martes, 18 de abril de 2017

No es jeque todo lo que reluce



Cuando era estudiante siempre decía que me gustaría que un jeque árabe me encargase la construcción de un palacio, por el que me pagaría 400 millones de pesetas y a vivir el resto de mi vida.
Hace unos días me ofrecieron la posibilidad de un trabajo que podía ser una oportunidad para el futuro al ocasionar cierta estabilidad. Se trata de la construcción de un hotel de 15 alturas y 120 viviendas unifamiliares, un proyecto que podría durar 7 u 8 años. Suena bonito. Parece ser que el supuesto jeque había aparecido.
Hace años, no recuerdo si escuché o leí, la frase ‘cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad’. Pues algo así ha pasado. La única diferencia es que no era un jeque, eran unos empresarios españoles, y no era en Dubai, era en Bata. ¿Bata? ¿Dónde está eso? Pues… en Guinea Ecuatorial.
Cuando me preguntaron si estaría dispuesto a ir, después de un minuto en silencio pensándolo, dije que no, respuesta que sorprendió. Entre mis razones la que más destaqué, fue que era demasiado tiempo. Para ser sinceros fue lo primero que se me ocurrió, pero la verdadera razón era que yo no me veía trabajando en un país con una dictadura tan atroz, con todo lo que eso implica. Yo, siendo extranjero y pudiendo elegir, no me imagino haber ido a trabajar a la Alemania nazi, a la Italia fascita o a la España franquista. No obstante, la situación de los que allí fuésemos sería distinta al resto de las gentes del país; según nos dijeron viviríamos en una zona sin ningún tipo de problemas y otras comodidades que aquí son habituales, pero que allí se consideran privilegios y que no están al alcance de los nativos.
No hace falta buscar demasiado. En Wikipedia, podemos encontrar información de la situación social y política del país:

De los 100 escaños, 99 corresponden en la actual legislatura al partido único de la dictadura, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE)”.

Desde la toma del poder por parte de Teodoro Obiang, se suceden los asesinatos políticos y las desapariciones así como las parodias de juicios que destacan por la ausencia de garantías procesales. Los informes de Amnistía Internacional y otros organismos independientes recogen e informan, desde hace años, de una estremecedora realidad en cuanto a detenciones arbitrarias, horribles torturas, apaleamientos y muertes en detención”.

En la década de 2000 a 2010 varias veces ha estado entre los diez países con regímenes más represivos”.

Visto lo visto, insisto, sin profundizar mucho… no creo que yo pudiera estar y trabajar en un país así.
Ahora me arrepiento… me arrepiento de, en lugar de haber deseado en mis tiempos de estudiantes que apareciese un jeque, no haber deseado conocer a una millonaria que me solucionase la vida… bueno, nunca es tarde, la pido ahora (espero no arrepentirme de este deseo en un futuro).

4 comentarios:

Silenciosa dijo...

Soy millonaria. Arrepiéntete.

Marino Baler dijo...

¿Para comprar algunas casicas en el Jiloca? :)

Silenciosa dijo...

Yo no soy de secano. ¿Hay segunda opción?

Anónimo dijo...

Has hecho muy bien, en esas dictaduras en donde los derechos humanos y el estado de derecho brillan por su ausencia…te la juegas. Hace años, la empresa de construcción donde trabajaba un familiar mío lejano, consiguió un contrato en un país árabe “no recuerdo el nombre”. Según contó a sus padres, se cruzó en donde vivía en compañía de otros compañeros del trabajo, con un grupo de chicas y las saludó como haría aquí en España. Pues Apareció la policía y se lo llevaron detenido, cuando el embajador o cónsul intervino y consiguió que lo soltaran, le habían dado tal paliza que tardó años en recuperarse. Por lo visto, un extranjero no se puede dirigir a una mujer. Un saludo