Esta canción fue compuesta por el compositor Manuel Alejandro y Jeanette fue la que la interpretó, popularizándola, a principios de los 80.
En 2.010, Enrique Bunbury (siempre Bunbury) hizo una versión de la misma, dándole su toque personal. Si no supiera que no es el autor original diría que es suya. Bunbury siempre tiene una canción para un momento determinado, uno en concreto. Nada es Infinito.
Frente a frente, todo un canto a algo irremediable que no tiene solución, no puede tenerla. Algo que se rompe, aún quedando cosas, aún quedando todo. Como una fuerza que empuja hacia soluciones drásticas que pesarán. Siempre queda eso, siempre quedan cosas por decir, por hacer, pero… ni se hacen ni se dicen. La última oportunidad es esa, frente, a frente, pero esta no siempre se da. El orgullo, el maldito orgullo, transformado con el tiempo en remordimientos hace que se pierda, ¿qué no se daría por poder hacerlo? Mirando a la cara y decir “Adiós”, aunque duela, aunque una fuerza punzante atraviese el estómago. Siquiera eso. El tiempo se encarga de recordarlo.
Lo compartido, lo sentido, lo vivido se queda en nada, solo en dolor. Y los recuerdos se vuelven pesadillas al recordar. Yo no creo que solamente queden las ganas de llorar, pues siempre hay algo de que hablar, palabras por decir, aunque sea una simple mirada. Sin reproches, porque en cosas de dos siempre hay razones comunes.
Bunbury (siempre Bunbury) esta vez no ha acertado. No solo queda eso, queda mucho más. Muchos imposibles comunes y muchos posibles irrealizables. Eso es todo. Como diría Neruda: “A lo lejos alguien canta, a lo lejos. Mi Alma no se conforma con haberla perdido”. Yo respondería “Gracias por todo”.
En 2.010, Enrique Bunbury (siempre Bunbury) hizo una versión de la misma, dándole su toque personal. Si no supiera que no es el autor original diría que es suya. Bunbury siempre tiene una canción para un momento determinado, uno en concreto. Nada es Infinito.
Frente a frente, todo un canto a algo irremediable que no tiene solución, no puede tenerla. Algo que se rompe, aún quedando cosas, aún quedando todo. Como una fuerza que empuja hacia soluciones drásticas que pesarán. Siempre queda eso, siempre quedan cosas por decir, por hacer, pero… ni se hacen ni se dicen. La última oportunidad es esa, frente, a frente, pero esta no siempre se da. El orgullo, el maldito orgullo, transformado con el tiempo en remordimientos hace que se pierda, ¿qué no se daría por poder hacerlo? Mirando a la cara y decir “Adiós”, aunque duela, aunque una fuerza punzante atraviese el estómago. Siquiera eso. El tiempo se encarga de recordarlo.
Lo compartido, lo sentido, lo vivido se queda en nada, solo en dolor. Y los recuerdos se vuelven pesadillas al recordar. Yo no creo que solamente queden las ganas de llorar, pues siempre hay algo de que hablar, palabras por decir, aunque sea una simple mirada. Sin reproches, porque en cosas de dos siempre hay razones comunes.
Bunbury (siempre Bunbury) esta vez no ha acertado. No solo queda eso, queda mucho más. Muchos imposibles comunes y muchos posibles irrealizables. Eso es todo. Como diría Neruda: “A lo lejos alguien canta, a lo lejos. Mi Alma no se conforma con haberla perdido”. Yo respondería “Gracias por todo”.
5 comentarios:
Bonita respuesta la tuya ( "gracias por todo"), ojalá siempre fuera así..
Saludos desde tu tierra,
qué calor....:)
a ver si en esta ocasión conozco la Albufera, por fin!
Un besset :)
Siempre queda algo porque es imposible que pueda existor borrón y cuenta nueva
Saludos
Siempre queda algo que decir. Con el paso del tiempo desaparece el orgullo, los remordimientos y todo lo que pudo haber sido, hecho o dicho y no fue, quedando el recuerdo de lo bonito, agradecer lo que se ha vivido y haber amado. Es algo agridulce, pero es necesario, la vida es así, pequeños escaloncitos que hay que superar para volver a subir... De todo se aprende, y a estos amores hay tanto que agradecer... Por haber sacado lo mejor de nosotros, saber que podemos amar y ser amados y, por prepararnos para el siguiente.
Que pases un buen domingo.
Si te hizo volar,soñar,vivir y te hizo sentir feliz...olvida lo malo y quedate con eso.Traela a tu mente para que te dibuje una sonrisa en los labios.
Me quedo con:Y los recuerdos se vuelven pesadillas al recordar.
Te dire que no merece la pena parar en seco y vivir con los recuerdos.Si lo haces,que sea una parada breve para vivir el presente con mejores recuerdos. :)
Con el paso del tiempo el dolor se vuelve en indeferencia, hasta que un día te levantas y no sientes nada, miras hacia otro lado y ves otra persona llenando su lugar, ese día te sientes libre y todo lo pasado queda en el recuerdo.
Besos y feliz semana.
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