martes, 25 de abril de 2017

Comparables



Mi memoria histórica futbolística creo que comienza a principios de los 90, aproximadamente durante el Mundial de Italia.
Era una época en la que comenzaba el ocaso del gran Diego Armando Maradona y emergían otros jugadores, que si bien no llegaban a su nivel estaban destinados a marcar una época. Eran los tiempos de Roberto Baggio, Marco Van Basten, Paulo Futre, el gran Hristo Stoitchkov o el magnífico Romario. Pero, para mí, destacaba uno: Michael Laudrup. Quizá le faltase más gol, pero su técnica era superlativa, inigualable.
La siguiente década, la de los 2000, estuvo marcada por del Piero, Rivaldo, Iniesta, Xavi, Zidane, Ronaldo… Pero hubo un jugador que destacó por encima de todos. No necesita descripción ni presentación, su nombre es Ronaldinho.
Después del Gaucho, ya no esperaba ver nada igual… hasta que apareció él. En mi caso, verlo jugar es como leer el Quijote. Después de que mis ojos hayan pasado por las letras de la inmortal obra de Cervantes, sé que no volveré a leer nada igual, nada admitirá comparación porque ya he alcanzado la cima de mi gusto literario. Lionel es su nombre y Messi su apellido.
Es cierto que aparecerán grandes jugadores en los próximos años… pero ninguno como Messi, de la misma forma que no se puede escribir el Quijote todos los días, Cervantes lo escribió sólo una vez.
En cuatro siglos, nadie ha vuelto a escribir una novela igual... un dato no muy esperanzador para los futuros amantes del fútbol.
Si Cervantes fuese un escritor del siglo XXI hubiese escrito sobre un futbolista llamado Messi. Si Messi fuese un personaje literario del siglo XVII sería el protagonista de la inmortal obra de Cervantes. A veces, las comparaciones no son odiosas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la gran suerte de Messi fue venir al club donde estaba Pep Guardiola, que supo a sacarle el máximo provecho, y el argentino se lo pagó…haciendo que se fuera del club de su vida.

Marino Baler dijo...

Yo no sé porqué se fue Guardiola. No obstante, en lo futbolístico, no creo que vuelva a ver una cosa igual.

Anónimo dijo...

Muy sencillo, en un momento que Messi no estaba bien, Guardiola lo dejó fuera de la alineación de inicio de un partido. Y por lo visto Messi hizo llegar su malestar a los de arriba, lo que hizo que le dieran un toque de atención a Pep, ya que Messi tenía que jugar siempre estuviera como estuviera. Según los medios deportivos, este fue el motivo de su marcha.