martes, 17 de diciembre de 2013

Cosas de la democracia



Me repugna una palabra, la palabra ‘democracia’ cuando es nombrada por los políticos. No hace falta decirlo en un tono más alto ni más alterado. Una palabra ultrajada y continuamente prostituida, todo ello para hacernos creer que sus actos están justificados por el bien común.
La democracia, tal y como su nombre indica, significa ‘poder del pueblo’ y es aquí, precisamente, donde se desvirtúa y se malinterpreta. Podríamos decir que ya nace errada desde el momento en que se pretende aplicar. Cuando se dice “poder del pueblo”, ¿a qué pueblo nos referimos? Evidentemente a cualquier persona física que forme parte de ese conjunto. Ahora bien, ¿es eso lo deseable? ¿Es provechoso y beneficioso que cualquiera pueda optar al poder?
Si dicen que los gobernantes son el reflejo del pueblo es que hay algo que va mal, muy mal en esta sociedad. En nuestra sociedad, nuestros políticos son mediocres y en muchas ocasiones faltos de un currículum académico y profesional que les capacite para el cargo que ejercen. Pero… esa es la democracia que tenemos. Quizá a nivel local se ve mucho más claro que a nivel provincial. En muchas ocasiones, tenemos en nuestros pueblos y ciudades alcaldes y concejales que no saben escribir, no saben hablar, no han pasado de la EGB o del BUP… pero que ocupan un cargo público con responsabilidad por el simple hecho de haber tenido la magnífica idea de un día afiliarse a un partido político y hacer la pelota al cabeza de lista para que lo incluya en las próximas elecciones. Duro o no esa es la realidad política que tenemos.
Primero fue Platón y luego Ortega y Gasset quienes plantearon un ‘Gobierno de aristócratas’, pero no aristócratas con el concepto que podamos tener, ellos abogaban por un gobierno de ‘aristoi’, es decir, los mejores. Los mejores en cada cargo que fueran elegidos para las tareas de gobierno. Estar gobernados por gente preparada y capaz que sepa tomar decisiones… y eso, también es democracia. Por ello, habría que regular los mecanismos de control democrático y las vías de participación ciudadana en los entresijos del poder, o sea, un gobierno de tecnócratas (gente especialista en materias que van a legislar) que nos e perpetúe en el poder y que democráticamente podamos elegir a otros.

Una vez, al plantearle esto a una persona me preguntó – entonces, si yo no tengo estudios, ¿no podría dedicarme a la política?
Mi respuesta fue rotunda – no.
Y volvió a insistirme – ¿Y qué tipo de democracia es esa? ¿Qué tipo de sistema es ese que no deja que cualquiera pueda acceder a gobernar?
Yo le contesté – Imaginemos que yo no he terminado la EGB porque no me ha gustado estudiar, pero me afilio a un partido político y después de unas elecciones en las que mi partido gana me asignan el cargo de director de hospital. Ahora imaginemos que he terminado la carrera de Medicina, me he afiliado a un partido político y después de unas elecciones en las que mi partido gana me asignan el cargo de director de hospital. ¿Cuál de los dos casos preferirías?
El segundo, evidentemente – me contestó sin dudar –
¿Por qué – le pregunté – si ambos han sido elegidos democráticamente?
Sí, pero no es lo mismo. El segundo está más preparado – me respondió.
Veo, que lo has entendido, creo que no hacen falta más explicaciones – concluí.

Lo que quiero decir es que no todo vale en democracia y no cualquiera vale en democracia para gobernar. Mientras estemos gobernados por iletrados con un expediente académico que avergonzaría a cualquiera no podremos hacer nada. En mi pueblo hay varios concejales de esos; verdaderos indigentes culturales que los oyes hablar y te avergüenzas de ellos… pero es lo que tiene esta democracia; cualquier inútil (es decir, no útil para un cargo) puede ocuparlo; a cualquiera le llaman hoy en día ‘don’. Mientras algunos nos lo hemos tenido que ganar por el esfuerzo de los años y tenemos una certificación que lo acredita otros se lo han ganado por pagar una cuota a un partido. Cosas de la democracia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Platón criticaba la democracia y algún motivo tendría.Pero de todas formas la democracia es la mejor forma de gobierno si se hace bien “para mí”. Estoy de acuerdo contigo y ese es el motivo de que muchos cargos públicos necesitan tantos asesores por su ignorancia,del cargo que ocupan.

Marino Baler dijo...

Exacto. Ese es uno de los males de este sistema. Los inútiles necesitan rodearse de asesores para hacer el trabajo que ellos no saben, por lo tanto, estamos pagando al político y al asesor, mientras que de una forma eficiente solamente pagaríamos al que de verdad hace el trabajo. Y no hay que verlo en matería económica, también en eficacia y bienestar para el resto de la gente.
En mi pueblo hay concejales sin ningún tipo de preparación académica o profesional pero ahí los tienes en concejalías importantes. Alguno ha pasado de vender en un puesto del mercado ropa interior a ser concejal y asesor de la diputación, ¿alquien me lo puede explicar? Y algunos más de lo mismo... sin unos mínimos estudios y con dos o tres concejalías, ¿alguien me lo explica? Y hablamos de un pueblo de 45.000 habitantes con un presupuesto de más de 30 millones de euros, no de una aldea pequeña.

Anónimo dijo...

Tengo un amigo en Izquierda Unida que estaba en las listas para el ayuntamiento de un pueblo cercano a Valencia”no salió elegido”. Trabajó conmigo unos años y su categoría era de peón con estudios básicos. En el trabajo no demostró nada y si hubiera llegado a concejal desde luego no hubiera estado preparado “Simplemente estaba en una lista”. Muy buena persona pero…nuca tuvo que entrar en una lista para ocupar un cargo municipal. Este es el gran problema de nuestro sistema. Feliz Navidad

Marino Baler dijo...

Sí, eso es. Hace falta más que voluntad para ciertas cosas. Feliz Navidad.