sábado, 13 de julio de 2019

Angélica


Es una sensación extraña encontrarte con alguien después de casi nueve años. En situaciones así, uno puede suponer lo que decir, lo curioso es que queda todo en suposición.
El pasado jueves me reencontré con Angélica, después de muchos años. Por las vueltas que da la vida ella está trabajando en Albacete y aprovechando la estancia en mi pueblo me acerqué a visitarla.
Creo que pocas veces he dicho esto, pero ella está mejor con los años. Parece como si hubiera estado metida en una cápsula en la que el tiempo corre de otra manera diferente para el resto de los mortales.
Sí que la noté distinta en la forma de expresarse, como si estuviese a la defensiva (imagino que podrá tener motivos para ello), pero a lo largo de la tarde, casi al final, volvió a ser la mujer que yo recordaba.
Una tarde no es nada, temporalmente hablando, y más si es con alguien que es de un lugar de La Mancha… aunque se negó a hablar del Quijote… imagino que sería para que no me quedase a cenar.
Tengo la sensación que quedaron muchas cosas por hablar, quizá porque no se dio la ocasión o porque después de tantos años no era momento de ello. No obstante, me quedo con una cosa que me dijo, que muchas cosas que le han sucedido en estos años, de forma directa o indirecta, han sido como consecuencia de la relación que tuvimos. De una u otra forma parece que yo he sido una especie de Michael Landon en Autopista hacia el cielo… Un tipo de ángel que aparece, hace lo que tiene que hacer y se va.
Me enorgulleció, aunque creo que no se notó, pero por dentro estaba pletórico, que me dijera que, esté donde esté, va mirando hacia arriba cuando va por las calles.
Podría decir, sin temor a equivocarme, que es la única persona que conozco con la que podría estar horas y horas conversando de lo que ella dice que para mí es una religión: el Quijote. A pesar de haberse negado en esta ocasión tengo la excusa perfecta para convencerla; en Albacete hay un restaurante en un edificio modernista, con una decoración muy particular, lo descubrimos cuando ya me iba... sería un escenario perfecto.


4 comentarios:

Leo dijo...

Con todos mis respetos hacia Angélica. Era mi serie favorita, no se ha borrado de mi mente, la veía con una inquietud poco habitual en mí, pero, me ponía muy triste cuando Michael Landon se esfumaba cuando era el héroe de los sueños de una buena persona...

Siempre pensaba si en algún capítulo sentiría suficientemente el amor para tener la confianza de ser Ángel y, a la vez, cómplice.

La verdad, me parece una entrada fascinante.

Benja dijo...

Mis abuelos maternos eran manchegos y esa parte de España es muy querida por mí, me trae muy buenos recuerdos. Creo que es bueno encontrarse con alguien del pasado, sobre todo si ha significado algo en nuestra vida, siempre hay algo que hablar y de recodar. Y es muy importante seguir manteniendo el contacto en la distancia.

Angélica dijo...

Gracias Marino, no esperaba tener una entrada dedicada a mí de forma directa.

En tiempos pasados lo anhelaba martes y sábados y siempre encontraba dedicatorias a otros temas o a otra persona... Ahora puedo decir que el refranero es sabio, "nunca es tarde".

Gracias de corazón.

Pd. Sigo encontrando sorpresas mirando hacia arriba. Hay una cariátide impresionante en el Colegio Notarial :D

Angélica. O Palmira Oliván.

Marino Baler dijo...

Gracias Angélica por haber pasado por este humilde site.
Anoto en mi calendario otra tarde como la que tuvimos, espero que en un futuro cercano.

Besos