sábado, 16 de mayo de 2015

Y Dios juzgará, ¿no?



Últimamente parece que he retrocedido a la Edad Media. Me siento una suerte de cruzado teniendo que defender sus ideas contra el infiel impositor que quiere destruir la única y verdadera fe para imponer la suya. Sí, así es, en los últimos días me he topado con gente tratando de convencerme del error en el que estoy por ser ateo intentando que abrace la única verdad: la existencia de un Dios.
El debate de la existencia de un dios es algo que el hombre ha venido discutiendo desde hace siglos… ¿Qué es un Dios? ¿Cuál es su cometido? ¿De dónde viene? ¿Para qué sirve?... Podrían ocurrírsenos miles de preguntas al respecto. Yo me considero un ser bastante racional, es decir, creo en lo que veo dentro de una lógica (nunca he visto un millón de euros pero sé que existe).
Sinceramente, discutir con alguien sobre la existencia o no de un dios es un tema que me aburre, y me aburre porque considero que no lleva a ningún lugar.
Es algo que nunca me he planteado y no me ha llamado la atención. Con 6 años le dije a mi madre que no quería tomar la Comunión y no la tomé y con 30 me hice apóstata… mi vida ha sido de lo más normal.
Sancho Panza decía, “prefiero un toma que dos te daré”; si hay algo en otra vida ya me las ingeniaré como me las ingenio en esta, si hay algo en otro lugar que me lo den en este, aquí y ahora, que es donde y cuando me hace falta. De todas formas es curioso, ya que jamás he conocido a alguien que haya venido del ‘otro mundo’ para contarme las maravillas que hay y tampoco conozco a ningún creyente de este mundo que tenga especial prisa por irse al Paraíso… simplemente me parece curioso el apego que tenemos todos (incluidos los creyentes) a esta vida.
Hace años (recuerdo que todavía era un niño), alguien muy importante me habló de un libro, ‘Las doce pruebas de la inexistencia de Dios’, de Sébastian Faure. El título no deja lugar a la duda. Sinceramente, es una lectura que recomendaría a todo el mundo. De la misma forma que un ateo puede leer la Biblia, ¿por qué no puede un creyente leer este libro?
Sin duda alguna plantea cuestiones bastante interesantes. Este es un resumen de cada uno de los capítulos. Se recomienda leer despacio, con calma, varias veces.

1) No existe un Ser Creador porque la acción de ‘crear’ es inconcebible. Crear es formar algo a partir de nada y nada puede producirse sin materiales. Cero más cero siempre va a ser igual a cero. Dios no pudo haber creado de la nada.

2) Dios, lo inmaterial, no pudo haber creado lo material, ya que lo inmaterial, de existir, estaría separado de lo material en una diferencia de calidad, de naturaleza. O bien la materia estaba fuera de Dios (es decir que coexistía con él), o bien el Dios mismo estaba y está formado de materia. Y si ya disponía de la materia, entonces, en base a lo dicho en el punto 1, Dios no es creador.

3) Lo perfecto (en este caso Dios), no puede producir lo imperfecto (en este caso el hombre y el Universo). Lo perfecto y lo imperfecto están en oposición y contradicción, que alguno de los dos determine al otro es inconcebible. Si Dios es perfecto, no pudo haber creado lo imperfecto.

4) Si Dios creó el Universo no puede ser ni eterno, ni activo, ni necesario. Dios sólo manifestó (supuestamente) su actividad creándolo todo, lo que quiere decir que antes de ello era inactivo. Si el Universo necesitó y necesita de Dios, tanto para ser creado como para existir como es, quiere decir que antes de su creación, Dios no era necesario. Lo que quiere decir que Dios no es eternamente activo y necesario, si no que fue inactivo, innecesario e inútil.

5) Si Dios existe es inmutable, es decir, que no cambia ni puede cambiar. La transformación, el cambio, son cualidades de la materia. Si Dios creó el Universo cambió dos veces: no es lo mismo un Ser pasando de la pasividad al deseo y del deseo a la ejecución. Una de dos, o Dios no creó el Universo, y por tanto no es Dios, o Dios no es inmutable, y por lo tanto tampoco es Dios.

