sábado, 12 de abril de 2014

Aquel tiempo de Sevilla


Esta semana ha hecho cinco años que me trasladé a Sevilla, concretamente vivía en Brenes y trabajaba en San José de la Rinconada; recuerdo que era lunes santo. Allí estuve durante casi un año. Sería muy largo contar como fue mi estancia por tierras andaluzas, eso lo dejo para cuando escriba mis memorias.
Hoy, con el paso del tiempo, reconozco que no viví aquello con la mejor actitud, quizá porque mi idiosincrasia es muy diferente a la de los andaluces. Se me hizo difícil la estancia. Pero en otro sentido es posible que nunca haya vuelto a ser tan feliz. Allí tenía una Alma, que si bien, como he dicho antes, yo no estaba con la mejor actitud era lo único que me daba fuerzas para seguir.
Ahora, mientras escribo estas palabras, aquella época, cada momento, pasa por mi mente de nuevo; desde el momento que hice el primer viaje de ida hasta el último de vuelta. Ahora, desde la lejanía en el tiempo, he vuelto a ver la puesta del sol en el muelle del Tinto, en Huelva; a caminar por Moguer; a recordar un baile en Triana y a pasear por el parque María Luisa… tantos momentos que no por no estar escritos están olvidados.
Desde entonces no he vuelto a Sevilla… todavía.
Ahora sé que sin saberlo tengo una muesca más en mi corazón. 


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