sábado, 7 de abril de 2018

Un rincón de Jerez de la Frontera


Durante mi estancia hace unos días por tierras gaditanas, quise quitarme una espinita que tenía clavada visitando la tumba de Miguel Primo de Rivera. Un personaje importante de la historia de este país (que es por lo que me interesa) a la par que olvidado. No se trata en esta entrada de explicar quién fue… siempre hay que dejar una ventana por donde entre la curiosidad al que le pueda interesar.

Iglesia de La Merced

El finado está enterrado en Jerez de la Frontera, su tierra natal, concretamente en la Iglesia de la Merced. Al ser Semana Santa supuse que estaría abierta, por lo que me dirigí una mañana hacia allí. Cuando llegué, sorprendentemente, estaba cerrada. Ya que me había desplazado, para no volver frustrado, me puse a caminar por la calle de La Merced que enlaza con la plaza Santiago y… esto fue lo que pasó.
La calzada está empedrada, un empedrado bien cuidado y limpio, apenas perceptible para los vehículos que circulaban. Las aceras seguían una perfecta uniformidad, nada habitual, que permite un cómodo caminar; probablemente, lo más reprochable y que rompe el trayecto del viandante son unos setos que no tienen sentido, están colocados ahí por poner algo o porque alguien creía que tenían una función que no se adivina cuál puede ser.
Las fachadas de las casas sorprenden por su acabado y los relieves que sobresalen de ella dando una sensación de ostentación que hace reminiscencia a un pasado más esplendoroso y de lo que la cerrajería es un fiel notario.
Pero la mayor sorpresa fue cuando llegando a la plaza de Santiago me encontré con la iglesia del mismo nombre. Cuando alguien va caminando por un sitio desconocido tiene que estar preparado para encontrarse con cualquier cosa, pero confieso que yo no lo estaba. Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que hacía años que no veía un edificio religioso tan atrayente. Un magnífico templo gótico que rompe con toda la armonía del lugar, pero, sin embargo, se funde con el entorno de una manera natural, nada impostada. Uno no espera encontrarse con arbotantes, pináculos, arquivoltas, bóveda de crucería y nervadura ojival… Eso es lo magnífico: la sorpresa, lo inesperado… una arquitectura perfecta. Se produce una amable transición entre la calle y la plaza, un espacio que sigue con la misma continuidad pavimentada. Me senté en la terraza de una taberna con ambiente flamenco que hay en la plaza para tomar, mientras miraba el entorno, un cortado con hielo bebido de manera lenta.

Lateral de la iglesia de Santiago

No recuerdo el tiempo que estuve allí… simplemente miraba y observaba, fue en esos instantes cuando lamenté no llevar un cuaderno para dibujar lo que estaba viendo. Esa misma tarde había quedado con una amiga y todavía tenía que comer, por lo que no tuve más remedio que ir pensando en dirigirme al coche e irme.

Detalle plaza de Santiago

Es evidente que una pequeña parte de una ciudad no es representativa, pero sí que puede ser un indicio. Tengo la sensación de que Jerez es una ciudad decadente o en decadencia que mantiene intacto su orgullo de cuando fue grande, tierra de grandes terratenientes que hicieron de la ciudad uno de los mayores centros económicos de Andalucía. Cabría apuntar que es más grande en población que la capital de la provincia, Cádiz; junto a Vigo respecto a Pontevedra, son las únicas ciudades que sin ser capital de la provincia están más pobladas que la propia capital.
Había estado en otras ocasiones en Jerez, pero, por el motivo que fuese, no había visto la ciudad con los ojos que la veía ahora; si tuviera que vivir permanente en una ciudad andaluza creo que sería esta. Aquí no he tratado de explicar nada (el mismo caso que con Miguel Primo de Rivera), simplemente quiero transmitir percepciones apoyadas con mi formación; es probable que eso sea una ventaja respecto a otros visitantes en las mismas condiciones; lo importante no es ver, es saber lo que se está viendo. Cualquiera puede encontrar información sobre la iglesia de Santiago o la plaza del mismo nombre buscando por internet. Yo soy un desconocedor de la historia del lugar del que estoy contando, sólo quiero plasmar parte de las sensaciones de lo que ve alguien que va por primera vez a un lugar desconocido, estoy convencido que sobre Jerez se han escrito cientos de libros repletos de información y, lógicamente, yo no soy el más indicado para explicar nada sobre este sitio.
Debido al karma del que ya he hablado, en pocas semanas tengo que volver a Cádiz… y volveré… volveré a Jerez para perderme y descubrir nuevos lugares. 

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