sábado, 30 de mayo de 2015

Como yo te amo


Semanas antes ya me había dicho que iba a ir a un concierto de Raphael, su cantante favorito, y me había invitado a que fuera con ella. Hacía años que no nos veíamos y hubiera sido una buena excusa, pero no pudo ser.
Esa tarde me llamó emocionada. Se estaba vistiendo para ir a la actuación. Me describía lo que hacía en cada momento… parecía que yo estaba allí, viendo como se maquillaba frente al espejo. Cuando acabó me mandó una fotografía de cómo iba vestida; llevaba un pantalón vaquero azul, una blusa blanca, un cinturón ancho abrochado por fuera de la blusa y unos botines. No podía estar de otra manera: espectacular.
 – Cuando esté en el concierto te llamaré para que escuches alguna canción – me dijo antes de salir de casa.
Pasaron las horas. Sonó mi móvil, creo recordar que poco antes de las doce. Lo descolgué y se oía un gran ambiente de fondo.
Escucha esta canción – me habló en voz alta con un sonido de fondo muy alto.


Yo la escuchaba cantar el estribillo mientras un escalofrío recorría mi espalda y notaba como mis ojos se humedecían…“¿Y tú?... ¿Estás convencida?”, pensaba al otro lado del móvil…
Ya está… No te oigo… Voy a cortar… Hablamos luego… – y cortó.
Yo continué tarareando viendo su imagen en mis pensamientos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me imagino que lo realmente emocionante está en la llamada de después del concierto...

Un abrazooo:))
Aileon

Marino Baler dijo...

Aileon: hay sensaciones que no cambian por mucho que pase el tiempo.

Un beset