martes, 8 de octubre de 2019

¿Qué le pasará al Sol cuando muera?



Un excelente y curioso artículo de El País

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El Sol es una estrella bastante mediocre, seamos claros en esto. Es mediocre tanto en tamaño como en la luz que emite y en el resto de sus características. No es ni de las más pequeñas ni de las más grandes, ni de las más luminosas ni de las menos luminosas. ¡Pero es la nuestra! Se calcula que su vida será de unos 10.000 millones de años y como se formó hace aproximadamente 4.600 millones de años, le queda otro tanto.
Ahora mismo, como está a la mitad de su vida, está quemando hidrógeno. Cuando decimos quemar quiere decir que en su núcleo que está muy, muy, muy caliente (15 millones de grados) y a muchísima presión, el hidrógeno original se está fusionando para producir helio, que es un elemento un poco más grande y un poco más pesado. Esto va a seguir pasando casi hasta el final de su vida.
En ese proceso de ir quemando el hidrógeno, desde la Tierra lo que se advertirá es que el Sol va aumentando de tamaño y de luminosidad poco a poco. No es un aumento excesivamente significativo pero es algo que ya sucede. En lo que lleva de vida, el Sol ha crecido aproximadamente un 20%.
Cuando se acabe el hidrógeno empezará a quemar el siguiente elemento que es el helio y ahí es cuando ya estaremos realmente en el final de la vida de la estrella. Pero para esto aún faltan unos 5.000 millones de años. La fase actual se llama secuencia principal y se acabará cuando se termine el hidrógeno. Después, entrará en la fase llamada gigante roja que es cuando comenzará a quemar el helio.
El proceso en el final será el siguiente: al acabarse el hidrógeno, el núcleo empezará a comprimirse. Para entender lo que sucederá a partir de ese momento es importante tener en cuenta que la estrella sobrevive porque hay dos fuerzas opuestas que actúan en ella. Por un lado, la masa de la estrella empuja hacia dentro por la gravedad pero, por otro lado, las reacciones de fusión nuclear desprenden un montón de energía y eso crea una presión hacia fuera, en sentido contrario a la gravedad. El núcleo está actualmente en equilibrio debido a la acción de estas dos fuerzas contrarias. Cuando se acaba el hidrógeno desaparece la energía que había estado empujando hacia fuera y por eso el núcleo colapsará.
Al contraerse, el núcleo se calentará muchísimo, hasta que alcance la temperatura suficiente como para empezar a quemar helio, un elemento que necesita mayor temperatura para fusionarse porque es un poco más pesado que el hidrógeno. Mientras el núcleo del Sol se contrae para fusionar helio, las capas de alrededor del núcleo (pensemos en el interior del Sol como si fuera una cebolla) quemarán hidrógeno, lo que las calentará y hará expandirse enormemente. Por eso a esta fase se le llama gigante roja. El color rojo viene porque las capas exteriores se enfriarán al irse expandiendo.
Hay una cosa que los investigadores no sabemos todavía y es si esa expansión, que va a ser brutal y que va a hacer que el Sol alcance un tamaño de entre 150 a 200 veces el que tiene ahora, llegará a engullir la Tierra. Sí sabemos que crecerá tanto que se tragará Mercurio y Venus, pero lo de la Tierra no está muy claro. De todas formas, aunque no nos coma, la temperatura será tan elevada que la vida en nuestro planeta será imposible desde muchos millones de años antes.
Entonces tendremos el núcleo comprimiéndose muchísimo y empezando a quemar helio y al mismo tiempo las capas externas creciendo, creciendo, creciendo. Y ¿cómo va a terminar el asunto al final de su vida? El núcleo quemará todo el helio que tenga, se volverá a contraer y a calentarse. Pero nunca alcanzara la suficiente temperatura para quemar el siguiente elemento más pesado, carbono. El final se producirá cuando todas esas capas exteriores se eyecten al espacio en lo que se llama una nebulosa planetaria, que es un envoltorio muy espectacular de gas y polvo en forma de anillo, y en el centro quedará una bolita muy densa (más o menos del tamaño de la Tierra) que es el núcleo de la estrella y que se llama enana blanca. Al cabo de unos miles de años, esta enana blanca se enfriará porque no generará energía, se apagará y ese será el final del Sol. Como consuelo nos queda saber que nosotros estamos hechos de átomos procedentes de estrellas que murieron antes que nuestro Sol.

