sábado, 30 de julio de 2016

Silvia



Escribió Lope de Vega…

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;

Al leer esto siempre he pensado que alguna mujer le pediría de manera insistente que le escribiese algo, que le dedicase alguna cosa… y no, no es así. Se trata de un fragmento de una obra que escribió el Fénix de los Ingenios titulada La niña de plata.
Muchas veces he recordado a Lope cuando Silvia me recordaba insistentemente, no sin reproche, “nunca me escribes nada”. Supongo que escribir algo es fácil, pero escribir lo que realmente quieres no lo es tanto, es más, hacerlo por compromiso creo que no merece la pena, ya que no hace justicia al que compromete. La inspiración es un estímulo que sin saber por qué te empuja a hacer algo que sabes que tienes que hacer, pero no sabes cómo hacerlo. Eso es lo que me pasaba… Ese “nunca me escribes nada” era un reproche a mi falta de motivación para hacerlo. Pero, como algunas cosas inesperadas, apareció del modo más insospechado, supongo que por eso se le llaman motivación. La semana pasada viendo la película ‘Alicia a través del espejo’ hubo una secuencia, una frase en que pensé “Silvia” y se puso en marcha el mecanismo para escribir ese ‘soneto’ que en ocasiones ‘me manda hacer Violante’. La escena ocurre cuando ya ha transcurrido media hora de la película; la Reina Roja va a visitar al señor del tiempo y lo primero que le dice es “mi regalo”… ¡Ay! En ese momento me vino la inspiración y pensé “es ella. Silvia es la perfecta Reina Roja”.
Siempre he pensado que tiene desarrollado el egocentrismo por encima de la media y, al igual que la Reina Roja, es capaz de ‘pedir su regalo’ y después dar su opinión sobre el mismo que podría variar desde “es muy pequeño” a “es muy barato”, aunque también podría decir que es, dicho finamente, un excremento; así, tal cual; con una entonación que roza el límite para coger el regalo, romperlo en mil pedazos y darte la vuelta o bien acercarte y darle un abrazo. Creo que cualquiera de las dos opciones serían válidas y ella entendería perfectamente la que se eligiera. Hay que conocerla… todo depende de cómo se lo pueda tomar uno. Pero es algo más que ese puntito egocéntrico, creo que si le faltase habría que añadírselo.
Quizá su formación como licenciada en Derecho hace que tenga una agilidad mental muy viva; es capaz de hacer las preguntas que jamás quisieras que te hicieran de forma directa; ese tipo de preguntas que no requieren una respuesta ambigua; cuando se pone la toga de fiscal es difícil escaparse, aunque alguna vez lo he conseguido y he logrado desviar su atención… pero por poco tiempo. Es en esos momentos cuando no queda más remedio que rendirse a la evidencia y pensar “¡qué lista que es la cabrona!”; pero, claro, eso no se lo puedo decir, aunque quizá siempre tenga un huequecito para llenar su ego y lo aceptaría encantada. Dialogar con ella es como jugar una partida de ajedrez, tienes que tener mucho cuidado con lo que dices, ya que una frase, una palabra e incluso la entonación por no haber hecho la coma pueden ser suficientes para que te haga jaque mate en pocos movimientos. No obstante, con ella es la persona con la que quizá más libre me he encontrado hablado de la mayoría de los temas, sin necesidad de tener que ser políticamente correcto ni morderme la lengua al decir lo que pienso; se podría decir que no hace falta que estemos uno enfrente del otro para hablar, bastaría con ponerme delante de un espejo y comenzar a soltar lo que me apetezca y ella podría suscribir desde la primera letra hasta el último punto.
Hay un gesto suyo que me encanta. Denota una mezcla de chulería, orgullo, soberbia… cualidades o defectos de los que la mayoría ridículamente hacen gala, pero que en ella demuestran esa superioridad que tiene alguien que sabe que no puede entrar en conflicto con el otro… porque el otro no es rival suficiente… y lo deja pasar. Consiste en que está mirando un punto perdido, de repente alguien dice algo que no le agrada. En ese momento, parpadea y al abrir los ojos está mirando de reojo, pasan unos segundos y repite la misma acción, pero en sentido contrario, mirando de nuevo al punto del principio. Todo ello sin decir nada.
Su forma de mirar, de ser, de comportarse… hacen que sea cautivadora y ella lo sabe. Como le dije en cierta ocasión en la que estaba apoyada en una barandilla fumándose un cigarro: “Destilas lujuria por todos los poros de tu piel”. Así, sin pensarlo, sin tener que reducirlo a un tema sexual… exageración que atrapa en cualquier sentido.
Así, más o menos, podría acabar esta suerte de ‘soneto’. Habría para más, que a nadie le quepa duda. Sé que las 913 palabras que me marca el Word que tiene este escrito no serán suficientes y cuando acabe de leerlo una de las cosas que podrá pensar es “¿por qué no ha llegado a 1.000?”, entre otras más… afortunadamente, no puede ordenar que me corten la cabeza… y no por ganas. Pero hoy sería una de las veces en las que le daría un abrazo.

Felicidades Silvia, Reina Roja.

11 comentarios:

Silenciosa dijo...

Gracias.

Anónimo dijo...

"Con ella es la persona con la que quizá más libre me he encontrado hablado de la mayoría de los temas, sin necesidad de tener que ser políticamente correcto ni morderme la lengua al decir lo que pienso"Tener la libertad de poder hablar con alguien de cualquier tema sin malos rollos…no tiene precio.

Marino Baler dijo...

Silenciosa: de nada.

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Maikel: estoy de acuerdo con tu afirmación. Pero cuando salen puntos en los que no se coincide... eso es una bomba de relojería.

Anónimo dijo...

El problema es de tolerancia y educación, por desgracia la mayoría de las personas no saben lo que significa.

Marino Baler dijo...

Sí, son dos cosas más difíciles de lo que parece. En una conversación con distintos puntos de vista hay que saber mordese la lengua.

Silenciosa dijo...

Y supongo que tú estás en pleno aprendizaje del curso "Morderse la lengua es fácil si sabes cómo”...¿no?. Consejos vendo y para mí no tengo...ay...

Marino Baler dijo...

Silenciosa... supongo que tú haces honor a tu seudónimo, ¿verdad?

Silenciosa dijo...

¿Cómo lo supones únicamente, siendo yo el paradigma de la contención? No te preocupes,tómame como ejemplo práctico y en poco tiempo una tal Belinda -usa Google si es necesario- será considerada charlatán de feria a tu lado... Bss.

Marino Baler dijo...

"[...] porque al buen callar llaman Sancho.
—Ese Sancho no eres tú —dijo don Quijote—, porque no solo no eres buen callar, sino mal hablar y mal porfiar [...]"

Capítulo XLIII
De los consejos segundos que dio don Quijote a Sancho Panza

Silenciosa dijo...

No seas rancio.

Anónimo dijo...

Uyyy uyyyyyy...mejor me callo.