sábado, 31 de diciembre de 2016

Otro más



Dada mi costumbre de publicar los martes y los sábados, por lógica, esta será la última entrada de este año. Del mismo modo, por ser el día que es, podría servir la misma entrada por la circunstancia de acabar el año.
Suele ser habitual durante las últimas horas del año que la gente haga balance o decir eso de ‘año nuevo, vida nueva’. No creo que sea necesario ni una cosa ni otra. Mi vida será la misma cuando llegue el 1 de enero, el 2, 3, 4… Puede que cambie a lo largo del año porque tenga que hacerlo, pero no será ni el 1 de enero ni por ser otro año distinto. Y, del mismo modo, hacer balance de lo que he hecho o he dejado de hacer sería una especie de discurso borbónico durante la Nochebuena y, sinceramente, no le veo ningún sentido. ¿Por qué aparece la testa coronada delante de las cámaras durante un cuarto de hora solamente esa noche? ¿Por qué no el resto del año? Por eso digo que de nada sirve ver en un instante o día determinado lo que se ha hecho bien y mal, ya que cualquier momento del año es bueno para hacer una retrospección.
Pero supongo que es inevitable no acordarse de cosas y mientras escribo estas líneas retrocedo con la memoria y pienso en todo lo ocurrido durante este año. Ha sido un año ‘RARO’ (con mayúsculas)… Quizá quedó algo por pensar, decir o hacer… ahora ya no importa; como decían los berserkers antes de entrar en batalla.

Por todo lo que debimos pensar y no pensamos.
Por todo lo que debimos decir y no dijimos.
Por todo lo que debimos hacer y no hicimos”. 

Nos leemos en unos días.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En cuanto al rey hace su papel…para hablar a lo largo del año ya está el presidente. Yo no creo que haya sido un año raro, sino un año malísimo, terrorismo, guerras que asolan todo el planeta, este año hemos tenido los terremotos más potentes que se conocen y otras muchas catástrofes naturales. Epidemias, hambre y miseria para millones y millones de seres humanos etc. Y si tenemos que hacer caso a las profecías, el fin de los días está cerca. Hace años leyendo la Biblia, me llamó la atención una profecía que decía “cuando oriente y occidente se enfrenten en una guerra a nivel global y Damasco arda, el fin de los días estará próximo “esto ya está pasando hoy día.