6 comentarios:

Benja dijo...

Siempre he sido un gran aficionado a todo lo que tenga que ver con el Universo. La astronomía como aficionado y la astrofísica ocuparon unos años fantásticos de mi vida. Carl Sagan con sus libros y la serie Cosmos, me introdujeron en un mundo increíble “incluso participé en el proyecto SETI”. Creamos un grupo de aficionados a la astronomía, y nos íbamos por ahí con nuestros telescopios baratos y casi de juguete a haber las estrellas, fueron tiempos muy buenos. Por desgracia el ser humano y su inconsciencia están acabando con el único lugar en donde podemos vivir. En 2050, la población mundial habrá superado los 9.000 millones de habitantes, esto es un 30% más que la actual. En 2100, la población se habrá duplicado por dos. Y no tengo dudas que las guerras y las epidemias serán la solución radical a los problemas originados por la sobre-población. Según algunos científicos australianos, el año 2050 será la fecha límite para la supervivencia de la especie humana. Pues como no espabilemos...

https://www.lasexta.com/tecnologia-tecnoxplora/ciencia/ecologia/cientificos-ponen-fecha-a-la-extincion-de-la-humanidad-2050_201906065cf93d5c0cf2414740a34607.html

Marino Baler dijo...

A mí estas cosas del universo, estrellas y, en general, todo lo que tenga que ver con la astrología o astronomía se me escapa; no estoy muy puesto en ello.
Creo que mientras haya espacio para la gente no habrá problema, me explico. El planeta se ha adaptado a la población que tiene. En época romana, en España había 5 millones de personas escasas hoy, si no me equivoco, hay 45 millones, no somos un país superpoblado (ahí estan zonas como Soria, Teruel Cuenca, Guadalajara... lo que se llama 'la España vaciada') y los recursos se adaptan a lo que hay. Todavía hay zonas en el planeta donde la raza humana podría adaptarse con los recursos necesarios.
Es posible que llegue un momento en el que no quepa un alfiler, pero no creo que sea tan pronto, quizá dentro de siglos, muchos, muchos siglos.

Benja dijo...

“Es posible que llegue un momento en el que no quepa un alfiler pero no creo que sea tan pronto, quizá dentro de siglos, muchos, muchos siglos”.
Estas equivocado, desde que comenzó la era industrial, el ser humano ha hecho más daño al planeta, que en todo los miles de años que nos estamos moviendo por él. Coge los últimos cien años y verás a qué velocidad hemos acabado con grandes recurso de la tierra, del aire y del mar. Mientras la población sigue creciendo sin control, los recursos y la vida animal están desapareciendo a una velocidad que indica con claridad que no tenemos cientos de años. Para evitar la sexta extinción masiva…

Marino Baler dijo...

¿Sexta extinción masiva? No entiendo esto...

Benja dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Benja dijo...

La del ser humano... La tierra ha sufrido grandes cataclismos a lo largo de su historia a causa de los volcanes, meteoritos o cometas. Hemos tenido varios cambios climáticos brutales, pero por causas naturales. La diferencia es que hoy somos los humanos lo que estamos causando un efecto invernadero que hará la vida imposible en la tierra.
Como pasó en Venus y Marte, planetas hermanos de la Tierra. Los tres se formaron hace unos 4.550 millones de años en la misma zona de la primitiva nebulosa solar, con los mismos ingrediente y probablemente compartieron infancias similares. Durante cientos de millones de años tuvieron gran actividad volcánica, liberando gases que formaron atmósferas importantes y de composición similar, y probablemente hubo agua líquida en sus superficies.
En cambio, hoy en día Venus tiene una atmósfera casi cien veces mayor que la terrestre y un infierno de 460 ºC en la superficie. Y Marte es un desértico y gélido planeta con una atmósfera muy delgada. Todo por culpa del efecto invernadero.
Sólo la Tierra parece haber mantenido el agua líquida, además de unas temperaturas muy estables ¡durante 4.000 millones de años! La cuestión es...hasta cuando aguantara la Tierra...