lunes, 7 de noviembre de 2011

Botas de terciopelo



Baila la danza de la lluvia conmigo

¡Oh, igual que te he visto perderte en un sueño,
así vi la noche muy cerca de ti, hálito en cristal!
 

Un momento estuviste recogida en mis brazos,
como un huevo de otoño, como agua en la hoja.

¿
No fuiste mi amada, al revolverte en mis brazos,
oponiendo a mi deseo tu intención de dormir?

Déjame, deja que me ahogue”,
me dijiste tú dejándome sin habla.
Quisiste alejarme, sólo tú sabes por qué.
¿Pero qué es la muerte si no un deseo de aprisionar silencio?

A
sí te deje escapar a la eternidad,
tu rostro entre las olas,
mundo de esperanza,
resplandeciente de amor,
mirando a los cielos,
donde desapareciste,
en busca de ilusión
tranquila como la oración,
pálida cual valle bajo la luna.

Y
o me quedé con mis pensamientos llenos de etcéteras,
¿es posible que nada haya sido real?
Observando desde mi atalaya, con sonrisa de Gioconda
pero mirada triste al ver cómo te marchas.

S
eguiré siendo el mismo,
quizá esperando volver
a oler el tabaco y chanel.


 
 

No hay comentarios: