Con la llegada del otoño siempre me invade un estado melancólico... no sé porqué. Me quedo mirando un punto fijo y sin darme cuenta, alguna vez, es posible que alguna lágrima se deslice por mi mejilla.
Rebuscando en mi ordenador he encontrado cosas que escribí hace muchos años, de esas cosas que sabes que tienes, pero no recuerdas el lugar; de esas cosas que sabes que has escrito, pero no sabías lo que habías escrito.
Ahora, después de muchos otoños, me apetece poner algo de aquello. Esta es una poesía de las muchas que tengo escritas. Todas tienen un motivo, todas tienen dedicatoria. He escogido esta por… porque sí, porque ya ha pasado mucho tiempo y poner otras no tendría demasiado sentido… así y todo. Esto es como el borracho que no puede dejar de beber, aún sabiendo que no puede mantenerse en pie.
Rebuscando en mi ordenador he encontrado cosas que escribí hace muchos años, de esas cosas que sabes que tienes, pero no recuerdas el lugar; de esas cosas que sabes que has escrito, pero no sabías lo que habías escrito.
Ahora, después de muchos otoños, me apetece poner algo de aquello. Esta es una poesía de las muchas que tengo escritas. Todas tienen un motivo, todas tienen dedicatoria. He escogido esta por… porque sí, porque ya ha pasado mucho tiempo y poner otras no tendría demasiado sentido… así y todo. Esto es como el borracho que no puede dejar de beber, aún sabiendo que no puede mantenerse en pie.
“Podría decir que dejé de quererte,
que no siento nada navegando en recuerdos,
que el daño arrancó el cariño del alma,
que el llanto fue tanto que agotó las lágrimas
y que ya no me duele pensarte con otro.
Podría decir que dejé de quererte,
que ya no me oprime tu ausencia,
que olvidé la pasión de tus besos,
el calor de tu piel al contacto de mis dedos,
que mi cuerpo no guarda ninguno de tus abrazos,
ni el olor de la esencia del uno en el otro.
Podría decir que dejé de quererte,
pero…
Podría decir que dejé de sentirte,
pero…
Mi piel sigue cubierta por las huellas de tu piel
y mis labios se sellaron para quedarse en tus besos.
Que sólo fui siendo tuyo,
que no existía en el antes
y que morí en el después.
Podría decir que dejé de quererte,
pero no puedo mentirme.
Porque tanto te amé y te amo…
Iré dejando que el tiempo se suicide en mi presencia
y dejaré que mi vida sólo habite en el pasado,
porque el pasado eras tú,
porque el pasado es contigo”.
que no siento nada navegando en recuerdos,
que el daño arrancó el cariño del alma,
que el llanto fue tanto que agotó las lágrimas
y que ya no me duele pensarte con otro.
Podría decir que dejé de quererte,
que ya no me oprime tu ausencia,
que olvidé la pasión de tus besos,
el calor de tu piel al contacto de mis dedos,
que mi cuerpo no guarda ninguno de tus abrazos,
ni el olor de la esencia del uno en el otro.
Podría decir que dejé de quererte,
pero…
Podría decir que dejé de sentirte,
pero…
Mi piel sigue cubierta por las huellas de tu piel
y mis labios se sellaron para quedarse en tus besos.
Que sólo fui siendo tuyo,
que no existía en el antes
y que morí en el después.
Podría decir que dejé de quererte,
pero no puedo mentirme.
Porque tanto te amé y te amo…
Iré dejando que el tiempo se suicide en mi presencia
y dejaré que mi vida sólo habite en el pasado,
porque el pasado eras tú,
porque el pasado es contigo”.
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