sábado, 22 de diciembre de 2018

De belenes navideños



Es innegable que una de las cosas típicas de estas fechas son los belenes navideños. Imagino que primero comenzarían representando el nacimiento de Jesús, con pocas figuras, y con el paso de los años se fueron ampliando hasta lo que son hoy en día, algunos parecen pequeñas poblaciones, con un centenar de figuras.
En los belenes ocurre algo peculiar. Cuanto mayor es su tamaño, mayor error. Esto es algo evidente en cualquier ámbito y en los belenes se acentúa. Si un belén quiere representar escenas reales es fundamental que respete la proporcionalidad. Este factor es importante para que sea algo admirable. Quizá sea por formación profesional, pero es en lo primero que me fijo cuando veo un belén. Es ridículo colocar un castillo y dos soldados a la puerta cuya altura llega a las almenas, o un agricultor delante de una vivienda y se ve claramente que esa figura no cabría por la puerta… y así muchos ejemplos. Como se habrá podido adivinar, al hablar de proporcionalidad me refiero a las figuras respecto a las construcciones. Un belén, al fin y al cabo, no deja de ser un elemento en el que se usa la arquitectura y la arquitectura deber ser proporcionalidad. Ya lo dijo Vitrubio, la arquitectura es “firmitas, utilitas, venustas” y esto no se aplica en los belenes; partiendo de esa base, son representaciones grotescas y ridículas.
Es por ello que no me gustan los belenes, porque, no son proporcionales, no son reales ni creíbles, ya no representan nada; la gran mayoría están montados para hinchar el ego de sus montadores; me refiero, especialmente, a aquellos que se colocan en lugares públicos o escaparates comerciales a la vista de todos.
Procuro no ir, al menos acompañado, a ver belenes. Si hiciera la reflexión que aquí he expuesto delante de uno, con más visitantes, es posible, que no fuera bien recibido. No siempre la intención es la que cuenta.

5 comentarios:

Leo dijo...

Sencillamente, me quedo con un árbol de Navidad elegante y sincero...

Me gustaría que, los buenos sentimientos impregnen de emociones a los sueños.

Un abrazo.

Benja dijo...

Con todo el cariño y respeto discrepo de ti Leo. Lo nuestro es el Belén y los reyes magos. Que cuentan una historia de un niño que consiguió crear una tradición religiosa tan sólida que compartimos en común los musulmanes, cristianos y Judíos. Después cada cual puede creer lo que hay de realidad o de tradición. Pero muchos belenes son verdaderas obras de arte, y se sigue compitiendo haber que Belén es el mejor…Pero no como antes. Aun así, se ha creado una ruta para visitar los diferentes belenes. Por otro lado, el árbol es foráneo, y ya estoy arto de ver cómo nos imponen las tradiciones de otras culturas con un fin meramente comercial. Que obra de arte es una bola de plástico de diferentes colores o algunas figuras colgadas de las ramas. Ante un pueblo con un rio con agua de verdad y un molino con su noria, el castillo y las casas con sus luces, las figuras de personajes representando a cada uno y una de los habitantes de un pueblo en sus labores de cada dia. Lo siento Leo pero no hay color.

Benja dijo...

Y que tengáis una buena Noche de Navidad o Nochebuena en salud y en familia.

Leo dijo...

Proyectando ese punto de vista me parece buena tu exposición. Sigo pensando que un árbol de Navidad también puede ser arte y sentimiento.
La tradición no me parece mal pero a mí por algún motivo me gusta mucho más el árbol de Navidad...

Benja dijo...

Ya sabes lo que dicen "para gustos colores". Si todos pensáramos igual y a todos/as nos gustara lo mismo…la vida seria muyyy aburrida.