sábado, 13 de septiembre de 2014

Título de la entrada



Hay días, como el de hoy, en los que me encuentro apático, sin ganas de nada y sin que haya un motivo para ello. Me gustaría escribir o hacer cosas… pero hay algo que irremediablemente tira de mí hacia la desgana.
Me cuesta un mundo escribir estas líneas, incluso no sé qué título ponerle a esta entrada, tampoco me calentaré demasiado la sesera. Mis dedos me pesan y no van a la par de lo que me gustaría expresar. Es inútil esforzarme más… estoy tan desganado que ni siquiera me apetece hablar. Ahora mismo acaba de sonar mi móvil y no he cogido la llamada, “hola... sí... no... vale...” es lo máximo que hubiera podido articular, tampoco me apetece más... ya me inventaré cualquier excusa.
Ahora no me atrevo a decir lo que no haré, sé lo que haré: nada.
Sí, paradójicamente no hacer nada ya es hacer algo. Así lo dejó escrito Lao Tse en el Tao Te King.

Treinta radios de rueda rodean el eje, del vacío depende el movimiento del carro.
Se recoge barro y se moldea, del vacío depende la utilidad de la vasija.
Se instalan puertas y ventanas para la habitación, pero del vacío interior depende su utilidad.
Por ello lo que es sirve de posesión, lo que no es sirve de obra 

Otro día hablaré de ello… hoy no me apetece. Vuelvo a mi burbuja.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada es una novela escrita por Carmen Laforet en 1944, que ganó el Premio Nadal el 6 de enero de 1945; es una novela de carácter existencialista.
Saludos.

Marino Baler dijo...

Anónimo: una buena recomendación, gracias. La tendré en cuenta.
Saludos.