sábado, 29 de septiembre de 2012

Tren sin retorno



Después de lo que me has contado, ¿qué quieres que te diga Plácido? Permíteme que sea breve y que no profundice demasiado. Quizá mi opinión no te gustaría y sé que tampoco permitirías que arremetiese vulgarmente. Hasta en estos momentos eres noble.
Es fácil llorar y quejarse de que la gente es mala, que van a hacer daño, ¿verdad que sí amigo Plácido? En un momento hay que pararse a pensar, ¿qué haces por cambiar esa situación? ¿Qué haces cuando tienes la oportunidad de cambiar cuando alguien te ofrece un hombro sobre el que llorar, unos brazos para que te abracen y un oído para que te escuche? Hay quien la deja perder sin inmutarse.
Hay personas que pasan por nuestra vida como los trenes que pasan por delante de nuestros ojos en una estación. Sin embargo, hay otras que no es así. Hay trenes que no se pueden dejar perder. Hay que saber lo que se coge y lo que se deja; aunque esto nunca se aprende. Siempre he sido de la opinión que a ciertas personas hay que saberlas conservar, valorar, por lo que te han dado y te han aportado, cuando lo fácil hubiera sido dejarte a la deriva. Hay personas, créeme, que eso no lo saben valorar y cuando ya no les sirves te apartan de su lado, por mucho que les hayas dado. No importa que hayas estado ahí, a su lado, para lo que fuera. Hoy en día cualquiera usa la palabra amigo. Lo otro, no es fácil encontrarlo y una vez se ha hecho simplemente hay que cuidarlo. Las cosas hay que merecerlas y no quererlas.
No te preocupes Plácido, tú ya has hecho lo que debías. Supongo que el precio pagado por perderte merecerá la pena y el precio por el que alguien se vende lo mismo. Tú lo sabes. Quien te conoce y a quién hayas tenido a tu lado también. Saber que alguien te llevará un paraguas un día de lluvia, una Tizona sin esperarlo, el almuerzo cuando te lo hayas dejado o simplemente una tarta de chucherías sólo por verte sonreír después de un mal día es algo que, yo creo, no se puede dejar perder por piropos, cancioncitas o promesas de comprar una casita que tendrá vaquitas. En definitiva, Plácido, alguien a tu lado incondicionalmente para lo bueno y para lo malo sin importar circunstancias. Al menos así pienso; prefiero la certeza del presente, de lo que tengo y sé que me aporta a… algo que solamente queda en la imaginación.
Después de contarme tu historia, ¿qué quieres que te diga? Quizá porque soy más frío que todo eso. Quizá porque necesito mucho más que un simple adorno de oído para decir un “te quiero”, para pensar en formar una familia después de leer un poema adulador, para pensar que quiero compartir el resto de mi vida con alguien que solamente sabe adornarme la realidad. La vida es algo más que todo eso. Lo sé, aunque en alguna flaca imaginación se diga lo contrario yo sé que quien estuvo a su lado en el peor momento de su vida: fuiste tú y nadie más. Por mucho que haya cien motivos salidos del delirio y pensamientos que se piensen; aunque supongo que cada vez habrá cien motivos diferentes (o los mismos) y pensamientos que se que piensen (o los mismos) para el momento, da igual para quien sean. Sí, ya me callo. No diré más. Como dijo alguien “no quisiera que mis hijos se avergonzasen de mí”.
La vida son elecciones. Elegimos a quién queremos a nuestro lado y a quién no. Cada cual sabrá los motivos y pondrá en una balanza lo que más le convenga. La vida no es justa ni injusta; tenemos lo que nos merecemos.
Para bien o para mal siempre has acertado. Lo que piensas tú te lo guardas. Cada cual tiene lo que se merece por ser como es y eso no lo podrá cambiar por mucho que lo intente. También es cierto que en la vida hay oportunidades que pasan una vez, pasan dos… pero no pasan tres. Ya somos mayorcitos para saber lo que nos conviene; aunque hay lecciones que nunca se aprenden, me entiendes, ¿verdad? 

3 comentarios:

Virginia dijo...

Cuídate a tí. El tren debe partir hacia otro rumbo...TU futuro.
Mi padre me decía... "No sé como ayudare si no te ayudas tú un poco más".
Muéstra al niño que eres.
Las decisiones justas prometen.
En especial tu luz brilla.
Sé justo contigo. Creo en tí.
El presente esta en tus manos.
Lo demás ya lo sabes muchacho valiente.
Haz gala de tu humildad.
Un beso y abrazo eterno.

MAYTE dijo...

No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos y si no hay retorno creo que tiene que doler más.

Un beso.

Anónimo dijo...

Hola Marino, hola Plácido!

Me gustan mucho los comentarios de ánimo que te han dejado a modo de betadine así que yo voy a tirar por otro lado...

El derecho que todos tenemos a dar o no dar en cualquier momento... "A veces esperamos demasiado de las personas solo porque nosotros estaríamos dispuestos a hacer mucho más por ellos".

De todos modos, creo que fue Bucay quién contó que...

Hace muuuucho tiempo una princesa en edad de casar le dijo a su padre que se prometería al joven que lograse permanecer durante todo un año junto a la muralla del palacio.

A la convocatoria se presentaron todos los jóvenes del lugar, sin embargo, con los primeros fríos muchos de ellos empezaron a marcharse.

Pronto empezaron a faltar víveres y otros jóvenes abandonaban por la dureza de las circunstancias... Al final, solo quedaba un joven resistiendo todo con tal de conseguir el amor de la princesa.

En varias ocasiones, la princesa se disfrazó para ver al joven e incluso le llevó mantas para protegerse del frío y algunos alimentos.

Sin saber cómo, el joven se enteró de que la princesa había estado junto a él, que fue ella quien le llevó las mantas y los alimentos.

Cuando solo faltaba una noche para cumplir el año, el joven se dio la vuelta y se marchó a su casa.

Al verlo entrar por la puerta su madre sorprendida le dijo:

.- ¿Qué pasó hijo? Solo te quedaba una noche, ¿tan cansado estabas para no poder aguantar una sola noche más? Con lo que tú querías a la princesa...

.- Sí mamá, pero me enteré de que ella estuvo allí. Me vio sufrir, pasar hambre y frío y no hizo nada para evitarme si quiera una noche de sufrimiento. Quién pudiendo no hace nada para evitar mi sufrimiento, en verdad no merece mi amor, ¿no crees mamá?

¿Cuántas veces al alcanzar algunos objetivos nos hemos decepcionado pues no merecían el esfuerzo destinado a conseguirlos?

"Que las cosas no sucedan como esperamos, en ocasiones, es un golpe de suerte".

Luna.

P.D. Siento la extensión...