sábado, 1 de junio de 2019

Una semana de catastróficas desdichas de Marino Baler



No cabe duda que esta semana pasará a mi historia personal. Hay fechas que nunca se olvidan y esta semana ha ocurrido un hecho que no quiero relatar, pero que jamás podré olvidar.
Esta catastrófica semana comenzó el lunes, a primera hora, cayendo mi móvil de las manos y rompiéndose la pantalla, y, se supone que, ha finalizado esta mañana cuando, en mi tradicional lectura de periódico los sábados, he querido hacer el autodefinido y ya estaba medio hecho. He puesto que ha finalizado esta mañana porque no tengo intención de salir en lo que queda de día y, por supuesto, ni mañana tampoco; ya puede haber una alerta peor que la de Chernobyl que un servidor no se moverá de casa. Las últimas, aproximadamente, 123 horas pasarán a mi historia personal y no por nada que me hubiera gustado.
Definirla mala creo que sería darle un calificativo demasiado generoso. Si tuviera que compararme con Lemony Snicket éste llevaría un trébol de cuatro hojas en la solapa.
Es curioso, pero durante los últimos años el mes de mayo nunca me ha sido favorable y los acontecimientos van sucediéndose al mismo tiempo que Helios se acerca irremediablemente hacia el día 31.
Ya lo dijo Scarlet… “después de todo, mañana será otro día”… y otra semana.

7 comentarios:

Benja dijo...

Estos días que parece que nos ha mirado mal un tuerto los tenemos todos. Pero recuerdo una serie de televisión, en donde una vidente le dice a uno, que va a morir en menos de 48 horas. El tío de encierra en casa y la convierte en un fortín y acaba muriendo electrocutado en la bañera. Por eso, cuando las gitanas que andan por la virgen quieren leerme la mano, no las dejo ni loco, a pesar que son muy pesadas.

Leo dijo...

3,2,1... Ha sido un mal sueño. A mí cuando algo me disgusta mucho intento darle la vuelta y buscar la oportunidad a la mala suerte. La vida es tiempo y, a cada segundo, hay que sacarle su jugo.
Todo pasa por algo.

Benja, a mí lo de los videntes tampoco me gusta nada de nada. Prefiero que mi vida sea una sorpresa.

Benja dijo...

Estoy de acuerdo contigo Leo.

Marino Baler dijo...

Lo único que me faltaba era haber muerto...

Benja dijo...

Hablas de morir? Iba por una de las avenidas con más tráfico de València. Al llegar a un semáforo me paro,ya que estaba en rojo para peatones y verde para los coches. Pero un tío estaba parado mirando el móvil, mientras los demás coches iban pasando. Cambia el semáforo y el individuo este no se da cuenta que el semáforo lo tiene en rojo y arranca sin levantar la vista del móvil. Cuando me vi el coche encima pegue un bote y me quede subido en el capó, del grito que solté freno en seco y no me fui al suelo de puro milagro. Siempre he tenido muy buenos reflejos y reacciono por instinto, si no me podía haber hecho mucho daño. Todo por estar pendiente del móvil. València es la octava ciudad en España, con más problemas en la circulación y atascos, donde circular se convierte en una odisea. Es la ciudad 127 de Europa y la 222 del mundo peor para circular en coche, un trayecto de 10 minutos, en Valencia se convierte en 50.

Marino Baler dijo...

Pues, en mi caso, yo he sido el del coche y tu lugar lo ocupaba un ciclista. Un descuido, un despiste (aseguro que no iba con móvil)... yo el semáforo en ámbar y el suyo en verde... no sé de dónde salió, yo iba a 30 como mucho. Resultado. Le han puesto un tornillo en la tibia. Un hombre de lo más agradable, que ha sido conductor durante casi 50 años (tiene 70) y que entiende que el error humano existe y se lo ha tomado muy bien (dentro de lo que cabe, aunque yo hablo todos los días con su mujer para preguntarle y he ido un par de veces al hospital). Casi quince días después ya puedo dormir algo mejor sin que ver una y otra vez el momento del golpe.

Benja dijo...

Te honra que te preocupes por este hombre. Pero son muy normales estos accidentes, no ves al ciclista hasta que lo tienes encima del coche y es por la velocidad que llevan. Al menos esta vivo y se recuperara.