A veces soñamos con personas que no están en nuestra vida, que hace mucho tiempo que salieron y que un día, de una u otra manera formaban parte de nuestro mundo.
Eso es lo que me ha pasado esta última noche y al despertarme esta mañana temprano he dicho su nombre preguntándole, “¿tú también te acordarás de mí?”
El espejo me dice que ha pasado mucho tiempo y, probablemente, el suyo le diga lo mismo. Pero, es curioso, ahora no creo que así sea… en estos momentos estamos los dos en su habitación. Sí, podría describir perfectamente cada detalle porque estoy allí. Su pequeña cama pegada a la pared y a sus pies una mesilla de noche y encima tiene un plato en el que se han derretido muchas velas de colores y forma una bonita miscelánea colorida.
Ella acostada boca abajo y yo sentado en un puf; ambos mirando cómo se consume una nueva vela, la única luz que nos alumbra… hablando... como tantas y tantas noches acompañados de tantas y tantas anteriores de diferentes colores, hasta las tres o cuatro de la madrugada… no nos hacía falta nada más: yo, ella, ella, yo y una vela.
Al día siguiente, cuando todos nos encontrábamos para ir a clase, nos saludábamos, pero nosotros nos mirábamos y sonreíamos, así eran nuestros ‘buenos días’; no hacía falta decir más.
Ahora vuelvo a la pantalla de mi ordenador y, sí, ha pasado mucho tiempo. Más de diez cursos hace ya que no nos vemos; allí comenzó y allí acabó. “Sé que algún día escribirás un libro y me lo dedicarás. Contarás nuestra historia”, me dijo casi al final… No sé si lo haré, quizá sí, quizá no, pero yo, “este loco de poco se olvida, por mucho que pasen los años de largo en su vida”. ¿Y tú?, “no sé si aún me recuerdas”.
2 comentarios:
Me alegro de volver y comprobar que algunos seguís vivos en la blogosfera :-)
Yo si recuerdo....!!!!! (aunque no me guste Amaia Montero :-)))
Neña, bienvenida a mi blog. Sí, todavía quedamos algunos que nos resignamos "a morir" y a ser carne de otras redes sociales más convencionales como, por ejemplo, Facebook.
Te devolveré la visita ;).
Dicen que hay cosas que no se olvidan, se aprende a vivir con ellas.
Saludos.
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