martes, 11 de junio de 2013

Licantropía estudiantil



Dicen que siempre me pasa lo mismo cuando se acercan los exámenes: me pongo insoportable. Reconozco que no soy amigo de bromas, más bien sería lo que un andaluz llamaría “un triste”, pero en determinadas fechas se agudiza.
En mis tiempos estudiantiles, por estas fechas siempre he estado alterado, concentrado, con dolores de cuello por la tensión acumulada, consumiendo litros de café y llenando el cenicero de colillas.
Cuando vivía en el piso de estudiantes todos íbamos acelerados y se notaba la tensión por cosas que antes eran banales.
Ahora, vuelvo otra vez a pasar por lo mismo (¡quién me lo mandaría!). Se acercan las fechas de exámenes y pronto entregaré el PFC, un proyecto de investigación sobre la arquitectura de piedra seca en el Maestrazgo turolense, quizá, por eso, estoy tan inquieto. La gente con la que trato me lo nota y yo ya les he advertido que no tengan en cuenta si les doy una mala contestación o si mi carácter está más huraño que de costumbre; en un mes ya habrá pasado todo.
Si el hombre lobo se transformaba con la luna llena yo lo hago con los exámenes, lo malo es que estos duran más de una noche.

3 comentarios:

Tierra dijo...

Has cogido el tren de la magia y solo te queda el último trayecto para llegar a su destino. ¿Que es un mes después de todo a lo largo de toda una vida? la responsabilidad seguro que te inspira diversión, vitalidad y un montón de sueños por descubir.

¡¡¡Mucho ánimo y energía!!!

P.D: ¡¡¡No rezongues mucho!!!

Luis López dijo...

Conozco bien el Maestrazgo. Mucha suerte con el proyecto. Saludos.

Anónimo dijo...

Yo también te deseo suerte y comprendo tu cambio de carácter.Saludos