sábado, 9 de julio de 2016

El Torico de Teruel



Si Pamplona tiene sus Sanfermines… Teruel no se queda atrás. Las fiestas del Ángel o de la Vaquilla, coetáneas con las primeras, suponen, junto a Las bodas de Isabel, que se celebran en febrero, una de las señas de identidad de esta ciudad aragonesa.
Y es que en Teruel, dentro de los muchos elementos identificativos y reconocidos que tiene (Diego e Isabel, los amantes de Teruel; la arquitectura mudéjar; el modernismo…), hay uno que destaca por encima de todos: el Torico.



Existen varias versiones tanto sobre el origen del nombre como sobre la fundación de la ciudad pudiéndose mezclar la leyenda con la realidad. Probablemente, el nombre provenga del árabe ‘Tirwal’, que significa torre, aunque algunas excavaciones arqueológicas creen que en la zona no hubo un núcleo de población, sino, más bien, una torre defensiva. Más lógico es pensar que el nombre está relacionado con el toro, ya que era una zona en la que abundaba este animal. Lo que está claro, es que tiene una importante relación con la ciudad, ya que tanto en el escudo como en la bandera hay un toro.
Y, como decía antes, la ciudad no podía dejar de lado a tan significativo animal. Teruel lo honra y él honra a Teruel. Desde el año 1858, una estatua de bronce macizo fundido vigila desde lo alto de una columna de piedra en la fuente de la Plaza Carlos Castel, conocida como ‘Plaza del Torico’. En el centro, de la plaza podemos ver la fuente de vaso circular, que recoge el agua que sale de cuatro caños o cabezas de toro y desde la que se eleva una columna de piedra labrada y anillada en cuya parte superior. En una base de estructura rectangular, en piedra-mármol, descansa el ‘Torico’. Esta figura mide 45 centímetros desde la cola a la boca, desde la base hasta el morrillo 28 y hasta los pitones 37. Como curiosidad, señalar que siempre ha estado en la columna, excepto en el año 38 cuando una familia turolense lo escondió para defenderlo de los combates que tuvieron lugar en la ciudad durante la Guerra Civil. En la década de los sesenta se le cambió la orientación (desconozco la razón) por la que tiene actualmente. Y, finalmente, un dato anecdótico, ¿qué valor podría tener este símbolo? En el año 2001, unos profesores de la Facultad de Humanidades de Teruel inventariaron y valoraron los bienes muebles artísticos de propiedad municipal y le asignaron un valor de 50.000 euros, cantidad que sigue vigente.



De la Plaza del Torico, en particular, y de otros edificios que hay allí, en general, también se podrían contar muchas cosas. No obstante, sólo lo limitaré al elemento más característico de la plaza, de la ciudad y, probablemente, de la provincia: el Torico.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los símbolos que nos identifican como pueblo o con la historia para mí no tienen precio. El precio lo ponemos nosotros con nuestro cariño y respeto que le damos a un determinado lugar, hayamos nacidos o no en esa tierra.

Marino Baler dijo...

Sí, ese precio es más bien algo simbólico. Evidentemente no lo pondrán jamás (creo) a la venta.