6) Si Dios creó el Universo tiene que haberlo hecho por alguna razón. Pero, ¿qué razón pudo tener si no le falta nada dado que su perfección es infinita y eterna? No es posible establecer ninguna razón que pudo haber motivado a Dios y dado que actuó sin razón es un loco, es decir, es imperfecto. Y si es imperfecto no es Dios.

7) Si Dios necesita gobernar el Universo quiere decir que este no es perfecto. Y si el Universo no es perfecto, Dios, que es perfecto, no pudo haberlo creado. La cualidad de Dios de ‘creador’ niega la cualidad de ‘gobernador’, son incompatibles. O es gobernador o es creador y sin alguna de estas dos cualidades no es Dios.

8) La multiplicidad de Dioses demuestra que no existe ninguno. El que Dios no tuviera el suficiente poder para expresarse como el mismo Dios ante todos los religiosos demuestra su impotencia y su incapacidad para gobernar el Universo. Es decir, Dios es incapaz de gobernar, por lo tanto no es Dios.

9) Dios no es infinitamente bueno: la existencia del Infierno lo atestigua. Dios podía, en su entera voluntad, no crearnos, pero nos creó. Dios podía, dado que era bueno, perfecto, justo y poderoso, crearnos buenos a todos, pero nos creó buenos y malos. Dios podía, dado que era bueno, admitirnos a todos en el Paraíso. Dios podía, dado que era infinitamente bueno, no admitir a los malos en el Paraíso antes que condenarlos al tormento y el castigo eterno. Si el Infierno existe, Dios no es infinitamente ni eternamente bueno y misericordioso. Dios no es infinitamente bueno, la existencia del Infierno lo prueba.

10) El mal y el sufrimiento existe. Dios, si gobernase el Universo, si fuere infinitamente poderoso y bueno, lo suprimiría, lo eliminaría. Pero no lo hace: o Dios no tiene el poder para eliminar el mal, y por lo tanto no es infinitamente poderoso, o Dios no quiere eliminar el mal, por lo que no es infinitamente bueno. O Dios no es infinitamente poderoso o no es infinitamente bueno.

11) Dios nos ha creado defectuosos, imperfectos y malos pudiendo habernos creado buenos, virtuosos y responsables. Sin embargo, Dios se reserva el papel de juez pudiendo castigarnos y recompensarnos. Si Él nos creó, entonces la responsabilidad de nuestros males recae sobre él, además de ser un juez indigno, ya que el hombre, al no haber elegido ser malo, imperfecto y bueno, no es responsable de su maldad. No puede ser recompensado ni castigado. Dios es un juez injusto, porque debería juzgarse a Él mismo.

12) Si el hombre es imperfecto y limitado, si Dios ha de recompensarlo o castigarlo, lo hace injustamente. El hombre, que es imperfecto, si hace méritos para merecer la recompensa, ese mérito es imperfecto y limitado como él mismo. Sin embargo, Dios lo recompensa con un Paraíso perfecto e ilimitado. Lo mismo con el castigo y el Infierno. Dios es injusto porque castiga mal limitado con castigo eterno e ilimitado y premia el bien limitado e imperfecto con el Cielo eterno y perfecto.

C
omo diría un abogado ante un juez: “Nada más que decir señoría”. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"No existe un Ser Creador porque la acción de ‘crear’ es inconcebible. Crear es formar algo a partir de nada y nada puede producirse sin materiales. Cero más cero siempre va a ser igual a cero. Dios no pudo haber creado de la nada".
Según la "Teoría M", del físico, Richard Feynman y que apoya Hawkins; La Teoría M postula que las múltiples universos se crean de la nada. Es lo mismo que dice el Libro del Génesis: una creación a partir de la nada; con la "única diferencia" de que este libro de la Biblia se lo atribuye a Dios, mientras que los científicos entienden que su figura es innecesaria. Pero yo tengo dificultad para aceptar o entender que la materia se cree a sí misma de la nada y para evolucionar a estados tan complejos. Por eso quizá la gente busca una solución divina a algo que no entiende.

Marino Baler dijo...

Maikel: de acuerdo contigo. No sé quién dijo que "cuando el hombre no entiende algo busca la solucióna en Dios".