martes, 23 de enero de 2018

Partida de ajedrez



Todos tenemos unas metas, unos fines, unos propósitos; la vida se compone de eso. No sólo uno, varios en distintas facetas y etapas de nuestra vida.
No creo en el destino, ni que éste esté escrito… simplemente los distintos movimientos que hagamos en nuestra vida son los que nos hacen ser como somos y llegar donde llegamos.
Aunque sea un ejemplo muy recurrido, se podría decir que nuestra vida, vista desde un plano superior, sería como un enorme tablero de ajedrez en el que nosotros somos piezas que nos vamos moviendo.
A nivel cotidiano, tenemos nuestro propio tablero y movemos nuestras propias piezas. Sería algo así como una muñeca matrioska, pero ajedrecísticamente hablando. Somos piezas de un enorme ajedrez y, al mismo tiempo, estamos jugando con un ajedrez propio. Nuestros pequeños movimientos influirán en los grandes.
El ajedrez es un juego que requiere pensar, intuición, calma, análisis… las prisas no sirven para nada. Un peón puede hacer ganar una partida de la misma forma que lo puede hacer la reina. Sólo hay que saber jugar las piezas y esperar el momento.
El más grande ajedrecista de todos los tiempos, José Raúl Capablanca, dijo en una ocasión “Cuando ustedes ven una posición se preguntan qué puede suceder, que sucederá. Yo lo sé”. En el fondo, todos podríamos hacer nuestra esa frase, ya que podemos saber lo que sucederá dependiendo de los movimientos que estamos dando... otra cosa es que no lo queramos asumir y tiremos hacia adelante. 
Sólo hay tres opciones: ganar, perder o tablas. Movamos pieza. Que siga la partida.

2 comentarios:

Leo dijo...

En mi opinión, excelente e incluso atrevida entrada.
Pienso, que la intuición es algo innato y valioso.
Una vez inventé una frase: "La vida es como la ajedrez, cualquier movimiento puede dejarte en jaque mate",
Creo, que las personas con inteligencia emocional, principalmente, saben perfectamente lo que han de coger y dejar, otra cosa es que tengan personalidad y valentía para hacerlo.

Todos sabemos de lo que hablamos.

Un saludo.

Marino Baler dijo...

Gracias Leo. La intuición requiere de paciencia, de tranquilidad... sentarse un instante (cabría cualquier medida de tiempo) y meditar.

Saludos