como sabes que te estimo he querido aclarte un poco, para que te des cuenta que todo es según el cristal con el que se mire.

Marino Baler dijo...

Ciberculturalia; Es cieeto, es algo frecuente, tanto en un sentido como en otro.

Un besset.

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Marta; Me alegra volverte a leer. Supogo que es una persona con la que cualquiera se podría identificar. Como si conociésemos personalmente.

Un besset.


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Pegasa; Es que eso de hacer de Celestinos... Plácido no me dijo que le hubiera prometido amor eterno, conversaciones siempre entendibles entre personas que se suponen adultas.
De todas formas tampoco sé hasta que punto tengo que pedir permiso a nadie si es una conversación que yo he tenido, pero bueno.
Tampoco me dijo él que intentara "sacar tajada" ni nada parecido, o si tuvo oportunidades de hacerlo.
El sentimiento es mutuo Pegasa. yo a ti también te aprecio, aunque a veces me saques de quicio, ea.

Bessets.

Anónimo dijo...

Hola Marino;

La verdad que es una situación rara, pero no se puede ser amigo de una persona que realmente sientes, es imposible ya que te dejas llevar por los sentimientos y al final....lo fastidias porque sufres mucho. Yo he sufrido esa situación y he preferido dejarlo a mantenerlo como amigo, eso no quiere decir que no hay parte del día que me acuerde de esa persona.

La vida es una montaña rusa, pero...hay que vivirla.

Un saludo

MAYTE dijo...

Me quito el sombrero ante plácido, ha sido muy honesto por su parte, no ha engañado.
El tiempo todo lo cura, aunque cada caso sea distinto.

Besos.

Anónimo dijo...

Que historia más bonita.....si señor....pero deja de hablar en 3ºpersona...que esa persona "presuntamente"serás tú.

Marino Baler dijo...

Anónimo: Hay cosas que no se olvidan, pero la vida sigue.

Un saludo.

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Mayte; Sí, al final el tiempo suaviza las cosas, esperemos que para bien.

Un besset.


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Anónimo; Soy Plácido, Marino y Lorena, como la Santísima Trinidad. Me gusta tu perspicacia :).

Un saludo.

Escondida dijo...

El hace bien, es mejor que ella en solitario y con el pasar del tiempo sane lo que deba sanar y empiece nuevamente a caminar como antes.
Lo bueno, es que aprenderá y seguirá sonriendo. =)

Me gustan tus letras...Creo que seguiré pasando.

Besos...A escondidas.

VIRGINIA dijo...

Estoy conforme con tu opinión Pegasa, y es que opino que bastante complicadas son ya las cosas para encima dedicarse a ser casamentero... ufff.

Bastante complicada es ya la vida y el corazón como para que te la enreden más, además en la vida nacen historias mejores ó peores sin más... no se deben forzar.

El comportamiento de Plácido es correcto, ya que la sinceridad y valentía ante las situaciones adversas es uno de los valores más preciados para mí en una persona, y aunque la verdad duela es mejor una verdad a tiempo que una mentira
dolorosa.
El artículo es perfecto. Un beso.

VIRGINIA dijo...

Pegasa esto contigo en que mejor no dedicarse a ser casamentero, ya que bastante complicado es ya decidir por uno mismo, como para que decidan por tí quien te conviene o quien no...
Las situaciones en la vida y las historias aparecen sin más...

Con respecto a la actitud de Plácido creo que es la correcta ya que es mejor una verdad a tiempo que una mentira dolorosa que pueda dañar la amistad, además pienso que la sinceridad y valentía son dos valores muy importantes en una persona.

Me gustó la entrada. Un beso.