Hoy es el día. Yo no quiero que le otorguen a Madrid los Juegos Olímpicos de 2020. No, no se trata de antipatriotismo ni nada por el estilo; pensaría lo mismo de cualquier otra ciudad española, además, como alguien dijo: “el patriotismo es el refugio de los canallas y cobardes”.
Sinceramente, ver a todo una comitiva que se ha desplazado al otro lado del hemisferio, con todos los gastos pagados a cargo del erario público me toca bastante los cojones (hablemos claro).
Estos días he escuchado en los medios de comunicación a los políticos que decían que “España necesita ilusión”. No, España lo que necesita es terminar con esta crisis, que todos los corruptos devuelvan lo robado y rindan cuentas con la justicia por sus delitos, que los más de seis millones de parados tengan trabajo, que los jóvenes que emigran para desarrollar su talento en otros países no tengan necesidad de hacerlo, que… no hace falta que siga, ¿verdad?
Que un Ayuntamiento como Madrid con más de 7.000 millones de euros de deuda, con un proyecto para privatizar la sanidad, pretendiendo llevar a cabo un proyecto dudoso como Eurovegas, quiera organizar unos juegos olímpicos es una mala broma en estos tiempos que corren.
Esta juerga la pagaremos todos a costa de recortes en la Sanidad, Educación y Políticas Sociales.
Encima, para los valencianos será especialmente ruinoso, ya que aspira a ser la sede en vela para aprovechar el ruinoso campo de regatas que se construyo en tiempos del deleznable Camps con motivo de la America’s Cup.
Si recordamos las últimas sedes olímpicas comprobaremos que para Atenas supuso el inicio de su desastre actual y para Londres no ha supuesto una mejora efectiva.
Aunque mi discurso sea simplista pero, ¿hace falta que España, en nuestra actual situación, se plantee organizar unos juegos olímpicos? Mi respuesta es clara:
¡No a Madrid 2020!