sábado, 28 de noviembre de 2015

Maestros ciruelas



Conozco algún que otro docente y la mayoría coinciden en que los alumnos de hoy en día no tienen interés por aprender; es posible. También he escuchado que antes, hace años, los alumnos no eran como los de hoy en día; también es posible. Tengo la firme convicción, de que el hecho que antes no ocurriera lo que he dicho en la primera frase no es debido a que hubiese mejores profesores, ni se le diese importancia al método de enseñanza; lo que ocurre es que el alumno se convertía en un privilegiado por poder recibir una educación, cuando, lo más probable, es que ese mismo alumno tuviera que trabajar desde temprana edad sin ninguna posibilidad de aprender algo más que leer, escribir y las tablas de multiplicar. Este mismo estudiante apreciaba el valor que significaba tener una enseñanza y una cultura.
Sin embargo, en los últimos años esto ha dado un giro radical centrando más la atención en la figura del docente. Desconozco que tipo de preparación habría que tener hace cien o doscientos años para poder dedicarse a la enseñanza, pero actualmente no hay profesor que no tenga que hacer no sé cuantos cursillos y, preferiblemente, tener conocimientos de sicología, pedagogía, sicopedagogía, sicosiconoséquégogía.
Resumiendo, una serie de conocimientos que, se supone, lo capacitan para tener unas cualidades que debería cumplir durante la educación con los estudiantes: metodología, comprensión, educación y, por supuesto, un nivel para ello.
Pero, ¿esto se cumple? Voy a contestar con rotundidad: ¡no! El sistema educativo está lleno de profesores que difícilmente aprobarían las materias del curso que imparten si alguien cualificado les examinase. ¿Qué es lo más sencillo? Decir que el sistema no funciona. Nunca, jamás, he escuchado a un profesor quejarse de la labor que hacen, no hacen autocrítica.
Recuerdo, entre otras cosas referentes al tema, un profesor que se quejaba de las faltas de ortografía de un alumno en 4º de ESO. Indignado decía que ese alumno no sabía escribir; yo creo que más que indignarse era una justificación en plan, ¿cómo podemos hacer algo con alumnos así? Supongo que era lo fácil, ¿verdad? Echarle la culpa a la falta de interés y pasotismo del alumno. Ahora bien, ¿por qué ese profesor no se preguntó cómo había llegado ese alumno a 4º de ESO sin saber escribir? ¿Por qué ese profesor no arremetía contra otro colega suyo que había permitido que ese alumno pasase de curso con faltas de ortografía? No, eso no… la culpa el alumno.
Por desgracia, la enseñanza, que debería ser algo destinado a unos pocos privilegiados con verdadera vocación, está plagada de incompetentes a los que habría que cogerles su título para poder dar clase y rompérselo delante de las narices y, con las mismas, prohibirles acercarse a menos de 100 metros de un colegio, a no ser que sea para ir como alumnos. No se pueden permitir más profesores ineptos en los centros escolares, ya que esos a los que enseñan son el futuro y ese futuro necesita motivación y una enseñanza de calidad. De nada sirve estar escuchando a un profesor que no sabe ni por dónde empezar y cuya máxima preocupación es cobrar el sueldo a fin de mes sin importarle que el alumno aprenda o no. Otro gallo cantaría si a los profesores, para poder clase, se les examinase, por ejemplo cada dos años, para comprobar sus capacidades. Estoy seguro que las cosas cambiarían a mejor.
Hace tiempo tenía una duda… ahora ya la tengo resuelta: no hay malos alumnos, hay pésimos profesores; como el maestro Ciruela, que no sabía leer y puso escuela. Pues eso, la mayoría de nuestros profesores son ciruelas… así nos va y así les va (a los alumnos me refiero).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo sinceramente que vivimos en una sociedad mediocre, en donde se recibe una educación mediocre, de unos profesores mediocres y a unos alumnos aun más mediocres.
La Cumbre Mundial de Educación de Qatar dice que el mayor problema del sistema educativo es la calidad de los docentes. La educación está desconectada del mundo real y su mayor problema es la falta de calidad del profesorado. Éstas son las principales conclusiones de una encuesta que se dio a conocer en la Cumbre Mundial de Educación que se celebró en Doha (Qatar)este año.
El diagnóstico que se hace de España según un experto, es que nuestros profesores están desprestigiados, viven aislados y han perdido la pasión por su trabajo, mientras fallan la selección y la formación y falta liderazgo en los directores.

Marino Baler dijo...

Maikel: el profesorado en este país, salvo excepciones, es pésimo. Seguro que recuerdas, no hace mucho, cuando salían los docentes a protestar "porque les tocaban sus derechos", falso, lo que les tocaban era el bolsillo. La educación estaba mal antes y está mal ahora. Como bien decían, defendían "sus derechos", no los de los alumnos a los que preparaban. De pena.

Anónimo dijo...

Yo recuerdo que se les hizo un examen a los profesores y una mayoría suspendieron.