sábado, 21 de diciembre de 2013

El PP sí que cumple



Ahora nadie podrá decir que el Partido Popular no cumple con lo prometido. A fe que es cierto, con la Ley del Aborto que ha aprobado el Gobierno de Mariano Rajoy se materializa, aunque sea difícil de creer, una de las promesas electorales del PP.
Sólo se podrá interrumpir el embarazo en dos supuestos: violación, hasta las 12 semanas, y grave peligro para la salud física o psíquica de la madre, hasta las 22 semanas y siempre y cuando lo acrediten dos especialistas ajenos a la clínica en la que se practique el aborto. Por lo tanto, no se permitirá, como ocurre ahora, en caso grave de malformación del feto, a excepción de que esa malformación sea incompatible con la vida y, al mismo tiempo, un grave riesgo para la salud psíquica de la madre (sí, un poco retorcido).
El derecho a abortar se puede considerar como una de las grandes conquistas de las mujeres, si las tratamos a estas como colectivo. Es decir, el papel de la mujer, en tiempos pasados, siempre ha estado subyugado a decisiones masculinas y esta opción de interrumpir el embarazo ha sido un gran avance en la ruptura de sus cadenas. Repito, hablo de derecho, no de obligación. Que exista una Ley del Aborto no obliga a las mujeres; simplemente les da la opción de decidir. Con esta nueva ley, bajo mi punto de vista totalmente misógina, que ha aprobado el PP, eso no ocurre.
Personalmente creo que hay muchas razones para que una mujer decida abortar y tras todas esas razones lo que hay latente es una planificación de su futuro. Podremos estar de acuerdo o no con esas razones, pero son suyas y, por tanto, su decisión.
La posición política y moral de la derecha es bastante caprichosa. Su mensaje ‘pro-vida’ es contradictorio con su práctica ‘pro-muerte’ en un país donde casi una cuarta parte (el 21’6 % de la población) se encuentra por debajo del umbral de la pobreza. Por ejemplo, un Gobierno que aprueba el ‘medicamentazo’, ¿qué defensa hace de la vida? Ninguna, simplemente elige quien tiene más posibilidades de vivir y quien no, en este caso aquellos que puedan pagarlo.
Pero lo más contradictorio de todo es que obliguen a las mujeres a tener descendencia en caso de malformaciones físicas o psíquicas y, al mismo tiempo, estén recortando en Sanidad y, lo que es más execrable, retirando las ayudas de la Ley de la Dependencia al mismo tiempo que obligan a parir futuros dependientes.
El aborto es un derecho y eso es, precisamente, lo que la Iglesia tradicional y esta derecha retrógrada no han podido soportar.
Sin duda alguna es un paso atrás. Las mujeres que tengan recursos económicos podrán abortar con total libertad en el extranjero, tal y como ocurría en los tiempos del franquismo. Las mujeres que no puedan costeárselo se tendrán que ver obligadas a interrumpir su embarazo en la clandestinidad, con todos los riesgos que ello pueda suponer.
Así pues, el Gobierno adquiere el derecho de obligar a dar a luz a todas aquellas mujeres que no cumplan los supuestos autorizados, aunque no compartan esa opinión.
Acabo igual que empiezo. La derecha está cumpliendo con su ideario político. Empezaron con la Ley de Seguridad Ciudadana, que cercena la libertad de expresión e información. Ahora le ha tocado a la Ley del Aborto, que prácticamente elimina el derecho de la mujer a decidir. ¿Qué vendrá luego? ¿La persecución de la homosexualidad? Aquí que vayan con cuidado, porque incluso ‘sus propios armarios están llenos’. Para adivinar el siguiente paso habrá que hacer retrospectiva histórica de lo que ha sido tradicionalmente la derecha en este país.
Espero que no se cumpla el poema de Niemöller y cuando vengan a por mí… no sea tarde.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para empezar, este tema es muy complicado y nunca los que estamos en contra o a favor nos pondremos de acuerdo.
Se dice que la mujer es la única que tiene derecho a decidir sobre su cuerpo: ¿Tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo? Sí, pero hasta cierto punto. Porque el sentido común y la ciencia moderna reconocen que en un embarazo hay dos vidas y dos cuerpos. Y obviamente una de esas vidas no puede eliminar a otra por que le moleste.
¿Hay que eliminar a los bebés con deficiencias porque él sufrirá mucho y le ocasionará sufrimientos y gastos a los padres? Esto se conoce como "aborto eugenésico" se basa en el falso postulado de que "los guapos y sanos" son quienes deben establecer el criterio de valor de cuándo una vida vale o no” lo mismo que hacían los nazis”.
Por otro lado, científicamente, las pruebas prenatales no tienen seguridad del 100% para determinar malformaciones o defectos. Por ejemplo, en el caso de la rubeola, revisando 15 estudios de importancia, se encontró que sólo el 16.5% de los "no natos" tendrían defectos. Quiere decir que el aborto por causa de la rubeola matará a 5 criaturas perfectamente sanas por cada bebé afectado.
¿Quién puede afirmar que los minusválidos no desean vivir? Una de las manifestaciones contra el aborto más impresionantes en el estado norteamericano de California fue la realizada por un numeroso grupo de minusválidos reunidos bajo un gran cartel: "Gracias mamá porque no me abortaste".
Yo bajo mi criterio, como ser humano y no por creencias religiosas; creo que un "no nato" es un ser humano y por lo tanto debe ser protegido y darle el derecho a la vida, un derecho que muchas veces las madres les niegan.
Y para finalizar,hay más opciones que el aborto y es la adopción; porque un aborto aparte de acabar con una vida,también causa un gran problema de salud física y mental a la mujer.
Saludos

Marino Baler dijo...

¿Permitirías que tu hijo naciera sabiendo que va a tener maldeformaciones si pudieras evitarlo?
El aborto en una pareja, evidentemente, debe ser consensuado, pero en solitario una mujer tiene que poder elegir si quiere tenerlo o no; existe lo que se llama errores y aunque, evidentemente, hay medios para evitarlos, no creo en eso de "si has sido valiente para hacerlo, sé valiente para mantenerlo".
Yo, personalmente, si mi hijo fuera a nacer con malformaciones que le impidieran llevar una vida normal, con todo el dolor en el corazón preferiría que mi mujer abortara.