viernes, 9 de enero de 2009

Arquitecto vs cliente


¿Debería hacerse lo que un cliente pide? Si lo hiciéramos es muy probable que al final éste también quedara insatisfecho, pues el resultado no se correspondería con sus deseos. El tratar de entender a un cliente es una de las facetas más complicadas para un arquitecto, por ello lo ideal sería trabajar sin clientes, al libre albedrío.

El mayor conflicto se crea en la dicotomía arquitecto – persona. El tratar de trabajar separando lo que a él le gusta de lo que realmente es posible.

Esto complica la relación entre las partes, entre un cliente y un arquitecto pues visto desde dos puntos de vista, ambos parecen ser propietarios de algo que se va a crear pero visto desde diferentes perspectivas que tienen a la hora de valorar los diferentes espacios y formas.

¿Cómo enfrentarse al problema? Lo primordial es tener muy claro cuál es la metodología de la persona que va a proyectar la vivienda. Ante todo es necesario poner en claro cuál es la idea y el hábito de trabajo de la cual se parte. Por otra parte saber si el arquitecto tiene total libertad para realizar su obra. Si llevará su sello con total libertad o por el contrario verá restringido su trabajo. Una vez esto esté establecido, el camino a seguir es el más idóneo y, posiblemente, el mejor por el que se pueda optar. Evidentemente, hay clientes que no miran el contenido de la obra sino que miran el autor de la misma y de ese modo nadie se siente defraudado. Si alguien le encarga una vivienda a Calatrava posiblemente, sea cual sea el resultado final, quedará satisfecho aunque este haya realizado algo fuera de toda ley física ¿Qué más da tener la entrada de la vivienda a 10 centímetros de un precipicio si esa casa la ha diseñado Calatrava o Foster? Pues esto, aunque sea un ejemplo exagerado, hay gente que estaría dispuesta a aceptarlo con tal de llevar el nombre del arquitecto (personalmente me parece algo absurdo).

El problema surge cuando se aplica este mismo criterio al planificar un barrio de 500 viviendas o un edificio público. Los destinatarios de la arquitectura llegarán después con su idiosincrasia, y pocas veces quedarán satisfechos, pues no solo nunca fueron escuchados, sino a veces ni siquiera se pensó en quien iba a ocupar esas viviendas. Se construyó para la gente pero sin pensar en las necesidades de esa gente, únicamente como si fuesen elementos fabricados en serie que tienen que encajar como dos engranajes en un mecanismo. Si nos preguntasen a cada uno de nosotros cual es la vivienda ideal, seguramente no coincidiría en absoluto con la nuestra actual. A esto me refiero. Por ello vuelvo al principio del texto donde indico que lo ideal sería trabajar sin clientes.

El trabajo de un arquitecto tiene que ser el de ayudar al cliente a conseguir su deseo mediante una interpretación coherente en su deseo. Siempre en relación con el entorno ayudando en cualquier contratiempo que pueda surgir aunque en ocasiones ese contratiempo sea la idea del mismo cliente. La arquitectura es un servicio. Trabaja con el hombre como principal función. La vivienda ha de ser habitada por el hombre y hay que ayudarle a vivir. Cualquier elemento constructivo y estructural que maneje un arquitecto ha de estar dirigido para este fin. Esto es hacer arquitectura. La arquitectura es creación y esta creación se puede conseguir al encontrar la respuesta que se busca escondida entre la información que ofrece el cliente uniéndolo al servicio que le puede ofrecer. Crear no significa, solamente, realizar algo inédito. No hacen falta formas raras para ello, basta con saber entender cosas que pueden ser muy sencillas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Primero hay que tener en cuenta la funcionalidad porque no es lo mismo hacer un edificio que servirá como exposición de obras de arte o para que sea habitable.
El cliente es quien paga y tiene derecho a elegir, pero cuando el cliente representa, como un alcalde, a todo un número de habitantes, debe tener cuidado y pensar en el bienestar de los ciudadanos, si es para hacer viviendas de VPO.
Yo vivo de alquiler con mi marido y mi casa es preciosa, con dos plantas, pero está en un pueblo perdido entre la frontera de Huelva y Sevilla. En cuanto pueda salgo de aquí :D.
Un beso.

Marino Baler dijo...

Parsimonia, soy de la opinión que los arquitectos han de preocuparse más de la funcionalidad que de la belleza y eso es algo que en ocasiones no se consigue. Se prefieren otras cosas antes de mirar una buena utilización. Lo que dices de tu casita es un ejemplo de ello, quizás sea una casa maravillosa pero que está sacada de contexto por encontrarse en un lugar no demasiado adecuado.
Un beso.

myself dijo...

Yo creo que todo debe de ir relacionado. Un buen arquitecto debe crear los sueños del cliente, pero otorgándole a su casa comodidad, funcionalidad y en el marco perfecto.
No vas a crear una casa de playa en el marco de montaña.
Un saludo.

myself dijo...

Gracias por enlazarme.
Un beso

Marino Baler dijo...

Myself, estoy de acuerdo contigo,en una entrada que se llama "Espacios para el hombre y para la arquitectura" comento esto que dices. Evidentemente, no todo tendría que estar permitido. Un placer para mí haberte enlazado.

Un beso.

Anónimo dijo...

Exactamente.

Anónimo dijo...

Creo que al final es cuestión de tener un poco de sensibilidad tanto de un lado como del otro. Lo malo es que como se suele decir ... el que paga es el que tiene el derecho. en fin, ojalá puedas dejar tu obra al servicio de las necesidades de otras personas. Imagino que eso te hará feliz, al fin y al cabo eres un creador.

besos
Marta

Marino Baler dijo...

Marta; Como bien dices "el que paga manda" aunque a veces sea incoherente. Quizás los más agradecidos sean los que no tienen nada, aunque no puedan pagar. Hace pocos años quise irme a trabajar a la India a la fundación Vicente Ferrer, es una idea que no tengo descartada, en absoluto.

Un beso.