sábado, 12 de enero de 2019

El faro


Una vez escuche escuché decir que ‘un niño sin abuelo, es un niño sin historia’.
No lo sé, porque yo tuve esa figura. Pero quizá mi historia hubiera sido distinta. Hubiera podido ser, entre otras muchas cosas, sobre todo sin república, sin Antonio Machado y sin Quijote. Algunas veces he pensado en todas las conversaciones que nos han quedado pendientes.
Es probable que gran parte de lo que soy, siento o pienso fuese gracias a mi abuelo materno. Siempre me decía que quería que estudiase, lo que la gente de su generación decía ‘ser alguien en la vida’. No le dio tiempo a verlo. Quizá, por eso, cuando aprobé el Proyecto Final de Carrera (PFC) y me dieron el certificado como que ya era licenciado, antes de ir a casa y enseñarlo a mis padres fui al cementerio, me puse delante de él y le dije: “Mira. Lo he conseguido. Aquí está lo que tú querías”. Creo que fue la única vez que le hablé como si estuviera vivo, como si realmente pudiera escucharme.
Mañana, 13 de enero, hará 25 años que falleció. Recuerdo ese día como si fuera ahora mismo, pero no me apetece escribir sobre aquello; es algo demasiado personal, estas palabras ya son lo suficientemente emotivas y, a pesar de los años pasados, sigo emocionándome.
Sí, mi faro era él. En cierta forma, siento que me sigue alumbrando.




2 comentarios:

Leo dijo...

Pues empiezo a escribir y borro lo escrito.

Haber tenido la suerte de tener esa complicidad es un tesoro. Tu abuelo creía fielmente en ti como tú debes creer en su legado.

Puedo sentir en mi piel la historia con mi padre, así que, no perdamos la suerte de haberla disfrutado y vayamos a por ella con coraje.

Felicidades a tu abuelo, y a ti por escucharle en cada decisión importante.
Estaría orgulloso de su nieto.

Benja dijo...

Tuviste la gran suerte de conocer a tu abuelo y que influyera para bien, demuestra la importancia en nuestras vidas de los abuelos. El último de mis abuelos murió cuando yo era muy pequeño y no lo recuerdo, lo que se es lo que me ha contado mi familia.
En cuento hablar con tu abuelo una vez fallecido…es muy normal y la mayoría de la gente lo hace. Una vez le pregunte a un rector, si ir al cementerio y ponerte hablar con ese ser querido que ya no está entre nosotros era de estar loco. Me dijo que para nada, que era una forma de mantenerlos vivos en nuestro corazón y no olvidarnos de ellos. Un saludo