Silencio, todo está oscuro solamente iluminado por la luz de la luna que apenas está llena. Aparece una silueta entre la penumbra que lentamente acercándose me rodea con sus brazos y lentamente comenzamos a bailar, flotando en la oscuridad.
Infinito instante en el que la música suena al compás del corazón cuyos latidos escucho, cuyos latidos me escucha.
Lentamente, con la parte exterior de la palma de mi mano, le acaricio la cara y con la misma lentitud ladea su cabeza para besar mis dedos.
Volamos envueltos en caricias.
Imposible imaginar un escenario distinto en esa noche en la que el tiempo esperado se ha condensado entre sus brazos… tanto tiempo.
Ahora, desde la lejanía, en modo acróstico he vuelto a recordar el momento, su nombre… todo eso y más rodea esta canción, ahora sigue siendo siempre. Yo no tengo duda... es un ángel.
2 comentarios:
He oido muchas veces que al esperar demasiado corres el riesgo de decepcionarte.
Obviamente, no me conocían y, sobre todo, no te conocían a ti.
Gracias...
En ocasiones, la espera merece la pena... en mi caso así ha sido.
Un beset.
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